Ninguna Otra Cosa Funciona Solo La Palabra de Dios
“JESÚS SE MANIFESTÓ OTRA VEZ A SUS DISCÍPULOS JUNTO
AL MAR” (Juan 21:1)
Los discípulos, pescadores veteranos, estuvieron
faenando toda la noche sin coger nada. Todos sabemos cómo se siente uno en esas
circunstancias ¿verdad? A la mañana siguiente Jesús se presentó en la orilla y
les dijo: “Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis” (Juan 21:6). Al
hacerlo, cogieron tantos peces que se les rompieron las redes. Este relato nos
enseña tres cosas de Jesús:
1) Normalmente Lo encuentras al límite de tus
fuerzas.
Mientras pienses que lo puedes hacer solo, Él te
dejará que lo intentes. Y mientras te siga dando resultado lo que en otras
ocasiones te ha funcionado, no vas a acudir a Él para pedir ayuda. Sólo cuando
ya se te han acabado las opciones, descubres que: “No con ejército, ni con
fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho el Señor” (Zacarías 4:6) 2) Nunca se
aparta de ti Su mirada.
“Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la
playa, pero los discípulos no sabían que era Jesús”. (Juan 21:4). Ellos no
podían verlo, pero él sí podía verlos. A pesar de tu agitación emocional, tu
decepción de aquellos en quienes confiabas y la inutilidad de tus propios
esfuerzos, nunca estás fuera de su cuidado ni de su alcance.
3) Te invita a que vengas y comas.
Sólo lo reconocieron después de darles de comer y
pasar tiempo con ellos. En ese momento se disiparon sus dudas, se renovó su fe
y se llenaron de fuerza para ir y hacer Su obra. ¡Es volver a los principios
fundamentales! Las respuestas que buscas y la fortaleza que necesitas sólo se
pueden encontrar cuando te alimentas de la Palabra de Dios y estás en comunión
con Él en oración. En resumidas cuentas: ninguna otra cosa funciona.
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