La Posición Correcta no Exime de la Prueba
Pasaje Clave: Génesis 1:6.
Abram estaba parado en el lugar correcto, pero viviendo una situación difícil. Está en Canaán, Dios se le revela, el allí adora por lo menos construyendo dos altares… pero el lugar correcto no exime de conflictos.
Los cristianos tenemos la idea que si hacemos lo correcto no puede venirnos problemas y pruebas. Esa es la razón por la que nos preguntamos ¿por qué me pasa esto o aquello? Sin darnos cuenta que nuestra posición amerita la oposición.
Pongamos un ejemplo: Si yo fuera un domador (cosa que no soy) y me subiera a un potro indómito, ¿no se esperaría que este corcoveara y se moviera frenéticamente? ¿Debería apearme del mismo preguntándome porque me pasa esto a mí? De ninguna manera, cualquier observador me preguntaría: ¿qué esperabas que el potro te cebara mate? Ser domador implica que hay que pasar por estos avatares.
Esto es lo que el apóstol Pedro le dice a sus lectores: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que en medio de vosotros ha venido para probaros, como si alguna cosa extraña os estuviera aconteciendo; 13 antes bien, en la medida en que compartís los padecimientos de Cristo, regocijaos, para que también en la revelación de su gloria os regocijéis con gran alegría” (1 Pedro 4:12).
La posición correcta, no exime de la prueba. Jesús hizo lo correcto al bautizarse, pero su posición de obediencia ameritaba el desierto. Jesús hizo lo correcto al afirmar su rostro e ir a Jerusalén pero su posición de obediencia pasaba necesariamente por la cruz. Pablo tuvo revelación de que le esperaban en el camino de la obediencia pruebas y prisiones.
Muchas veces las cosas que nos pasan son por no estar en el lugar correcto pero otras por estar en el lugar de la obediencia. ¿Cuál es la diferencia? La diferencia es que mientras estás en el lugar correcto nadie te puede voltear del potro, pero si como Abram reculas y te salís de la posición correcta y te vas a Egipto, vas a morder el polvo. Otra vez Pedro nos aclara:
“Si sois vituperados por el nombre de Cristo, dichosos sois, pues el Espíritu de gloria y de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, por ellos El es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. Que de ninguna manera sufra alguno de vosotros como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entrometido. Pero si alguno sufre como cristiano, que no se avergüence, sino que como tal glorifique a Dios (1 Pedro 4:14-16).
Hay algunos que chocan con el auto por estar tomados y dicen: “estoy pasando una prueba”, no hermano, metiste las de andar y estás pagando las consecuencias. Pero te agarra la piedra el auto porque estás adorando a Dios, como nos pasó a muchos hace unos meses, ahí la cosa es diferente.
Hoy quiero saber si estoy en la tierra correcta. Porque si estoy parado en la voluntad de Dios tendré revelación, adoración y victoria a pesar de la situación que viva. Si me salí de la voluntad debo urgentemente regresar a ella, porque no hay revelación, ni adoración, aunque pueda salir “victorioso” de la situación de prueba.
Hoy quiero retornar cada aspecto de mi vida al centro de la voluntad de Dios. Nunca es buena idea salirse de lo que me costó tanto obtener y donde tarde o temprano tendré que regresar. Hoy apuesto a la obediencia a Dios. Amén.
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