En resumen
La imposición de manos es una parte esencial de un cuerpo en funcionamiento, recibiendo vida de Jesús, la Cabeza, y liberando e impartiendo esa vida
por las manos. El poder de Cristo resucitado para sanar, para ministrar, o dar bendición reside en la vida de todo discípulo de Jesús lleno del Espíritu,
y en especial en el liderato escogido por Dios. Ese poder es liberado por la imposición de manos.
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