Coherencia de Amor
Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo:
En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo
lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus
obras, porque dicen, y no hacen.” Mateo 23:1-3
“El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque
el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.” Mateo
23:11-12
En el capítulo 23 del evangelio de Mateo vemos una dura
reprimenda que Jesús hace a los líderes religiosos de su época; si bien Jesús
les dice a sus oyentes y a sus discípulos que lo que ellos les enseñan deben
guardarlo, es decir aprenderlo, y también deben hacerlo, es decir obedecerlo,
tengan cuidado en seguir el ejemplo que estos líderes daban, pues decían pero
no hacían.
Hoy en día tenemos el mismo problema que se tenía con las
personas de liderazgo e influencia del pueblo Judío; pues en diferentes ámbitos
como en el liderazgo político, en el liderazgo laboral, en el liderazgo
espiritual y aun en el liderazgo familiar, una gran mayoría predica pero no
aplica.
El gran problema lo podemos identificar en lo que les ocurrió
a aquellos escribas y fariseos que el Señor llamó hipócritas, pues el orgullo
que ellos tenían les impidió llevar a cabo la función por la cual habían sido
colocados en aquellos puestos de liderazgo, que era precisamente enseñar al
pueblo a acercarse a Dios, así que su orgullo fue el gran problema, pues les
impedía ver la corrupción que tenían por dentro.
Hermanos, pidamos a Dios que nos muestre si tenemos orgullo,
pues este es el principal obstáculo para poder ser coherentes en nuestras vidas
cristianas, pues el orgullo enceguece, nos hace vivir en legalismo,
engañándonos y llevándonos a pensar que nuestras obras son más importantes que
nuestra relación con Dios, y nos lleva a vivir vidas en derrota, pues podemos
llegar a convertirnos como eran esos fariseos o escribas que por cumplir
mandamientos externos se habían olvidado de la esencia de la ley: el amor. Así
que también pidamos humildad, para reconocer que es la obra de Cristo en
nosotros la que permitirá que seamos ejemplo de vida, y al igual que Jesús,
poder ser siervos que practicamos lo que predicamos. Oración.
«Padre Dios perdóname por el orgullo que aún tengo en mi
vida, que tu amor transforme ese orgullo en humildad, quiero seguir el ejemplo
de Jesús y servir en amor, teniendo una vida coherente, llevando mi creencia a
una vivencia de amor. Amen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario