EL ALIMENTO PRIORITARIO.
Los seres vivos necesitamos del alimento diario para
sobrevivir y mantenernos sanos, prácticamente es una necesidad continua que
nuestros cuerpos demandan instintivamente; de igual manera, así sucede con
nuestro espíritu, necesitamos fortalecerlo con el alimento adecuado: La Palabra
de Dios.
Nuestro Señor Jesucristo dijo...
“No solo de pan vivirá el hombre,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”
Mateo 4:4
Es necesaria la reflexión diaria y continua de la Palabra de
Dios. Lamentablemente, muchos no le han dado la debida urgencia de alimentar el
espíritu; y es que no hacerlo equivale mantener una fe inestable, emociones
heridas y debilidad ante las tentaciones.
Para romper el ciclo de la mediocridad espiritual y una vida
cristiana en derrota, es necesario tener como prioridad, alimentarse de la
Palabra de Dios.
“Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra
alma con grosura. Inclinad vuestro corazones y venid a mí, y vivirá vuestra alma”
Isaías 55:2-3
Algunos efectos que se reflejan con el alimento diario de la
Palabra de Dios.
Ilumina la mente produciendo convicciones firmes y
permanentes en su contenido.
Da la sabiduría para aplicarla en las diversas circunstancias
de la vida.
Sana nuestras emociones heridas, dándonos un corazón moldeado
a sus lineamientos.
Fortalece nuestra voluntad para que procedamos con firmeza y
determinación.
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Pidámosle a Dios que su Espíritu ponga en nuestro interior el
deseo intenso de alimentar nuestra alma; que se convierta en una necesidad
continua sobre toda prioridad “urgente”.
“Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma
tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas”
Salmo 63:1
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