TEMPLANZA
Al conocimiento, dominio propio; al dominio propio,
paciencia; a la paciencia, piedad", 1 Pedro 1:6
Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de
poder, de amor y de dominio propio", 2 Timoteo 1:7
La necesidad de templanza en el día de hoy es imperativo, los
cristianos debemos dar ejemplo en estos tiempos de violencia, indisciplina,
egoísmo, apatía y desorden moral que amenaza cada día a este planeta. Debemos
ser un apoyo firme para que otros puedan aferrarse en medio del caos.
Templanza es lo mismo que dominio propio, viene del griego
“egkráteia” y significa control personal hacia los deseos carnales. Este
dominio no viene sino por el poder del Espíritu Santo. Cuando se piensa en
templanza o sobriedad siempre pensamos en el alcohol, pero realmente es el
dominio que debemos tener sobre todos los apetitos carnales que pueden dañar
nuestra vida como la glotonería, la falta de bondad, la chismografía, el
orgullo, la envidia, el mal genio, la gritería, la violencia, los aspectos
sexuales que llevan a la pornografía, lascivia, fornicación y adulterio, etc.
Es importante el autocontrol porque cuando permitimos que nos
dominen las pasiones los resultados nos llevan a un círculo vicioso y a nuestra
autodestrucción. Como dice Proverbios 25:28 “Como ciudad derribada y sin muro
es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda”.
Tengamos cuidado con nosotros mismos, pues a veces tenemos
una conciencia muy elástica cuando se trata de juzgar nuestras propias
flaquezas y una conciencia muy estricta cuando se trata de juzgar las flaquezas
de los demás. Es fácil para algunos condenar a otro que ocasionalmente se toma
una copa de vino, pero jamás se condenan a sí mismos por su glotonería,
condenan más fácil el adulterio, que su avaricia o apetito desmedido por las
cosas materiales. No podemos condenar a otros si somos culpables de otras
formas de destemplanza.
Pidamos sabiduría al Espíritu Santo y como Pablo digamos:
“Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir
una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. 1 corintios 9:25.
Recordemos que con Cristo somos más que vencedores. Tenemos el espíritu de
poder, amor y dominio propio que necesita el mundo, para levantar y ayudar al
que está cautivo en sus pasiones. Oración.
Señor Jesucristo, te pido hoy dominio propio sobre el fruto
de la carne que no he podido controlar y no me dejan agradarte. Necesito ser
ejemplo de templanza en esta época. Hazme ese polo a tierra en este mundo
desordenado y desmoralizado. Cultiva en mí todas estas preciosas cualidades del
fruto del Espíritu. Amén. Difundiendo el
mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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