El nacimiento de Cristo fue en el momento oportuno
“Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su
Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que
estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Y por
cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el
cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo,
también heredero de Dios por medio de Cristo.” Gálatas 4:4-7
El apóstol Pablo al convertirse en testigo del amor de
Cristo, pudo entender por inspiración del Espíritu Santo, que Jesús llegó en el
momento preciso, por eso escribe en su carta a la Iglesia de Galacia que Dios
envió a su Hijo, cuando llegó el cumplimiento del tiempo, con la finalidad de
salvar a los que creyesen en Él y con el propósito de adoptarlos como sus hijos
(Gálatas 4:4-7).
Es maravilloso saber que como creyentes Dios no solo nos
salvó sino que nos adoptó como sus hijos y además nos dio su Santo Espíritu el
cual desde nuestro interior clama ¡Abba, Padre! Y esta expresión conlleva un
significado de cercanía, de confianza, de intimidad, es similar a cuando de
niños le decíamos a nuestro padre: papito, y es importante saber esto porque
ahora que por la fe en Jesucristo hemos sido adoptados como hijos de Dios,
podemos tener esa confianza para acercarnos a Él y decirle Papito ayúdame,
creyendo lo escrito en Hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono
de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
El nacimiento de Cristo se dio en el momento oportuno, como
dice Gálatas 4:4, de igual manera podemos tener la certeza que Dios nos enviará
su ayuda también en el momento oportuno, pues así como en el Getsemaní el Padre
envió un ángel para fortalecer a Jesús (Lucas 22:43), para que pudiera cumplir
su propósito, igualmente Dios nos fortalecerá con su Santo Espíritu para
alcanzar el propósito por el cual nos creó, como dice Efesios 3:16 “para que os
dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el
hombre interior por su Espíritu;”
Hermanos ahora como hijos de Dios cultivemos esa relación de
intimidad que nos permita acercarnos todos los días a su presencia para hallar
gracia para alcanzar nuestro propósito.
Oración.
«Padre amado, gracias por adoptarme como tu hijo, hoy me
acerco al trono de tu gracia pidiendo tu ayuda para alcanzar el propósito por
el cual tú me creaste, permíteme por la comunión con tu Santo Espíritu ser
fortalecido en mi hombre interior. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario