4. Cree y Espera Siempre lo Mejor.
Nuestros pensamientos gobiernan nuestras acciones (Mt.15:19). Dice John Maxwell: “Estamos donde estamos y somos lo que somos por los pensamientos que dominaron nuestras mentes… Nuestro reto es pensar bien en un mundo negativo”.
¿A qué te desafía Romanos 12:2?
¿Y cómo tienen que ser tus pensamientos de acuerdo a Filipenses 4:8?
Si mis pensamientos son positivos:
Tendré una sana imagen de mí mismo. Tengo significado y tengo debilidades.
Reaccionaré con gratitud hacia la vida.
Escogeré el gozo en medio de los problemas.
Buscaré edificar y bendecir a los demás.
Alabaré a Dios.
Aprovecharé mi tiempo en lo que realmente es importante.
A. Debo esperar que me sucedan cosas buenas. ¿Por qué?
Porque Dios es bueno. (Sal.107:1).
Porque su voluntad es buena. (Ro.12:2).
Sus deseos para mi vida son buenos. (Jer. 29:11).
B. Debo arrancar las dudas de mi vida.
En lugar de pensar “¿por qué creo que no puedo hacer algo?”, piensa ”¿por qué creo que sí lo puedo hacer?”, ¡y escríbelo!
C. Debo darme cuenta de mis posibilidades.
Tienes que aprender a eliminar lo negativo y a vivir con la convicción de que puedes lograr lo que te propongas. No debemos ver nuestras limitaciones como impedimentos ni como algo negativo, sino como parte de nuestra vida.
D. Necesito rodearme de gente positiva y motivadora.
¿Cómo son las personas con las que paso la mayor parte de mi tiempo, positivas o negativas?
¿Qué personas positivas y motivadoras pueden ayudarme a cambiar mi forma negativa de ser y pensar?
E. Necesito leer libros y escuchar mensajes positivos para mi crecimiento.
F. Necesito entender que “lo que es posible no siempre se logra rápidamente ni siempre es respaldado con entusiasmo
G. Necesito recordarme a mi mismo lo siguiente:
Nunca me daré por vencido mientras sepa que tengo la razón.
Creo que todo obrará a mi favor si me mantengo firme hasta el final.
Tendré animo y no desmayaré frente a los problemas.
No permitiré que nadie me intimide ni me separe de mis metas.
Lucharé para vencer todos los impedimentos físicos y las contrariedades.
Trataré una y otra vez para realizar lo que quiero.
Obtendré fe y aliento al saber que todos los hombres y mujeres de éxito lucharon contra la derrota y la adversidad.
Nunca me rendiré al desaliento o a la desesperación, no importa con qué obstáculos aparentes o reales me enfrente.
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