La obra del Espíritu Santo en un discípulo de Jesús
Nos habilita para echar fuera demonios (Mateo 12:28).
Nos habilita para hablar como Dios querría que hablásemos (Marcos 13:11).
Nos habilita para nacer de nuevo (Juan 3:5-8).
Será nuestro consolador para siempre (Juan 14:16).
Vive en nosotros (Juan 14:17).
Nos enseña (Juan 14:26; Juan 16:13-14).
Nos convence de pecado (Juan 16:8-11).
Nos da el poder para ser testigos de Dios (Hechos 1:8).
Posibilita que el amor de Dios sea derramado en nuestro corazón (Romanos 5:5)
Da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios (Romanos 8:16).
Nos ayuda en nuestra debilidad (Romanos 8:26).
Habilita justicia y paz en nosotros (Romanos 14:17).
Nos habilita a abundar en esperanza (Romanos 15:13).
Nos santifica (Romanos 15:16).
Reparte varios dones como El quiere (1 Corintios 12:4-11).
Habilita el fruto del Espíritu en nosotros (Gálatas 5:22-23).
Habilita gozo en nosotros (1 Tesalonicenses 1:6).
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