Una Vida Con Propósito Y Significado
“…MÍO ERES TÚ…” (Isaías 43:1)
Hay una canción famosa de Dean Martin que dice ‘No eres nadie hasta que alguien te quiere’. Esa letra revela nuestros anhelos más profundos. Queremos que nuestras vidas valgan, que tengan transcendencia. Nuestro mayor temor es pasar por la vida sin que nadie se dé cuenta. Nos preocupa sobremanera la falta de estudios, nuestra situación económica comparada con la de otros, y el aspecto físico. Por eso nos molestamos cuando a un amigo se le olvida llamarnos, un profesor no recuerda nuestro nombre o un compañero de trabajo se lleva los honores de algo que hemos hecho nosotros. Buscamos atención, dejamos caer en las conversaciones nombres de personas de prestigio para darnos importancia y ponemos pegatinas llamativas en nuestros coches. Los diseñadores de moda nos dicen ‘Si llevas nuestros vaqueros serás alguien’ . Así que vamos a la tienda y gastamos la mitad del sueldo en unos vaqueros italianos. Pero luego -¡qué horror!- cambia el estilo, ya no se llevan ajustados sino anchos y pálidos en lugar de oscuros. Así que nos quedamos vistiendo la moda de ayer, sintiéndonos como que somos una noticia pasada.
Al grano: No puedes adquirir el sentido de trascendencia con cosas exteriores; es algo interno. Lo que da significado a tu vida es alguien en quien confías, que nunca va a cambiar; alguien que conoce lo peor de ti y aun así siempre cree lo mejor. Y sólo hay un ser así: Dios. Así que lee lo siguiente: “Ahora, así dice el Señor, Creador… y Formador tuyo…: «No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti. Porque yo, El Señor, [soy] Dios tuyo… Porque a mis ojos eres de gran estima…” (Isaías 43:1-4).
“…MÍO ERES TÚ…” (Isaías 43:1)
Hay una canción famosa de Dean Martin que dice ‘No eres nadie hasta que alguien te quiere’. Esa letra revela nuestros anhelos más profundos. Queremos que nuestras vidas valgan, que tengan transcendencia. Nuestro mayor temor es pasar por la vida sin que nadie se dé cuenta. Nos preocupa sobremanera la falta de estudios, nuestra situación económica comparada con la de otros, y el aspecto físico. Por eso nos molestamos cuando a un amigo se le olvida llamarnos, un profesor no recuerda nuestro nombre o un compañero de trabajo se lleva los honores de algo que hemos hecho nosotros. Buscamos atención, dejamos caer en las conversaciones nombres de personas de prestigio para darnos importancia y ponemos pegatinas llamativas en nuestros coches. Los diseñadores de moda nos dicen ‘Si llevas nuestros vaqueros serás alguien’ . Así que vamos a la tienda y gastamos la mitad del sueldo en unos vaqueros italianos. Pero luego -¡qué horror!- cambia el estilo, ya no se llevan ajustados sino anchos y pálidos en lugar de oscuros. Así que nos quedamos vistiendo la moda de ayer, sintiéndonos como que somos una noticia pasada.
Al grano: No puedes adquirir el sentido de trascendencia con cosas exteriores; es algo interno. Lo que da significado a tu vida es alguien en quien confías, que nunca va a cambiar; alguien que conoce lo peor de ti y aun así siempre cree lo mejor. Y sólo hay un ser así: Dios. Así que lee lo siguiente: “Ahora, así dice el Señor, Creador… y Formador tuyo…: «No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti. Porque yo, El Señor, [soy] Dios tuyo… Porque a mis ojos eres de gran estima…” (Isaías 43:1-4).
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