Para ganar la guerra
1 TIMOTEO 1.18
Después del 11 de septiembre de 2001, nuestro país le declaró la guerra al terrorismo. Al comienzo, este esfuerzo monopolizó los titulares de prensa y mantuvo a muchos de nosotros pegados a la TV. Diez años más tarde, hay mucha menos publicidad acerca de esta guerra, pero aun estamos lejos de experimentar la paz internacional.
Estos son tiempos difíciles, y no solo a nivel mundial. Como cristianos, nos enfrentamos a una guerra constante, luchando con el pecado y sus consecuencias. Siempre en una encrucijada: ¿Seguiremos a Jesús o dejaremos que las presiones de la vida dirijan nuestra lealtad hacia otras cosas?
En cualquier guerra, ya sea en las renovadas tensiones del Medio Oriente o de nuestra propia batalla espiritual, hay varias acciones esenciales para lograr la victoria. Hoy nos centraremos en la primera táctica: conocer a nuestro enemigo y en la forma como trabaja. En su deseo de alejarnos del Señor, el diablo trata de traer dudas, pecado, sentimientos de culpa y destrucción a nuestras vidas. Engaña, divide y destruye.
Los cristianos debemos estar alerta. Cuando leemos la Biblia, oramos y pasamos tiempo con otros creyentes, nos estamos protegiendo. Al memorizar las Sagradas Escrituras, tenemos la verdad para protegernos contra el engaño. Además, podemos decirle a Satanás que huya, en el nombre de Jesucristo (Mr 16.17; Lc 10.17).
¿Está usted en una situación de vulnerabilidad a la que Satanás tiene fácil acceso? Asegúrese de que su vida esté firme sobre la roca sólida que es Jesucristo. A menos que se mantenga cerca de Él, el diablo le alejará de Dios. Sea como una rama que permanece unida a la vid, para que la victoria sea suya.
1 TIMOTEO 1.18
Después del 11 de septiembre de 2001, nuestro país le declaró la guerra al terrorismo. Al comienzo, este esfuerzo monopolizó los titulares de prensa y mantuvo a muchos de nosotros pegados a la TV. Diez años más tarde, hay mucha menos publicidad acerca de esta guerra, pero aun estamos lejos de experimentar la paz internacional.
Estos son tiempos difíciles, y no solo a nivel mundial. Como cristianos, nos enfrentamos a una guerra constante, luchando con el pecado y sus consecuencias. Siempre en una encrucijada: ¿Seguiremos a Jesús o dejaremos que las presiones de la vida dirijan nuestra lealtad hacia otras cosas?
En cualquier guerra, ya sea en las renovadas tensiones del Medio Oriente o de nuestra propia batalla espiritual, hay varias acciones esenciales para lograr la victoria. Hoy nos centraremos en la primera táctica: conocer a nuestro enemigo y en la forma como trabaja. En su deseo de alejarnos del Señor, el diablo trata de traer dudas, pecado, sentimientos de culpa y destrucción a nuestras vidas. Engaña, divide y destruye.
Los cristianos debemos estar alerta. Cuando leemos la Biblia, oramos y pasamos tiempo con otros creyentes, nos estamos protegiendo. Al memorizar las Sagradas Escrituras, tenemos la verdad para protegernos contra el engaño. Además, podemos decirle a Satanás que huya, en el nombre de Jesucristo (Mr 16.17; Lc 10.17).
¿Está usted en una situación de vulnerabilidad a la que Satanás tiene fácil acceso? Asegúrese de que su vida esté firme sobre la roca sólida que es Jesucristo. A menos que se mantenga cerca de Él, el diablo le alejará de Dios. Sea como una rama que permanece unida a la vid, para que la victoria sea suya.
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