lunes, 30 de junio de 2025

La Victoria del Amor

 


La Victoria del Amor

“Más el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.” Mateo 28:5-10

Ese encuentro de aquellas mujeres con Cristo resucitado, tuvo que ser impactante, después de la tristeza tan grande por la muerte de su Maestro, el gozo de volverlo a ver tres días después, debe ser algo indescriptible. Para aquellas mujeres a quienes primero se les presentó un ángel, solamente la noticia que este les dio, revivió su fe, el ángel les recordó las palabras que su Señor les había dicho antes de ir a la cruz: “No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor”, recordar las Palabras de su Salvador y ver la tumba vacía fue suficiente para llenarse de esperanza y gozo; lo que las llevó a salir corriendo para dar la noticia a sus demás compañeros. Al ellas ir corriendo a compartir esta buena nueva, sucede algo aún más extraordinario, Cristo resucitado sale a su encuentro, ante lo cual su reacción fue de adoración, y ahora Jesús mismo es quien les dice que vayan a contar esta magnífica noticia a los demás discípulos.

Para nosotros los creyentes la noticia de la resurrección de Cristo debe también traer fe y esperanza, esa misma esperanza que tuvieron aquellas mujeres, y que produce gozo, pues trae la certeza de que Cristo, al dejar la tumba vacía, triunfó sobre la muerte, de manera que ahora como dice Romanos 8:38-39 podemos estar seguros de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro, lo cual debe llevarnos también a adorar a Jesús y a salir corriendo a compartir las buenas noticias de La Victoria del Amor a nuestros seres queridos, igual que lo hicieron aquellas mujeres.    Oración.

«Señor Jesús, te adoro, gracias por revelarme que tú resucitaste, estás vivo, gracias por tu amor, gracias porque ahora puedo correr a contar a todos que el Amor triunfó, que gracias a ti hoy se puede declarar la Victoria del Amor y que ese Amor ahora vive en mí. Amen.

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