Efesios 3:1-13
"A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los
gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo" (v.8).
¿Cuál es nuestra prioridad en el servicio al Señor? Si nos damos cuenta no todo lo que hacemos por los
hombres tiene un valor trascendente en sí mismo. Puedo darles de comer, puedo alcanzarles ropa o aun
traerlos a casa para que puedan hospedarse pero esto no tiene un valor trascendente para ellos, aunque
sí lo pueda tener para nosotros.
¿Entonces qué es lo que tiene un valor trascendente? Pablo nos lo menciona cuando dice, "me fue dada
esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo". Sí tú y yo
solamente hacemos las cosas sin tomar en cuenta la salvación de los hombres se nos podrá llamar
filántropos, gente altruista y generosa, y eso es todo lo que podemos esperar. Nuestras iglesias llegarán
a convertirse solo en instituciones de caridad y eso será todo.
Eso nos lleva a tomar en cuenta nuestra prioridad, hemos sido llamados para desarrollar la tarea de llevar
a los hombres a la salvación. Esto significa hablarles de Jesús como Salvador y presentárselos como su
Señor. Es también acompañarlos en su proceso de crecimiento a fin de que conviertan en personas maduras
y sin mancha delante de Dios.
Hermanos, nos erremos, nuestra prioridad es la salvación de los hombres.
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