Mateo 5: v48 El capítulo concluye con la declaración del
versículo 48:
"Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre
celestial es perfecto."
La Biblia dice que no hay condenación para los que se han
unido a Cristo por medio de la fe. La única forma de llegar a ser
"perfectos", es decir, maduros, es a través de la fe en Cristo, ya
que Él nos atribuye su justicia. Comienza, entonces, el lento proceso de la
santificación, en el cual Dios puede actuar --en la medida que se lo
permitamos-- para adaptarnos a la imagen de Su Hijo. Esta debería ser la meta
de cada creyente, ya que sería inútil tratar de alcanzar la perfección por
nuestros esfuerzos personales.
En este capítulo el Rey nos habla
de la justicia que debe caracterizar a sus súbditos, que tiene que superar a la
de los escribas y Fariseos, que era una justicia religiosa. Por ejemplo, como
nos relató el Evangelista Juan en 3.1--8, Nicodemo era un personaje
extraordinario, muy religioso e intachable. Pero el Señor le dijo: "Tienes
que nacer de nuevo". Esa justicia superior que necesitamos, solo puede
sernos atribuida por medio de la confianza en Cristo. En nuestro ego no podemos
ser perfecto, pero cuando somos guiados por El Espíritu Santo si porque Dios no
miente y su palabra es Veraz. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
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