La protección de la paz
La paz de Dios… guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:7
El versículo de hoy se refiere a la paz de Dios que protege nuestro corazón y nuestros pensamientos. "Guardará" es un término militar que significa "seguir observando". Los creyentes de Filipos vivían en una ciudad fortificada donde estaban los soldados romanos para proteger los intereses del imperio en aquella parte del mundo. De igual manera, la paz de Dios nos protege de la ansiedad, la duda, el temor y la angustia.
El creyente que no vive en la confianza de la soberanía de Dios carecerá de su paz y quedará en el caos de un corazón atribulado. Pero nuestra segura confianza en el Señor nos permitirá darle gracias en medio de las pruebas porque tenemos la paz de Dios que protege nuestro corazón y nuestra mente.
Cuando Pablo se refiere a nuestro corazón y nuestros pensamientos, no hace distinción alguna entre ellos. Es una declaración amplia que describe todo el ser interior de la persona. Gracias a nuestra unión con Cristo, Él protege con su paz todo nuestro ser. Y eso es lo que nos ayuda a ser espiritualmente estables. La acción de gracias de Jonás
Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová.
Jonás 2:9
Es asombroso que el profeta Jonás diera gracias a Dios mientras estaba en el vientre del gran pez (Jon. 2:1). ¿Cómo reaccionaría usted si estuviera en el lugar de Jonás? Tal vez clamaría: "¿Qué estás haciendo, Dios? ¿Dónde estás? ¿Por qué está sucediendo esto?" Pero Jonás reaccionó de manera diferente: "Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste" (v. 2). Después describió su hundimiento en el mar y la seriedad de su dilema (vv. 3-5)
No obstante, en medio de tan difícil situación, Jonás oró: "Tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo" (vv. 6-7). Aunque tenía sus debilidades, Jonás demostró una gran estabilidad espiritual en su oración. Confió en el poder de Dios para librarlo si quería. De igual manera, la paz de Dios lo ayudará a usted si reacciona ante las circunstancias con acción de gracias.
La paz de Dios… guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Filipenses 4:7
El versículo de hoy se refiere a la paz de Dios que protege nuestro corazón y nuestros pensamientos. "Guardará" es un término militar que significa "seguir observando". Los creyentes de Filipos vivían en una ciudad fortificada donde estaban los soldados romanos para proteger los intereses del imperio en aquella parte del mundo. De igual manera, la paz de Dios nos protege de la ansiedad, la duda, el temor y la angustia.
El creyente que no vive en la confianza de la soberanía de Dios carecerá de su paz y quedará en el caos de un corazón atribulado. Pero nuestra segura confianza en el Señor nos permitirá darle gracias en medio de las pruebas porque tenemos la paz de Dios que protege nuestro corazón y nuestra mente.
Cuando Pablo se refiere a nuestro corazón y nuestros pensamientos, no hace distinción alguna entre ellos. Es una declaración amplia que describe todo el ser interior de la persona. Gracias a nuestra unión con Cristo, Él protege con su paz todo nuestro ser. Y eso es lo que nos ayuda a ser espiritualmente estables. La acción de gracias de Jonás
Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová.
Jonás 2:9
Es asombroso que el profeta Jonás diera gracias a Dios mientras estaba en el vientre del gran pez (Jon. 2:1). ¿Cómo reaccionaría usted si estuviera en el lugar de Jonás? Tal vez clamaría: "¿Qué estás haciendo, Dios? ¿Dónde estás? ¿Por qué está sucediendo esto?" Pero Jonás reaccionó de manera diferente: "Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; desde el seno del Seol clamé, y mi voz oíste" (v. 2). Después describió su hundimiento en el mar y la seriedad de su dilema (vv. 3-5)
No obstante, en medio de tan difícil situación, Jonás oró: "Tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo" (vv. 6-7). Aunque tenía sus debilidades, Jonás demostró una gran estabilidad espiritual en su oración. Confió en el poder de Dios para librarlo si quería. De igual manera, la paz de Dios lo ayudará a usted si reacciona ante las circunstancias con acción de gracias.
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