Compasión y bondad reflejo del Amor de Dios
“Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de
la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y
enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino. Entonces sus
discípulos le dijeron: ¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto,
para saciar a una multitud tan grande? Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tenéis? Y
ellos dijeron: Siete, y unos pocos pececillos. Y mandó a la multitud que se
recostase en tierra. Y tomando los siete panes y los peces, dio gracias, los
partió y dio a sus discípulos, y los discípulos a la multitud. Y comieron
todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, siete canastas
llenas. Y eran los que habían comido, cuatro mil hombres, sin contar las
mujeres y los niños” Mateo 15:32-38
Es maravilloso ver cómo una y otra vez la Palabra de Dios nos
revela el amor y la bondad de nuestro Salvador; Jesús en el relato bíblico
conocido como la alimentación de los cuatro mil, muestra claramente una
característica de su gran amor: la compasión. Para el Señor era importante
enseñarle a la gente las verdades espirituales de su Reino, por eso predicaba a
las multitudes, pero también trataba sus necesidades físicas y emocionales,
sanando a las personas que se acercaban a Él, de enfermedades tanto físicas
como del alma y del espíritu; del mismo modo, las necesidades básicas del
hombre no pasaban desapercibidas, ni eran ajenas para el Maestro, por eso les
dice claramente a sus discípulos: “Tengo compasión de la gente, porque ya hace
tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no
quiero, no sea que desmayen en el camino.”
Es interesante ver que sus discípulos, quienes ya habían
presenciado el milagro de la multiplicación de los peces y los panes conocido
como la alimentación de los cinco mil, cuando escuchan esta declaración de
compasión por parte de Jesús responden: “¿De dónde tenemos nosotros tantos
panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande?”. Pero Jesús toma
esta oportunidad para enseñar nuevamente a sus discípulos acerca de su amor
compasivo y bondadoso, y por eso les responde con otra pregunta: “¿Cuántos
panes tenéis?” luego de esto los discípulos entregan lo poco que tienen y son
testigos nuevamente del milagro de la multiplicación. Hermanos, recordemos
siempre la compasión y bondad de nuestro Dios, pues así como es capaz de
alimentar a una multitud, también es capaz de saciar con el Pan de vida el alma
de un pecador; por eso, compartamos su Palabra y ayudemos con lo que tengamos
al necesitado, pues lo uno como lo otro reflejan su amor. Oración.
«Señor Jesús, ayúdame a ser más como tú, que tu amor me
inunde y pueda expresar este amor a los demás por medio de la compasión y la
bondad, predicando y practicando. Amén.
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