Separados del mundo
[Moisés tuvo] por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.
Hebreos 11:26
Cuanto más vivimos, tanto más acumulamos. Pero esas cosas tienden a tener menos importancia para los cristianos. Cuando llegan las pruebas a la vida y usted se esfuerza por alcanzar esas cosas terrenales, ve lo efímera que son. Las pruebas pueden separarlo a usted de las cosas terrenales cuando demuestran lo inútil que son para resolver algún problema o para dar algún alivio en tiempo de tensiones.
Moisés aprendió el valor de las pruebas aunque se había criado en la casa del Faraón como príncipe de Egipto. Como parte de la familia real, tenía la mejor educación y alcanzó la cima de la sociedad egipcia desde el punto de vista de la riqueza, la honra y la comodidad. Pero consideró los sacrificios hechos al identificarse con los propósitos de Dios "mayores riquezas... que los tesoros de los egipcios". Quitó la mirada de todas las cosas terrenales que tenía a su disposición y comenzó a preocuparse por las pruebas de su pueblo, lo que el Señor usó para separarlo de los placeres materiales. La prueba del agua
También nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.
Romanos 5:3-4
Los joyeros usan "la prueba del agua" como una de las maneras más seguras de identificar un verdadero diamante. Una piedra de imitación nunca es tan brillante como una piedra genuina, pero a veces no puede determinarse la diferencia a simple vista. Los joyeros saben que un diamante genuino puesto en el agua centellea refulgente, mientras que el brillo de la imitación es prácticamente opaco. Esa prueba hace relativamente fácil seleccionar el verdadero diamante.
A modo de analogía, encuentro que la fe de muchas personas bajo las aguas de la tristeza o la aflicción no es más que una imitación. Sin embargo, cuando un verdadero hijo de Dios está hundido en una prueba, brillará más refulgente que nunca.
[Moisés tuvo] por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.
Hebreos 11:26
Cuanto más vivimos, tanto más acumulamos. Pero esas cosas tienden a tener menos importancia para los cristianos. Cuando llegan las pruebas a la vida y usted se esfuerza por alcanzar esas cosas terrenales, ve lo efímera que son. Las pruebas pueden separarlo a usted de las cosas terrenales cuando demuestran lo inútil que son para resolver algún problema o para dar algún alivio en tiempo de tensiones.
Moisés aprendió el valor de las pruebas aunque se había criado en la casa del Faraón como príncipe de Egipto. Como parte de la familia real, tenía la mejor educación y alcanzó la cima de la sociedad egipcia desde el punto de vista de la riqueza, la honra y la comodidad. Pero consideró los sacrificios hechos al identificarse con los propósitos de Dios "mayores riquezas... que los tesoros de los egipcios". Quitó la mirada de todas las cosas terrenales que tenía a su disposición y comenzó a preocuparse por las pruebas de su pueblo, lo que el Señor usó para separarlo de los placeres materiales. La prueba del agua
También nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza.
Romanos 5:3-4
Los joyeros usan "la prueba del agua" como una de las maneras más seguras de identificar un verdadero diamante. Una piedra de imitación nunca es tan brillante como una piedra genuina, pero a veces no puede determinarse la diferencia a simple vista. Los joyeros saben que un diamante genuino puesto en el agua centellea refulgente, mientras que el brillo de la imitación es prácticamente opaco. Esa prueba hace relativamente fácil seleccionar el verdadero diamante.
A modo de analogía, encuentro que la fe de muchas personas bajo las aguas de la tristeza o la aflicción no es más que una imitación. Sin embargo, cuando un verdadero hijo de Dios está hundido en una prueba, brillará más refulgente que nunca.
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