1 Juan 5:21
Queridos hijos, apártense de los ídolos.
Resulta un tema delicado el hablar de los ídolos. Un ídolo es la imagen o estatua de un ser que sería considerado dios. Pero también podemos entender un ídolo como todo aquello que toma el lugar del verdadero Dios. Aquí es cuando muchas personas prefieren dejar de escuchar. Dios debe tener el primer lugar en tu vida. Sobre todas las cosas. La biblia nos dice que debemos amarle con todo nuestro ser. Tu familia, tus hijos, tu pareja o algún otro ser querido no puede estar por encima de Dios. Leíste bien. Primero está el Señor y luego los demás. Para los hombres que están leyendo, deben entender que el trabajo no va por encima del Señor y mucho menos por encima de la familia. Entonces, la familia o seres queridos pueden convertirse en ídolos al igual que nuestro trabajo. En lugar de adorar a Dios, comenzamos a destinarle del tiempo que le corresponde a Él a nuestros nuevos ídolos. Tristemente, todavía tenemos gente adorando imágenes y estatuas. Estas también entran dentro de la categoría de ídolos. Pon atención, no hay ninguna persona en esta tierra que merezca la adoración que le corresponde a Cristo. Nadie. Absolutamente nadie. También hay aquellos que les gusta conocer el “futuro”. Acuden con personas que les dirán lo que el futuro les depara. ¡Esto es tener un ídolo! Creer en tu horóscopo es tener un ídolo. Creer en que la alineación de los astros regirá algo positivo o negativo en tu vida es tener un ídolo. Piénsalo. En todos los ejemplos se repite el mismo patrón: estamos confiando más en lo que nosotros queremos que en Dios. Ya sea en tu pareja o en tu cuenta de banco o en unas cartas que hablan de tu destino, todos están obstruyendo al lugar que le corresponde a Dios. Tú y yo debemos confiar plenamente en Él. Debemos servirle. Debemos obedecerle. A partir de estos principio se define nuestra vida como cristianos. Ahora, somos sumamente listos para poder “cubrir” a nuestros ídolos. Los “pintamos” con colores que “agradan” a Dios y por ello pensamos que estamos haciendo bien. Error. El parámetro es fácil de establecer y distinguir. Dios va primero que todo. Entonces, si tienes duda de algo, pregúntate, ¿estoy poniendo la voluntad de Dios como prioridad? Y ahí tendrás tu respuesta. Sé honesto. No te justifiques. Al hacerlo solamente te estás engañando. Es muy triste que alguien se autoengañe.
Apártense de los ídolos nos dice la biblia. Ten cuidado. Pon atención. Abre los ojos y entiende que hay cosas en tu vida que están en contra del Señor. Debemos reconocerlas y orar para que no sean parte de nosotros. El dinero es un gran ídolo. La enfermedad o mejor dicho, la salud también. Examina tu corazón. Pide a Dios que te muestre si estás dejando que haya ídolos en tu vida.
Oración
Señor: quiero que seas el rey de mi vida. Quiero que tomes el trono y dirijas mi camino. Perdona si he sido necio y soberbio al querer seguir con mi voluntad poniéndote en segundo lugar. Te pido examines mi vida y me muestres todo lo que quieras cambiar en mí. Apártame de los ídolos y reina en mí. En Cristo Jesús. Amén
Queridos hijos, apártense de los ídolos.
Resulta un tema delicado el hablar de los ídolos. Un ídolo es la imagen o estatua de un ser que sería considerado dios. Pero también podemos entender un ídolo como todo aquello que toma el lugar del verdadero Dios. Aquí es cuando muchas personas prefieren dejar de escuchar. Dios debe tener el primer lugar en tu vida. Sobre todas las cosas. La biblia nos dice que debemos amarle con todo nuestro ser. Tu familia, tus hijos, tu pareja o algún otro ser querido no puede estar por encima de Dios. Leíste bien. Primero está el Señor y luego los demás. Para los hombres que están leyendo, deben entender que el trabajo no va por encima del Señor y mucho menos por encima de la familia. Entonces, la familia o seres queridos pueden convertirse en ídolos al igual que nuestro trabajo. En lugar de adorar a Dios, comenzamos a destinarle del tiempo que le corresponde a Él a nuestros nuevos ídolos. Tristemente, todavía tenemos gente adorando imágenes y estatuas. Estas también entran dentro de la categoría de ídolos. Pon atención, no hay ninguna persona en esta tierra que merezca la adoración que le corresponde a Cristo. Nadie. Absolutamente nadie. También hay aquellos que les gusta conocer el “futuro”. Acuden con personas que les dirán lo que el futuro les depara. ¡Esto es tener un ídolo! Creer en tu horóscopo es tener un ídolo. Creer en que la alineación de los astros regirá algo positivo o negativo en tu vida es tener un ídolo. Piénsalo. En todos los ejemplos se repite el mismo patrón: estamos confiando más en lo que nosotros queremos que en Dios. Ya sea en tu pareja o en tu cuenta de banco o en unas cartas que hablan de tu destino, todos están obstruyendo al lugar que le corresponde a Dios. Tú y yo debemos confiar plenamente en Él. Debemos servirle. Debemos obedecerle. A partir de estos principio se define nuestra vida como cristianos. Ahora, somos sumamente listos para poder “cubrir” a nuestros ídolos. Los “pintamos” con colores que “agradan” a Dios y por ello pensamos que estamos haciendo bien. Error. El parámetro es fácil de establecer y distinguir. Dios va primero que todo. Entonces, si tienes duda de algo, pregúntate, ¿estoy poniendo la voluntad de Dios como prioridad? Y ahí tendrás tu respuesta. Sé honesto. No te justifiques. Al hacerlo solamente te estás engañando. Es muy triste que alguien se autoengañe.
Apártense de los ídolos nos dice la biblia. Ten cuidado. Pon atención. Abre los ojos y entiende que hay cosas en tu vida que están en contra del Señor. Debemos reconocerlas y orar para que no sean parte de nosotros. El dinero es un gran ídolo. La enfermedad o mejor dicho, la salud también. Examina tu corazón. Pide a Dios que te muestre si estás dejando que haya ídolos en tu vida.
Oración
Señor: quiero que seas el rey de mi vida. Quiero que tomes el trono y dirijas mi camino. Perdona si he sido necio y soberbio al querer seguir con mi voluntad poniéndote en segundo lugar. Te pido examines mi vida y me muestres todo lo que quieras cambiar en mí. Apártame de los ídolos y reina en mí. En Cristo Jesús. Amén
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