¿QUIEN ERES PARA QUE JUZGUES A OTRO? Santiago 4:12
No hables mal de las personas que “te caen mal”; al hacerlo
manchas su honor y su reputación creando falsos prejuicios sobre ellas.
No desahogues tus enojos o incomprensiones hacia los demás
juzgándoles de acuerdo a tus percepciones; tú no sabes lo que realmente hay en
su interior.
¡Solo Dios conoce los corazones!
¡Él es el único juez!
“Pero tú, ¿Quién eres para que juzgues a otro?”
Santiago 4:12. Santiago
3. 8. pero ningún hombre puede domar la lengua, que es un mal que
no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.
9. Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella
maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios.
10. De una misma boca proceden bendición y
maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.
11. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura
agua dulce y amarga?
12. Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir
aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y
dulce.
13. ¿Quién es sabio y entendido entre vosotros?
Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para ese
propósito
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