CEDER EL CONTROL
Nos salvó, no por obras de Justicia que nosotros hubiéramos
hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la
renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por
Jesucristo nuestro Salvador. Tito 3:5
Si la salvación fuese por méritos propios nadie cumpliría con
el estándar de santidad para estar en la presencia de Dios. ¿Ante su majestad y
Santidad quién puede considerarse justo?
Por su misericordia, envió a su hijo en carne, para que
fuéramos justos gracias a la fe en Él, es decir que lo que Jesús hizo en la
cruz es lo que nos limpia, nos da un nuevo corazón, no lo que nosotros hacemos.
Sólo podemos ir a la cruz, como enfermos en busca de sanidad, y ÉL nos hará
nacer de nuevo para poder estar en su presencia.
Esta verdad bíblica, acerca de la salvación no por nuestro
propio esfuerzo personal u obras de justicia particulares, nos debe llevar a
cederle el control total de nuestra vida, pues esto cambia radicalmente también
nuestro comportamiento; una fe sincera trae como consecuencia un cambio en
nuestra manera de pensar y de actuar, ya que es la mentira y el pecado en el
que éramos esclavos en el pasado lo que motivaba nuestra acciones, ¿Qué sucede
si es la verdad de Cristo lo que mueve ahora nuestro caminar?
Necesitamos, por lo tanto, volver a la senda de la fe,
afirmarnos en lo que Dios hizo y en lo que puede hacer por nosotros, si
dependemos de Él en todas las áreas de nuestra vida. Oración.
Señor te cedo hoy el control de mi vida, para que tu haga en
mí una nueva creación y tomes el timón de mi rumbo. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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