¿QUÉ SUCEDE CUANDO NOS DESENFOCAMOS DE LAS PRIORIDADES
ESPIRITUALES?
El ambiente que nos rodea y bombardea es una amenaza para que
nuestras prioridades espirituales se desenfoquen del objetivo que Dios nos ha
trazado.
“Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne,
los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino
del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios
permanece para siempre”
1 Juan 2:16-17
¿QUÉ SUCEDE CUANDO NOS DESENFOCAMOS DE LAS PRIORIDADES
ESPIRITUALES?
Nos domina la idea de un Dios difuso, lejano e impersonal;
perdemos la fe.
No “vemos” a Dios gobernando nuestros acontecimientos, nos
sentimos a la deriva en medio de las adversidades; todo se lo atribuimos a la
“suerte”.
No digerimos la Palabra oportuna que Dios nos da ante cada
circunstancia vivida, somos incapaces de escucharle y de tomar su consejo
acertado.
Los afanes del diario vivir nos dominan; todo lo queremos
resolver de acuerdo con métodos ajenos a la voluntad de Dios.
Los placeres terrenales acaparan nuestra atención para
abandonarnos a ellos sin considerar las consecuencias que puedan producirse.
La duda, la angustia y la incertidumbre nos esclavizan ante
las adversidades; nos roban la paz interior.
¿QUE HACER PARA RECUPERAR Y MANTENER FIRMES NUESTRAS
PRIORIDADES ESPIRITUALES?
La respuesta es sencilla...
¡ORAR!
¡Necesitamos determinación para hacerlo!
“Sed pues sobrios, y velad en oración”
1 Pedro 4:7
“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu
a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”
Mateo 26:41
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