Las convicciones diferentes
1 Corintios 8.1-13
Aunque comer carne ofrecida a los ídolos no es un tema controversial hoy, 1 Corintios 8 podría llevarnos a hacernos la pregunta de si Dios juzga de manera diferente la conducta de los cristianos.
Primero, debemos reconocer que algunas verdades morales son evidentes para todos. Son inconmovibles y no cambiarán, a pesar de la situación. Pero otras convicciones están basadas en el conocimiento o las creencias, por lo que variarán de una persona a otra.
La conciencia no se mantiene estática. Por el contrario, se desarrolla de acuerdo con la verdad que una persona escucha y acepta. Cuando usted se convirtió en cristiano, probablemente no cuestionaba actividades, pensamientos o actitudes que ahora considera inaceptables. A medida que su conocimiento de Dios y de su Palabra ha crecido, también lo ha hecho su conciencia. Ya que todos maduramos a ritmos diferentes, el Señor moldea la conciencia de cada creyente de acuerdo con la comprensión o debilidad de cada persona. En estas aspectos cambiantes, lo que está mal para un creyente, puede ser aceptable para otro.
Entonces, ¿cómo debemos vivir con aquellos cuyas convicciones no corresponden con las nuestras? Debemos primero entender que no nos corresponde condenarlos o juzgarlos. El Espíritu Santo guía a cada creyente en el camino que debe ir.
¡Qué maravillosa demostración del amor de Dios! Él crea una senda para cada uno, y da una conciencia sensible de acuerdo a la persona. Nuestra tarea es crecer en la verdad, escuchar su dirección personalizada, y nunca poner obstáculos a un creyente en su camino.
1 Corintios 8.1-13
Aunque comer carne ofrecida a los ídolos no es un tema controversial hoy, 1 Corintios 8 podría llevarnos a hacernos la pregunta de si Dios juzga de manera diferente la conducta de los cristianos.
Primero, debemos reconocer que algunas verdades morales son evidentes para todos. Son inconmovibles y no cambiarán, a pesar de la situación. Pero otras convicciones están basadas en el conocimiento o las creencias, por lo que variarán de una persona a otra.
La conciencia no se mantiene estática. Por el contrario, se desarrolla de acuerdo con la verdad que una persona escucha y acepta. Cuando usted se convirtió en cristiano, probablemente no cuestionaba actividades, pensamientos o actitudes que ahora considera inaceptables. A medida que su conocimiento de Dios y de su Palabra ha crecido, también lo ha hecho su conciencia. Ya que todos maduramos a ritmos diferentes, el Señor moldea la conciencia de cada creyente de acuerdo con la comprensión o debilidad de cada persona. En estas aspectos cambiantes, lo que está mal para un creyente, puede ser aceptable para otro.
Entonces, ¿cómo debemos vivir con aquellos cuyas convicciones no corresponden con las nuestras? Debemos primero entender que no nos corresponde condenarlos o juzgarlos. El Espíritu Santo guía a cada creyente en el camino que debe ir.
¡Qué maravillosa demostración del amor de Dios! Él crea una senda para cada uno, y da una conciencia sensible de acuerdo a la persona. Nuestra tarea es crecer en la verdad, escuchar su dirección personalizada, y nunca poner obstáculos a un creyente en su camino.
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