Las Claves Para la Felicidad Bíblica
SI SABÉIS ESTAS COSAS. (Juan 13:17)
Si quieres lo mejor de Dios, no pienses en cómo invertir tu dinero, piensa en cómo invertir tu vida. Jesús dijo: “Si sabéis estas cosas “bienaventurados” sois si [las hacéis]”. El vivir de esta manera significa: 1) Desafiarse a sí mismo.
Examina cómo pasas tu tiempo libre. Después de un día interminable, es fácil “tumbarse a la bartola” delante de la TV, pero serías más feliz si estuvieses activo, física y mentalmente. Ve a dar un paseo, dedica tiempo para orar y leer la Palabra de Dios, aún cuando no te apetezca hacerlo. Jesús dijo que para poder seguirle, debemos “renunciar a las cosas que [nosotros] queremos” (Lucas 9:23).
2) Ayudar a otras personas.
La buena obra más insignificante, vale más que lo mejor de las más sublimes intenciones, de manera que si quieres ayudarte a ti mismo, ayuda a otros. No solo producirá el que te sientas mejor, estando con otras personas que están dando de sí mismas, sino que servirá para que te involucres en una causa mucho más grandiosa. Al enemigo no le importa que hables de tu fe, siempre que no la practiques, pero Dios nunca nos enseña nada sin darnos la oportunidad de ponerlo en práctica. Es por eso que Jesús dijo: “Bienaventurados los que oyen la palabra y la obedecen”.
SI SABÉIS ESTAS COSAS. (Juan 13:17)
Si quieres lo mejor de Dios, no pienses en cómo invertir tu dinero, piensa en cómo invertir tu vida. Jesús dijo: “Si sabéis estas cosas “bienaventurados” sois si [las hacéis]”. El vivir de esta manera significa: 1) Desafiarse a sí mismo.
Examina cómo pasas tu tiempo libre. Después de un día interminable, es fácil “tumbarse a la bartola” delante de la TV, pero serías más feliz si estuvieses activo, física y mentalmente. Ve a dar un paseo, dedica tiempo para orar y leer la Palabra de Dios, aún cuando no te apetezca hacerlo. Jesús dijo que para poder seguirle, debemos “renunciar a las cosas que [nosotros] queremos” (Lucas 9:23).
2) Ayudar a otras personas.
La buena obra más insignificante, vale más que lo mejor de las más sublimes intenciones, de manera que si quieres ayudarte a ti mismo, ayuda a otros. No solo producirá el que te sientas mejor, estando con otras personas que están dando de sí mismas, sino que servirá para que te involucres en una causa mucho más grandiosa. Al enemigo no le importa que hables de tu fe, siempre que no la practiques, pero Dios nunca nos enseña nada sin darnos la oportunidad de ponerlo en práctica. Es por eso que Jesús dijo: “Bienaventurados los que oyen la palabra y la obedecen”.
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