1 JUAN 5.1-13
Nuestro Padre celestial quiere que sepamos con certeza que tenemos la vida eterna por medio de su Hijo Jesucristo. ¿Qué garantías tenemos de que somos salvos por la eternidad?
El amor de Dios. Una razón por la que podemos estar seguros de la salvación eterna, es el amor incondicional de nuestro Padre celestial. Él demostró en la cruz lo mucho que significábamos para Él: envió a su Hijo a morir por nosotros, para que pudiéramos tener vida eterna. (1 Jn 4.9, 10).
La vida y la muerte de Cristo. Por ser el Señor Jesús sin pecado, estuvo calificado para servir como nuestro sustituto y tomar nuestro lugar en la cruz. Al morir por nosotros, Él pagó por todos nuestros pecados y completó la obra necesaria para asegurar nuestra salvación (Jn 19.30).
La promesa del Señor Jesús. Tenemos la garantía de nuestro Señor de que pasaremos la eternidad con Él. El Señor prometió que nunca podremos estar separados de Él, y que nadie podrá arrebatarnos de su mano (Jn 10.28). Él fue adelante a preparar un lugar para nosotros, y volverá para llevarnos allá (Jn 14.2, 3).
El Espíritu Santo que mora en nosotros. Otra garantía es la presencia del Espíritu de Dios dentro de cada creyente. El Espíritu Santo actúa como un sello, garantizando que pertenecemos al Señor, y como promesa de que nuestro futuro está en el cielo con Dios (2 Co 1.21-22).
La Biblia está llena de promesas de Dios, de que los que han recibido a Jesucristo como su Salvador pasarán la eternidad con Él. Si usted está batallando con la duda, medite en las Sagradas Escrituras, y pídale al Espíritu Santo que le guíe para tener una comprensión bíblica en cuanto a su salvación. Pídale al Espíritu Santo que le guíe para tener una comprensión bíblica en cuanto a su salvación.
Nuestro Padre celestial quiere que sepamos con certeza que tenemos la vida eterna por medio de su Hijo Jesucristo. ¿Qué garantías tenemos de que somos salvos por la eternidad?
El amor de Dios. Una razón por la que podemos estar seguros de la salvación eterna, es el amor incondicional de nuestro Padre celestial. Él demostró en la cruz lo mucho que significábamos para Él: envió a su Hijo a morir por nosotros, para que pudiéramos tener vida eterna. (1 Jn 4.9, 10).
La vida y la muerte de Cristo. Por ser el Señor Jesús sin pecado, estuvo calificado para servir como nuestro sustituto y tomar nuestro lugar en la cruz. Al morir por nosotros, Él pagó por todos nuestros pecados y completó la obra necesaria para asegurar nuestra salvación (Jn 19.30).
La promesa del Señor Jesús. Tenemos la garantía de nuestro Señor de que pasaremos la eternidad con Él. El Señor prometió que nunca podremos estar separados de Él, y que nadie podrá arrebatarnos de su mano (Jn 10.28). Él fue adelante a preparar un lugar para nosotros, y volverá para llevarnos allá (Jn 14.2, 3).
El Espíritu Santo que mora en nosotros. Otra garantía es la presencia del Espíritu de Dios dentro de cada creyente. El Espíritu Santo actúa como un sello, garantizando que pertenecemos al Señor, y como promesa de que nuestro futuro está en el cielo con Dios (2 Co 1.21-22).
La Biblia está llena de promesas de Dios, de que los que han recibido a Jesucristo como su Salvador pasarán la eternidad con Él. Si usted está batallando con la duda, medite en las Sagradas Escrituras, y pídale al Espíritu Santo que le guíe para tener una comprensión bíblica en cuanto a su salvación. Pídale al Espíritu Santo que le guíe para tener una comprensión bíblica en cuanto a su salvación.
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