lunes, 12 de diciembre de 2011

La promesa de nuestra adopción


La promesa de nuestra adopción
Como hijos del Reino hemos sido adoptados en la tremenda promesa de que la salvación no es solamente p ahora, ¡sino para siempre! (Romanos
8:17). Nuestra adopción es eterna. Esta es la motivación de nuestro serví al pensar con mucha ilusión, como lo hizo Pablo, en la corona de justicia que
está preparada para nosotros al final de nuestro camino. También es la motivación para nuestra santidad (1 Juan 3:2-3). En Cristo no sólo tenemos
nueva vida, sino también una nueva esperanza. No sólo tenemos el derecho de llegar a ser hijos de Dios, s además tenemos el derecho de recibir
la herencia como hijos propios de Dios.

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