Unidos con El
El poder de la cruz está en el hecho de que Jesús llevó todos estos elementos en sí mismos en la cruz y rompió su poder. Venció todo factor negativo
que jamás haya amenazado al hombre, y rompió el poder de Satanás que dirige todas estas fuerzas para llevar al hombre a la destrucción.
No es suficiente maravillarse de la obra de Jesús en la cruz; para que esa obra sea efectiva en nosotros, necesitamos recibirla en nuestra propia vida.
Fue en el poder del Espíritu Santo que Jesús se ofreció por nosotros (Hebreos 9:14). Es mientras permitimos que el Espíritu Santo haga la misma
obra de vencer el pecado, aflicción y el poder de la muerte en nosotros, que entraremos en la verdadera victoria del Calvario.
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