DIOS NO TIENE LA CULPA
La insensatez del hombre pervierte su camino y enfurece su corazón
contra el Señor.", Proverbios 19:3
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de
Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino
que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y
seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el
pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.", Santiago
1:13-15
Muchas personas se enojan contra Dios, culpándolo de la
situación por la que están pasando, “a mí me tocó esta vida”, pero también
echándole la culpa a algo que no existe, a la suerte, “a mí me tocó esta
suerte…”, culpan al destino o a la suerte, a una falsa causalidad o a la
casualidad. Esto se conoce como fatalismo y es algo predominante en cultos
paganos,
La Biblia nos revela las profundidades del corazón del
hombre, mostrándonos que somos responsables morales de lo que hacemos, si bien
no podemos cambiarnos nosotros mismos, somos responsables de aceptar el plan de
Dios o rechazarlo, somos responsables moralmente de ser personas de fe o seguir
en la incredulidad (Juan 20:27, Ezequiel 18:20).
Contundentemente la escritura nos enseña acerca de esta
responsabilidad moral: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar
al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es
condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el
nombre del unigénito Hijo de Dios.” (Juan 3:17-18).
Si no aprobamos tener en cuenta a Dios, tendremos una mente
reprobada, con tendencia solo al mal, a seguir los deseos equivocados, lo que
desembocará en conductas perversas con consecuencias de dolor y muerte, recibiendo
en sí mismos la retribución debida a su extravío.”. (Romanos 1:18-32)
Dios no tiene la culpa, pero si nos quita la culpa por medio
de la fe en Jesús. Así que no vivamos resentidos contra Dios, porque es de
nosotros la responsabilidad de ir a la Luz, para que sean abiertos nuestros
ojos, no sea que luego seamos de aquellos a los cuales se les diga que: “Y esta
es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las
tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.” (Juan 3:19). Oración.
Señor, tú quitaste la culpa por mis pecados por medio de tu
hijo Jesús, en la cruz me has liberado y ya no soy condenado. Guíame para vivir
de acuerdo a tu plan y servirte con todas mis fuerzas. Amén. Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra! Usa tus redes sociales para
ese propósito.
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