El ejercicio de nuestra adopción
Dios quiere que vivamos en lo bueno de nuestra adopción. Saber una verdad y no vivirla, no hará que la verdad sea real para nosotros. Por el
Espíritu Santo nos ha sido dado todo lo necesario para hacer esta verdad efectiva en nuestra experiencia cotidiana (2 Pedro 1:3).
Una última verdad de nuestra adopción es que Dios sí que nos trata como hijos, no como a parientes lejanos. Esto significa que de vez en
cuando conoceremos la mano de disciplina del Padre en nuestra vida, corrigiéndonos y recordándonos nuestras responsabilidades como hijos
(Hebreos 12:7-11).
No hay comentarios:
Publicar un comentario