Dios es quien nos bendice y prospera
A diferencia de lo que opinan muchísimas personas, quien nos bendice y prospera es Dios y no los amuletos, rituales o amuletos que promueve el ocultismo. Recurrir a tales fetiches o tornarse partícipes de la ceremonia, no hace otra cosa que atraer maldición.
Hace muchos siglos Dios advirtió a los israelitas y a nosotros hoy, apartarnos de toda práctica que abra puertas al mundo de las tinieblas: "Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas." (Deuteronomio 18:9-12).
Asumir esas ceremonias nos separa de nuestro amado Padre celestial pero además, le otorga a Satanás y sus huestes el derecho legal para afligir nuestras vidas y traer ruina, enfermedad y muerte. Puede que no alcance a dimensionar el alcance del problema, pero es real.
Si alguna vez incurrió en alguna de estas actividades, abiertamente contrarias a lo que dispone Dios, es hora de que renuncie a todo pacto o compromiso con lo diabólico, reciba a Jesucristo en su corazón y lo declare—en adelante—como su Señor y Salvador.
Es en ese momento cuando Satanás pierde toda autoridad sobre su existencia y las cadenas que lo atan a la maldad se rompen. ¡Podrá disfrutar de la libertad! Tomados de la mano del Señor Jesús aseguramos que no volverán a doblegarnos esas ataduras. ¡Hoy es el día para ser libres!
A propósito, ¿Ya recibió a Jesucristo en su corazón como su único y suficiente Salvador? No deje pasar la oportunidad. Hoy es el día para hacerlo.
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