Importa Qué Cosa Oír
Muchos son como los atenienses del tiempo de Pablo, de quienes dicen las Escrituras que pasaban su tiempo queriendo oír alguna cosa nueva. Dice Hechos 17:21: "Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino es decir o en oír algo nuevo" Por lo tanto, muchos maestros buscan seguidores por medio de alguna cosa nueva y atractiva que llame la atención de la gente.
Vivimos ahora en tiempos de modernización en todo aspecto de la vida física, y muchos quieren algo moderno también en la religión. Así es que muchos son como los atenienses antiguos, y no como los de Berea, de quienes leemos en el mismo capítulo 17 de Hechos. Estos eran más nobles. Dice el texto, Hechos 17:11, así: "Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando las Escrituras para ver si estas cosas eran así". Esto requiere algo de energía espiritual; los muchos prefieren oír algo nuevo, y no escudriñar nada. Es por esto que la gente es engañada tan fácilmente. De veras, es necesario tener cuidado con lo que oímos.
Vemos la importancia de tener cuidado con lo que oímos, porque dice el Nuevo Testamento que la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios (Romanos 10:17). Si se oye algo que no es de la Palabra de Dios, la fe resultante no va a ser fe bíblica, o fe según la enseñanza de la Biblia. La persona sí tendrá fe, pero no va a ser la fe que sana, o salva. Dice el apóstol Pablo, escribiendo a los tesalonicenses (2 Tesalonicenses 2:10-12), que si alguno no ama la verdad, Dios le enviará una operación de error, para que crea la mentira y sea condenado. [Cuando una persona rechaza voluntariamente el conocimiento de la verdad revelada en el Nuevo Testamento, ¿qué es lo que va a creer? ¡Lo único que queda es la mentira! Si rehusamos aceptar la verdad, Dios permitirá que seamos engañados por cualquier falso maestro o por cualquier creencia falsa. En otras palabras, Dios dice a todo el mundo que rechaza Su Palabra: "si usted prefiere la mentira a la verdad, ¡ahí la tiene!" Dios no obliga a nadie a creer la verdad o la mentira. Cada uno tiene la plena libertad de elegir lo que va a creer... pero si elegimos la mentira, Dios permitirá que nos quedemos con ella
¿Quién dirá, pues, que no importa qué oiga uno? Sí importa.
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