Nada de felicidad engañosa
Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.
Salmo 23:4
Tenemos que comprender que Dios va a permitirnos que pasemos por las pruebas y que Él está obrando para que todo resulte en su propósito santo (Ro. 8:28). Sé que todos soñamos con un ambiente perfecto de comodidad y tranquilidad. Aunque cualquier reposo temporal de las pruebas nos lleve a creer que podamos hallar una permanente liberación de ellas, nuestra vida en la tierra nunca estará libre de las pruebas. Podemos vivir en una felicidad engañosa, nunca presagiando ningún problema y prediciendo un futuro desahogado, pero eso es una fantasía. Cristo advirtió a sus discípulos y a todos los que sigan sus pasos que esperaran pruebas en esta vida (Jn. 15:18-16:6).
El puritano Thomas Manton observó una vez que Dios tuvo un Hijo sin pecado, pero ningún hijo sin una cruz. Como cristianos, podemos estar seguros de que tendremos pruebas. Pero nuestra confianza es que tendremos victoria sobre ellas por la presencia de Dios. Vendrán las pruebas, pero la gracia de Dios estará con nosotros en nuestro tiempo de necesidad.
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