viernes, 12 de mayo de 2017

Cristo En Nosotros, Esperanza De Gloria 


Cristo En Nosotros, Esperanza De Gloria                                             Solamente Dios Padre, Nuestro Señor Jesucristo y el Espíritu Santo son eternos pues nunca han tenido ni principio ni fin, a diferencia de todo lo que crearon y aunque fueron Adan y Eva creados para vivir para siempre, su pecado los llevó a la muerte y junto con ellos a todos nosotros como su descendencia. Pero ahora en Cristo Jesús, toda la creación humana tiene la oportunidad de recibir el perdón de sus pecados y vivir en un cuerpo de Gloria después de su muerte terrenal en los cielos junto con Dios.

¿Si la tierra no va a ser eterna, por qué nos afanamos tanto en las cosas terrenales? Antes de ser cristianos nacidos de nuevo, seguramente destinábamos las 24 horas del día a pensar cómo obtener ganancias, riquezas y fama para que seamos reconocidos en la sociedad en la que vivíamos, y por su puesto todo el conocimiento humano que nos llevaría equivocadamente a una vida de autosuficiencia que al final de nuestra jornada nos hizo ser incrédulos o tibios creyentes de Dios, de Su Hijo Jesucristo y de Su Palabra "la Santa Biblia".

Fue hasta el momento que nos arrepentimos de ésta vida presuntuosa y sin provecho, y le confesamos a Jesús todos nuestros pecados, que Él empezó a transformar todo en nosotros y puso Su Espíritu, Su corazón y Su mente en lugar de nuestro espíritu, corazón y mente (Ezequiel 36:26-27) para que no siguiéramos viviendo engañados por todo el egoísmo y maldad que domina este mundo a causa de nuestra rebelión y pecado. Solo Cristo en nosotros, nos puede dar la esperanza de Gloria para ser salvos y disfrutar de su grandeza amor y majestad en los cielos, ahí está todo lo verdadero, puro y eterno, por lo tanto, es hora de que levantemos nuestra mirada a los cielos de donde vendrá nuestro socorro para vivir en paz y plenitud sirviendo a Nuestro Señor Jesucristo hasta el día que nos llame a su presencia, (Salmo 121:1-2) Aleluya.

jueves, 11 de mayo de 2017

No que lo haya alcanzado ya


No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto.

Filipenses 3:12

Aun no somos lo que debemos ser, lo que podemos ser ni lo que seremos cuando veamos al Señor. Nuestra carrera espiritual comienza con un sentido de insatisfacción. Pablo comenzó su carrera sabiendo que no había llegado.

Puedo repetir ese testimonio de Pablo. Después de muchos años de andar con el Señor y de participar en el ministerio, estoy muy consciente de que no soy lo que debo ser. Como cualquier otro creyente, sigo en el proceso de crecimiento. Las personas que se sienten satisfechas con lo que son espiritualmente han alcanzado un punto peligroso. Es probable que sean insensibles al pecado y que tiendan a defenderse cuando debieran reconocer su debilidad y buscar ayuda.

El crecimiento espiritual comienza como cualquier carrera. El corredor sabe la distancia que tiene que correr y pone el mayor esfuerzo en la línea de llegada. La meta de Pablo era llegar a ser perfecto, pero el saber que no la había alcanzado no lo desanimaba. Y tampoco debe desanimarlo a usted. El máximo esfuerzo

Prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.

Filipenses 3:12

El crecimiento espiritual no es un ejercicio intermitente; debe ocupar todo el tiempo. En realidad, la palabra griega para "prosigo" se empleaba para describir a un corredor de carreras cortas, y se refiere a un enérgico esfuerzo. Pablo estaba corriendo con todas sus fuerzas, distendiendo todos los músculos espirituales a fin de ganar el premio (cp. 1 Co. 9:24-27). También dijo que debemos pelear "la buena batalla de la fe" (1 Ti. 6:12)

Esa perspectiva no estaba limitada a Pablo. El autor de hebreos escribió: "Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" (He. 12:1).

Nuestra búsqueda vitalicia es ser semejantes a Cristo. El correr esa carrera exige el máximo esfuerzo en el uso de los medios de gracia que Dios nos ha dado.

miércoles, 10 de mayo de 2017

Las bendiciones del crecimiento


Las bendiciones del crecimiento

Para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador.

Tito 2:10

Como los cristianos ya tenemos derecho al cielo y alcanzaremos un día la perfección en la presencia de Dios, ¿por qué es necesario el desarrollo espiritual? Hay varias razones.

En primer lugar, glorifica a Dios.

En segundo lugar, prueba la salvación. El cambio externo muestra un cambio interno del corazón.

En tercer lugar, es un buen testimonio. El crecimiento espiritual muestra la verdad de Dios para que otros la vean.

En cuarto lugar, da seguridad. Cuando progresamos espiritualmente, vemos a Dios obrando en nuestra vida, y eso contribuye a nuestra confianza en nuestra salvación (2 P. 1:10).

En quinto lugar, nos libra de tristeza innecesaria. La falta de crecimiento hacia la santidad resulta solo en dolor y tristeza.

En sexto lugar, protege de reproche la causa de Cristo.

Y por último, nos hace útiles para servir en la iglesia.

Así que siga creciendo y sea una bendición para quienes usted conozca. ¿Es posible la perfección?

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos.

1 Juan 1:8

La falsa doctrina del perfeccionismo enseña que hay algún momento después de la conversión cuando se erradica la naturaleza pecaminosa del creyente. Pero según el versículo de hoy, y sobre todo en el enfoque del apóstol Pablo al tema de Filipenses 3:12-16, la perfección en esta vida es solo una meta, no una realización. Debemos buscarla, pero nunca la alcanzaremos en la tierra.

Pablo rechazó el perfeccionismo al llamarnos a que busquemos el premio que solo se puede obtener plenamente en el cielo. Confesó que él mismo no había alcanzado la perfección, ¡y escribió a los filipenses casi treinta años después de su conversión! Tal vez fuera el cristiano más consagrado que haya vivido. Si después de treinta años no era perfecto, sin duda ninguno de nosotros puede decir que lo sea.   ojo no estoy diciendo que no debemos buscar la santidad porque sin santidad nadie vera a DIOS. 

martes, 9 de mayo de 2017

Salmos 9:1-2


Salmos 9:1-2

Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; contaré todas tus maravillas. Me alegraré y me regocijaré en Ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo.

Dios es grande. Dios es maravilloso. La vida es difícil y la carne no ayuda. Cada uno de nosotros debe aprender a discernir entre lo carnal y lo espiritual. Entre los deseos personales y los de Dios. Cuando ejercitamos esta manera de pensar y actuar, nuestras palabras comienzan a ser de alabanza, alegría y regocijo hacia Jehová. Finalmente, compartimos sus maravillas con los demás.

Estos versos sirven mucho para evaluar tu nivel espiritual y comunión con Dios y te voy a decir por qué. Hay dos opciones: que te sientas identificado con David y sus palabras o que no te identifiques con ellas. Cuando uno se encuentra en la primera instancia, es en el momento en que se ha permitido que Dios gobierne en su vida y deja que Él guíe sin importar las consecuencias o lo que uno desea. Por otro lado, en la segunda instancia, esas personas son las que conocen de Dios, le han escuchado y quieren recibir sus bendiciones, pero nunca agradecen por lo que tienen o se les ha dado. Para ellos no hay nada que contar a los demás. Quieren más. piensan que merecen más. Piensan que Dios debería darles como a otras personas les ha dado. Ahora te pregunto ¿de qué lado estás? No hay pretextos ni explicaciones. Simplemente abre tu corazón ante Jehová y date cuenta realmente de dónde estás parado. No te escondas de tu realidad. A Dios no lo podemos engañar.

Escribir estos devocionales tiene como finalidad que las palabras del salmo de hoy se vuelvan realidad en tu vida. Espero poder motivarte para que, conforme atraviesas distintas pruebas en tu vida, puedas ver la mano de Dios y sus milagros sean evidentes en cada paso que des y así poder cantarle, alabarle y vivir agradecido. Entregar mi vida al Dios de la biblia es lo mejor que he hecho en mi vida. Hoy escribo para contar sus maravillas y espero te anime a que cuentes las tuyas.

Oración

Padre: gracias. Tu amor no lo merezco y sin embargo lo derramas sobre mí de manera infinita. Alabado seas. Me lleno de gozo al saber que tienes cuidado de mí y que puedo acudir ante Ti cuando atravieso cualquier situación. Gracias por tu palabra y la oportunidad de leerla y estudiarla libremente. Te pido perdones mis pecados y que mi vida sea un testimonio constante de las maravillas que haces. Gracias mi Señor. En Cristo Jesús. Amén

lunes, 8 de mayo de 2017

Amados por Dios


Amados por Dios

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. - Juan 3:16

Normalmente, después que superamos alguna dificultad, nos sentimos enamorados de Dios y entendemos su gran amor en Jesús. Pero una vez pasados los momentos difíciles, ¿qué sucede? Poco a poco nos vamos olvidando nuevamente de Dios.

¡Qué bueno es saber que Dios no deja de amarnos! Él nos ama cada día, perdonando nuestros pecados por medio de Jesús y fortaleciendo nuestra fe. Dios nos llama a diario al arrepentimiento para mostrarnos las cosas como son, y darnos la oportunidad de traernos de vuelta al camino correcto. Su amor por nosotros nunca deja de ser.    ¡Nadie es perfecto!

Tú, Señor, eres todo bondad. Por tu misericordia, acuérdate de mí; pero olvídate de que en mi juventud pequé y fui rebelde contra ti. - Salmos 25:7

Aun cuando el mundo diga lo contrario, debemos reconocer que somos imperfectos, por lo que cometemos errores y pecados. Nadie, absolutamente nadie, consigue obedecer totalmente la ley de Dios. Por lo tanto, a través de la fe en Jesús, se espera que reconozcamos nuestros errores para poder recibir así el perdón de nuestros pecados.

Esa actitud nos trae la humildad que nos capacita para ser más tolerantes, comprensivos y misericordiosos unos con otros. Y cuando erramos y nos arrepentimos, gracias a Jesús tenemos el perdón asegurado.

ORACIÓN: Señor, ayúdame a confesar a diario mis pecados para recibir así tu perdón. Guíame con tu Espíritu Santo, y fortalece mi fe para que pueda apoyar a quienes me necesitan. En el nombre de Jesús. Amén.

domingo, 7 de mayo de 2017

Aspectos de la alabanza


Aspectos de la alabanza

El que sacrifica alabanza me honrará.

Salmo 50:23

¿Qué significa alabar a Dios? Según la Biblia, la alabanza incluye tres cosas:

1. Citar los atributos de Dios. Una buena razón para estudiar el Antiguo Testamento es que muestra el carácter santo de Dios, capacitándonos para alabarlo mejor.

2. Citar las obras de Dios. Los salmos están llenos de menciones de las grandes cosas que Dios ha hecho. Él dividió el Mar Rojo, sacó a su pueblo de Egipto, hizo brotar agua de una roca, alimentó a Israel en el desierto con maná del cielo y realizó muchos otros milagros espectaculares. Cuando usted alaba a Dios por todo lo que ha hecho, sus problemas palidecen en comparación con eso. El recordar lo que Dios ha hecho en el pasado lo glorifica y fortalece nuestra fe.

3. Dar gracias por los atributos y las obras de Dios. En el corazón de la alabanza está la acción de gracias. La alabanza a Dios lo glorifica. Suceda lo que suceda en nuestra vida, debemos darle gracias por todos sus atributos y todas sus obras misericordiosas. Obediencia amorosa

El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama.

Juan 14:21

Si pudiera simplificar la vida cristiana a una sola cosa, sería la obediencia. No quiero decir simplemente obediencia externa, sino un espíritu de obediencia. No es como la niñita que siguió de pie después que su padre le había dicho muchas veces que se sentara. Por último su padre le dij "Siéntate, o voy a darte una zurra". Ella se sentó pero miró hacia arriba y dij "Estoy sentada, ¡pero en mi corazón estoy de pie!" Eso es obediencia externa y desobediencia en el corazón. Un cristiano debe estar dispuesto a obedecer.

Una evidencia de madurez espiritual es amar a Dios tanto como para obedecerlo aun cuando es difícil. Dios es glorificado cuando de buena gana lo obedecemos cueste lo que cueste. Cada vez que obedecemos, crecemos espiritualmente, y cada vez que desobedecemos, retardamos nuestro crecimiento.

sábado, 6 de mayo de 2017

El poder de la resurrección


El poder de la resurrección

A fin de conocerle, y el poder de su resurrección.

Filipenses 3:10

La resurrección de Jesucristo mostró gráficamente la extensión de su poder. Ese es el poder que el apóstol Pablo quería experimentar porque comprendía que no podía vencer al pecado con sus propias fuerzas.

El poder de la resurrección de Cristo resuelve el pecado en nuestra salvación. Experimentamos el poder de su resurrección en la salvación. Somos sepultados con Cristo en su muerte, y resucitamos con Él para que "andemos en vida nueva" (Ro. 6:4).

Pero para derrotar al pecado cada día, necesitamos que el poder de su resurrección sea nuestro recurso. Necesitamos su fortaleza para servirle fielmente, para vencer la tentación, para triunfar en las pruebas y para dar testimonio con valor. Solo cuando establezcamos nuestra relación con Cristo y recibamos su fortaleza tendremos la victoria sobre el pecado en esta vida. Abundante consolación

De la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.

2 Corintios 1:5

Cuando sufrimos, Cristo está con nosotros para consolarnos en nuestra angustia. El grado hasta el cual ha experimentado el mismo sufrimiento, y aun más, es la razón de que pueda consolarnos.

La prueba de su carácter es su reacción ante los tiempos más severos de sufrimiento y persecución. Cuando el sufrimiento se vuelve demasiado intenso, lo más fácil es enojarse y culpar a Dios. Cuando la persecución se vuelve demasiado severa, lo más fácil es transigir en la fe. El reaccionar de cualquiera de esas formas hará que usted se pierda la más abundante comunión que puede tener. Es que los momentos más profundos de comunión espiritual con el Cristo vivo son resultado directo del intenso sufrimiento.

El sufrimiento siempre nos lleva a Cristo porque encontramos en Él a nuestro misericordioso Sumo Sacerdote que se compadece "de nuestras debilidades" (He. 4:15) y que "es poderoso para socorrer a los que son tentados" (2:18). Así que considere sus sufrimientos como oportunidades de ser bendecido por Cristo mientras halla consuelo en su comunión.

viernes, 5 de mayo de 2017

Dios trabaja dentro de nosotros


Dios trabaja dentro de nosotros

EFESIOS 3.20, 21

Que estas palabras se sumerjan lentamente en su entendimiento: “poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos” (v. 20). ¡Qué maravillosa descripción de la capacidad de Dios para trabajar dentro de nosotros!

Pero, muy a menudo, nuestra atención se centra principalmente en lo que queremos que Él haga a nuestro favor. Si Dios cambiara esta situación o arreglara ese problema, entonces mi vida sería mejor. Pero Él nos invita a pensar y a pedir algo más grande: ¡Quiere transformarnos!

El Espíritu Santo tiene poder más que suficiente para cambiarnos por dentro, pero hacer ese cambio interior es, por lo general, un proceso lento. El fruto espiritual necesita tiempo para crecer y madurar. Es por eso que necesitamos paciencia y fe para creer que Él está trabajando, incluso cuando no veamos los resultados de inmediato. Dios nunca tiene prisa, y jamás nos dejará.

El Señor tiene un propósito para nuestra vida, y Él trabaja constantemente para lograrlo. Aunque tiene un plan específico para cada uno de sus hijos, también tiene un objetivo superior: conformar a todos los creyentes a la imagen de su Hijo Jesucristo. Para lograr esto, nos hará experimentar luchas y angustias. Es posible que esto no tenga sentido para nosotros, pero Dios sabe perfectamente lo que está haciendo.

¿Qué le gustaría ver al Señor haciendo dentro de usted? Al leer la Biblia, busque las cualidades que Dios considera preciosas, y pídale que las desarrolle en su vida. Confíe después en su promesa maravillosa de que Él hará más de lo que usted ha pedido o imaginado. Cuando las cosas parezcan imposibles

JEREMÍAS 32.17-22

¿Cuál es su primera reacción cuando enfrenta una dificultad? Algunas personas se fatigan buscando una respuesta o bien un escape. Otras se declaran derrotadas considerando que la situación es un caso perdido. Afortunadamente, usted como cristiano puede acudir de inmediato al Señor buscando su guía. De manera que lo que le pregunte en oración es de mucha importancia.

• Señor, ¿qué voy a hacer? A primera vista, esta parece ser la pregunta correcta, ¿pero la es? El problema con esta pregunta es que, a pesar de que estamos buscando la guía del Señor, la atención está puesta en nuestra acción. Eso significa que la manera en que pensamos manejar la situación está limitada por nuestras capacidades, recursos y apreciación. Con demasiada frecuencia, nuestras mentes comenzarán a idear planes posibles, y pronto recurrimos a manipulaciones y maniobras intentando solucionar el problema.

• Señor, ¿qué vas a hacer? Esta es la pregunta correcta, porque ahora la atención se ha desplazado a la omnisciencia y a la omnipotencia del Dios todopoderoso. Él nos sacará del encierro que nos aprisione, y nos aclarará cualquier situación que nos ofusque. Dios tiene el poder para realizar sus planes, que —a diferencia de nuestras soluciones— son perfectos, y que siempre lo glorifican a Él.

Para orar correctamente, usted debe estar dispuesto a entregar todos sus planes en manos de Dios. Él no solo sabe qué hacer y cómo lograrlo, sino también tiene el poder de abrir un camino a través de cualquier imposibilidad. Usted simplemente debe confiar en Él y obedecer sus instrucciones.