Una fuente inagotable
Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido.
1 Pedro 1:22
Los cristianos tenemos la gran responsabilidad de amar a los demás, pero ¿cómo la cumpliremos? Comprendiendo nuestro recurso.
El amor está a nuestro alcance, y es nuestra culpa si no aprovechamos el recurso necesario. Tenemos que someternos al Espíritu y aprender a amar. Debemos purificar nuestro corazón confesando nuestro pecado y comprender la urgencia de atraer a otros a Cristo mediante nuestro amor. Tenemos que tomar una decisión consciente de amar a los demás, tener comunión con otros creyentes y pensar en los demás y no en nosotros mismos. Y debemos considerar el efecto de amar a otros. El amor que se da inevitablemente regresa.
Cuando Dios lo salvó a usted, Él lo hizo una nueva criatura con la capacidad de cumplir la deuda del amor. La fuente del amor es inagotable. Usted tiene el privilegio de representar a Dios en el mundo amando a los demás como Él los amó y recibir amor a cambio. Una tarea de amor
Conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento.
Efesios 3:19
Para pagar la deuda del amor, todos podemos hacer varias cosas. He aquí algunas sugerencias:
Termine una querella.
Llame a un amigo a quien no ha visto durante mucho tiempo.
Sustituya la sospecha con la confianza.
Quite cualquier amargura de su vida.
Escriba una carta sorpresiva a alguien que lo quiera a usted.
Dígale a alguien que usted sabe bien cuánto significa para usted.
Cumpla una promesa.
Pida a Dios que perdone a alguien que le hizo algo malo a usted, y olvide eso que hizo.
No sea demasiado exigente con otros familiares.
Muestre gratitud a los demás durante todo el día.
Dígale a alguien a quien quiere que usted se interesa por él o por ella.
Ore por uno de sus enemigos.
Envíele un cheque a algún necesitado.
Pida a Dios que lo ayude a amar de la manera que Jesús amó.
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