El cumplimiento de la ley
El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor.
Romanos 13:10
La clave para obedecer la ley de Dios es el amor. Cuando amamos a los demás, automáticamente obedecemos la ley. Usted no cometerá adulterio si ama a alguien. Es porque el amor no corrompe a otros ni roba su pureza. Solamente la lujuria y el egoísmo hacen eso. Si usted ama a alguien, su amor hace inservible el mandamiento de no matar. No necesito que se me recuerde que no mate a las personas si las amo. Cuando usted ama a alguien, tampoco le robará. Por lo tanto, no necesita que se le diga que no robe. Ni codiciará lo que es de otro cuando lo ama.
El amor no sustituye la ley; cumple la ley. Mediante el amor, usted puede cumplir el amor de Dios. Obedecer por amor
El propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio.
1 Timoteo 1:5
El guardar un mandamiento debe surgir de un corazón amoroso. Es posible obedecer la ley por temor y tener miedo del castigo de Dios. Pero cuando se hace eso, en realidad no se obedece la ley de manera absoluta porque el temor no es el motivo bíblico de la obediencia. El temor puede hacer que usted se abstenga de hacer algo malo y su efecto puede ser bueno, pero su resultado es incompleto.
Algunos guardan la ley por interés egoísta. Creen que si llevan una vida moral, Dios los recompensará. Pero ese no es un motivo puro para la obediencia; es egoísta. Aunque pudiera abstenerse de hacer lo malo y hacer exteriormente cosas buenas, no tendrá usted una obediencia que resulta de una actitud de amor. El verdadero propósito de la ley es cultivar el amor de corazón. Así es que se cumple la ley.
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