Lázaro
Entre las muchas historias impactantes de Jesús hoy quiero
narra una en especial y es sobre la muerte de Lázaro.
María, Marta y Lázaro eran hermanos y eran muy queridos por
Jesús, cuando Lázaro enfermo sus hermanas mandaron a avisar a Jesús esperando
una respuesta de él: “Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor,
he aquí el que amas está enfermo.” Juan 11:3 (Reina-Valera 1960), pero
sorpresivamente la actitud de Jesús frente a esta noticia fue de confianza y
calma al mismo tiempo, Jesús dijo: “Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es
para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea
glorificado por ella.” Juan 11:4 (Reina-Valera 1960), es decir que desde un
inicio Jesús sabía muy bien lo que iba a pasar y lejos de apresurarse hizo lo
siguiente: “Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días más en el
lugar donde estaba.” Juan 11:4 (Reina-Valera 1960).
A veces en la vida nos pasa algo similar, estamos en apuros y
necesitamos una acción rápida de Dios y como respuesta recibimos confianza y
calma de parte de Él, cuando lo que quisiéramos es que se apresurara.
Hay algo que me llama la atención de esta historia y es que
seguramente las hermanas de Lázaro enviaron a avisar a Jesús mientras Lázaro
agonizaba y dichos enviados tardaron en llegar a Jesús, porque luego del aviso
de estos Jesús se quedó dos días más en el lugar donde estaba y cuando Jesús
llego al Betania Lázaro tenía cuatro días de estar en el sepulcro, es decir,
que había muerto, lo habían llorado y luego sepultado y de allí tenía cuatro
días de estar en el sepulcro: “Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días
que Lázaro estaba en el sepulcro.” Juan 11:17 (Reina-Valera 1960). Seguramente
fue por eso que Jesús no se apresuró, porque Él ya sabía que había muerto desde
el momento que le dieron la noticia, es decir que no es que a Jesús no le
importará, sino que la muerte ya había llegado a Lázaro cuando supo la noticia
de su enfermedad.
A veces pareciera que a Dios “no le importa” lo que estamos
pasando, pero la realidad es que hay momentos en los que ya estamos en el
embrollo y no hay nada más que hacer para evitarlo, entonces la función de Dios
no va ser evitarlo, sino sacarte de allí.
Jesús sabía desde un primer momento lo que ocurriría, Él ya tenía
un plan trazado por eso cuando se dispuso a ir a Betania con sus discípulos les
dijo de antemano: “Dicho esto, les dijo después: Nuestro amigo Lázaro duerme;
mas voy para despertarle.” Juan 11:11 (Reina-Valera 1960). A Dios no se le
escapa ningún detalle, aunque para nuestra vista y razón pareciera que sí, la
realidad es que no, Él lo tiene todo controlado.
Me deja una gran lección de fe lo que tanto Marta como María
le dijeron a Jesús cuando lo vieron: “Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses
estado aquí, mi hermano no habría muerto.” Juan 11:21 (Reina-Valera 1960).
“María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies,
diciéndole: Señor, si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano.” Juan
11:32 (Reina-Valera 1960). Las dos le dijeron exactamente lo mismo a Jesús
denotando de esta forma la fe que existía en ellas hacia Él.
En esta historia también podemos ver el lado más humano de
Jesús: “Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban,
también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió, y dijo: ¿Dónde le
pusisteis? Le dijeron: Señor, ven y ve. Jesús lloró. Dijeron entonces los
judíos: Mirad cómo le amaba.” Juan 11:33-36 (Reina-Valera 1960). Ver llorar a
Jesús con los que lloran me hace entender que a pesar que Él tiene las
respuestas a nuestros problemas, Él nos comprende y nos acompaña en el dolor o
en la perdida. ¿Por qué lloraba Jesús si Él desde un inicio sabía que Lázaro
volvería a la vida?, no olvidemos que Jesús era humano también y como tal tenia
sentimientos y emociones, notar el dolor que embargaba a sus amados amigos lo
conmovió y es allí en donde los verdaderos líderes se conocen, pues hay que
reír con los que ríen y llorar con los que lloran. A veces cometemos el enorme
error de hacernos los fuertes, cuando en ocasiones la gente lo único que
necesita es que los acompañemos en el dolor, que sintamos con ellos y que los
entendamos, Jesús lo hizo.
Llego el momento de hacer uno de los milagros más
sorprendentes que Jesús hizo: “Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al
sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad
la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya,
porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la
gloria de Dios?” Juan 11:38-40 (Reina-Valera 1960). A pesar que Jesús había
dicho ya a Marta que iba ser resucitar a Lázaro, ella aún no había comprendido
la forma, pues pensaba que sería en el día postrero de la resurrección, por esa
razón no entendía lo que Jesús estaba haciendo, sin embargo Jesús estaba a
punto de hacer un milagro maravilloso para testimonio de todos.
“Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el
muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por
haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la
multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo
dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!” Juan 11:41-43 (Reina-Valera
1960). Para muchos quizá ese momento habrá sido de locura, pues nunca habían
visto algo similar, sin embargo aun cuando no entendemos las formas de actuar
de Dios, debemos estar confiados en que haga lo que haga será una respuesta
maravillosa y perfecta.
La Biblia dice que aquel que había muerto, volvió a la vida:
“Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el
rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.” Juan
11:44 (Reina-Valera 1960).
¿Cuál es nuestro Lázaro?, ¿Cuánto tiene de muerto?, ¿Qué es
aquello que crees que ya no tiene solución?, ¿Qué es eso que te hace llorar y que
piensas que no volverá a ser igual?, hoy Dios quiere recordarte que Él tiene
todo bajo control y que solo se necesita tener fe para creer lo que Él es capaz
de hacer.
Posiblemente hoy te encuentre en una encrucijada en donde el
problema ya está presente y ya no puedes hacer nada, entonces es hora de llamar
a Jesús y aunque pareciera que tarda, Él siempre llegará a tiempo para realizar
sus milagros sorprendentes sobre nuestra vida.
Hoy Jesús te dice: ¿No te he dicho que si crees, verás la
gloria de Dios?
¿Crees?, ¿Quieres ver la gloria de Dios?, entonces era
necesario ese Lázaro en tu vida para que pudieras ver y creer lo que Dios
quiere y puede hacer en tu vida.
¡Ten ánimo!, ¡Confía!, ¡Nunca creas que todo está perdido!,
porque Dios puede llegar hasta donde estas, quizá te acompañara en tu dolor y
llanto, pero terminara haciendo una obra maravillosa en tu vida que te
sorprenderá grandemente.
Creámosle a Dios, confiemos en Él, nunca des por muerto o
terminado algo, porque Dios es experto en hacer que lo que estaba muerto o
perdido, sea restaurado y vuelto a la normalidad.
¡Cree en Él y verás sus respuestas llenas de gloria!
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