Según una de las fábulas
de Esopo, una anciana que estaba a punto de perder la vista ofreció a un médico
una jugosa recompensa a cambio de un tratamiento que le mejore la vista.
El médico, quien además
de médico era un ladrón y mentiroso consumado, solamente se limitaba a untar
aceite en los ojos de la anciana y mientras ésta tenía los ojos cerrados,
aprovechaba para llevarse una a una las cosas de valor que la anciana tenía en
su casa.
Cuando ya no quedaban
más cosas que llevarse, el médico dijo a la anciana que el tratamiento había
terminado y reclamó la recompensa acordada. Pero la anciana rehusó realizar el
pago, por lo cual el médico le llevó a los tribunales de justicia.
En su defensa, la
anciana decía a los magistrados: En verdad prometí pagar esa recompensa, pero
siempre y cuando me mejore la vista. Pues sucede que antes del tratamiento, al
menos veía borrosamente las cosas de mi casa, en cambio ahora, ¡no las veo en
absoluto! La mentira es como un bumerang, siempre halla la forma de regresar
para golpear al mentiroso.
La mentira es la
expresión o manifestación contraria a lo que se sabe o se cree, o se piensa. La Biblia habla mucho sobre la
mentira, porque la mentira no debe ser parte de la vida auténticamente
cristiana.
La mentira está
justamente entre las cosas que odia Jehová. La Biblia dice que Dios
abomina la mentira. Proverbios 12:22 dice: "Los labios mentirosos son
abominación a Jehová; pero los que hacen verdad son su contentamiento."
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