jueves, 5 de noviembre de 2009

Genesis 41

Genesis 41 -

CAPÍTULO XLI
Versículos 1-8. Los sueños del faraón. 9-32. José interpreta los sueños del faraón. 33-45. El consejo de José-Ascendido a un alto cargo. 46-57. Los hijos de José-El comienzo del hambre.

Vv. 1-8.El medio de José para ser liberado de la prisión fueron los sueños del faraón, que aquí se relatan. Ahora que Dios ya no habla más de esa manera, no importa hagamos poco caso de los sueños o los contemos. Contar sueños necios no puede ser mejor que hablar necedades. Pero estos sueños evidentemente habían sido enviados por Dios; cuando el faraón despertó, su espíritu estaba perturbado.

Vv. 9-32.El tiempo de Dios para el crecimiento de su pueblo es el tiempo más adecuado. Si el jefe de los coperos hubiera logrado que José fuera liberado de la cárcel, probablemente éste hubiera regresado a la tierra de los hebreos. Entonces no hubiera sido bendecido tanto ni tampoco hubiera habido tamaña bendición para su familia como resultó después. José da honra a Dios cuando lo presentan al faraón.
Faraón había soñado que estaba a orillas del río Nilo y vio unas vacas, gordas y luego flacas, salir del río. Egipto no tiene lluvias, pero la cosecha del año depende de la crecida del río Nilo. Nótese cuántos caminos tiene la providencia para dispensar sus dádivas; sin embargo, nuestra dependencia de la Primera Causa sigue siendo la misma, la cual hace que cada cosa creada sea lo que es para nosotros, sea lluvia o río.
Véase a qué cambios están sujetas las comodidades de esta vida. No podemos estar seguros de que mañana será como hoy día o que el año próximo sea como éste. Debemos aprender a tener pobreza y a estar en abundancia. Nótese la bondad de Dios para mandar los siete años de abundancia antes que los de hambre, para que pudiera hacerse provisión. El producto de la tierra es, a veces más, y a veces menos, pero, tomados en conjunto, al que cosecha mucho no le sobra nada y a aquel que cosecha poco nada le falta, Éxodo xvi, 18. Y fíjese en la naturaleza perecedera de nuestros placeres mundanos. Las cosechas más grandes de los años de abundancia se perdieron por completo siendo consumidas en los años de escasez y aquello que parecía mucho, solo sirvió para mantener viva a la gente. Hay pan que permanece para la vida eterna por el cual vale la pena trabajar. Los que hacen que las cosas de este mundo sean su sumo bien, hallarán poco placer al recordar que las recibieron.

Vv. 33-45.José dio un buen consejo al faraón. La buena advertencia siempre debe ir seguida por un buen consejo. Dios nos ha dicho en su palabra que hay un día de prueba para nosotros, cuando necesitaremos toda la gracia que podamos tener. Por tanto, ahora haga la provisión correspondiente. El faraón dio un testimonio honorable de José. Es un hombre en quien está el espíritu de Dios; y tales hombres deben ser estimados.
El faraón pone en José señales de honor. Le dio un nombre que hablaba del valor que para él tenía, Zafnat-panea, que significa “revelador de secretos”. Este ascenso de José nos da ánimos a todos para confiar en Dios. El nuevo nombre de José algunos lo traducen como “el salvador del mundo”. Las glorias más resplandecientes, aun del mundo superior, están depositadas en Cristo, la mayor confianza ha sido depositada en su mano y todo el poder en el cielo y la tierra le fueron dados.

Vv. 46-57.José se apropió de la divina providencia en los nombres de sus dos hijos, Manasés y Efraín.
1. Se le hizo olvidar su desgracia. -2. Se le hizo fructífero en la tierra de su aflicción. Llegaron los siete años de abundancia y se terminaron. Tenemos que esperar el fin de los días tanto de nuestra prosperidad como de nuestra oportunidad. No debemos sentirnos seguros de la prosperidad ni ser perezosos para hacer buen uso de la oportunidad. Los años de abundancia se acabarán; haz todo lo que te viniere a la mano para hacer; y siega en el tiempo de la cosecha. Llegó la escasez y el hambre se hizo sentir no sólo en Egipto sino también en otras tierras. José fue diligente para almacenar mientras duró la abundancia. Cuando llegó el hambre fue prudente y cuidadoso para dar. José estuvo dedicado a labores útiles e importantes. Pero en medio de esta actividad suya fue que su padre Jacob dijo: ¡José no parece! ¡Cuán grande sería la parte de nuestros problemas que se eliminaría si supiéramos toda la verdad! -Que estos sucesos nos conduzcan a Jesús. Hay hambre del pan de vida en toda la tierra. Id a Jesús y haced lo que Él os pida. Escuchad Su voz, pedidle; Él abrirá sus tesoros y satisfará con bondad al alma hambrienta de toda época y nación, sin dinero y sin precio. Pero quienes no dan la debida atención a esta provisión, deben pasar hambre, y los enemigos de ella serán destruidos. -

CAPÍTULO 41
Versículos 1-8. Los sueños del faraón. 9-32. José interpreta los sueños del faraón. 33-45. El consejo de José-Ascendido a un alto cargo. 46-57. Los hijos de José-El comienzo del hambre.

Vv. 1-8.El medio de José para ser liberado de la prisión fueron los sueños del faraón, que aquí se relatan. Ahora que Dios ya no habla más de esa manera, no importa hagamos poco caso de los sueños o los contemos. Contar sueños necios no puede ser mejor que hablar necedades. Pero estos sueños evidentemente habían sido enviados por Dios; cuando el faraón despertó, su espíritu estaba perturbado.

Vv. 9-32.El tiempo de Dios para el crecimiento de su pueblo es el tiempo más adecuado. Si el jefe de los coperos hubiera logrado que José fuera liberado de la cárcel, probablemente éste hubiera regresado a la tierra de los hebreos. Entonces no hubiera sido bendecido tanto ni tampoco hubiera habido tamaña bendición para su familia como resultó después. José da honra a Dios cuando lo presentan al faraón.
Faraón había soñado que estaba a orillas del río Nilo y vio unas vacas, gordas y luego flacas, salir del río. Egipto no tiene lluvias, pero la cosecha del año depende de la crecida del río Nilo. Nótese cuántos caminos tiene la providencia para dispensar sus dádivas; sin embargo, nuestra dependencia de la Primera Causa sigue siendo la misma, la cual hace que cada cosa creada sea lo que es para nosotros, sea lluvia o río.
Véase a qué cambios están sujetas las comodidades de esta vida. No podemos estar seguros de que mañana será como hoy día o que el año próximo sea como éste. Debemos aprender a tener pobreza y a estar en abundancia. Nótese la bondad de Dios para mandar los siete años de abundancia antes que los de hambre, para que pudiera hacerse provisión. El producto de la tierra es, a veces más, y a veces menos, pero, tomados en conjunto, al que cosecha mucho no le sobra nada y a aquel que cosecha poco nada le falta, Éxodo xvi, 18. Y fíjese en la naturaleza perecedera de nuestros placeres mundanos. Las cosechas más grandes de los años de abundancia se perdieron por completo siendo consumidas en los años de escasez y aquello que parecía mucho, solo sirvió para mantener viva a la gente. Hay pan que permanece para la vida eterna por el cual vale la pena trabajar. Los que hacen que las cosas de este mundo sean su sumo bien, hallarán poco placer al recordar que las recibieron.

Vv. 33-45.José dio un buen consejo al faraón. La buena advertencia siempre debe ir seguida por un buen consejo. Dios nos ha dicho en su palabra que hay un día de prueba para nosotros, cuando necesitaremos toda la gracia que podamos tener. Por tanto, ahora haga la provisión correspondiente. El faraón dio un testimonio honorable de José. Es un hombre en quien está el espíritu de Dios; y tales hombres deben ser estimados.
El faraón pone en José señales de honor. Le dio un nombre que hablaba del valor que para él tenía, Zafnat-panea, que significa “revelador de secretos”. Este ascenso de José nos da ánimos a todos para confiar en Dios. El nuevo nombre de José algunos lo traducen como “el salvador del mundo”. Las glorias más resplandecientes, aun del mundo superior, están depositadas en Cristo, la mayor confianza ha sido depositada en su mano y todo el poder en el cielo y la tierra le fueron dados.

Vv. 46-57.José se apropió de la divina providencia en los nombres de sus dos hijos, Manasés y Efraín.
1. Se le hizo olvidar su desgracia. -2. Se le hizo fructífero en la tierra de su aflicción. Llegaron los siete años de abundancia y se terminaron. Tenemos que esperar el fin de los días tanto de nuestra prosperidad como de nuestra oportunidad. No debemos sentirnos seguros de la prosperidad ni ser perezosos para hacer buen uso de la oportunidad. Los años de abundancia se acabarán; haz todo lo que te viniere a la mano para hacer; y siega en el tiempo de la cosecha. Llegó la escasez y el hambre se hizo sentir no sólo en Egipto sino también en otras tierras. José fue diligente para almacenar mientras duró la abundancia. Cuando llegó el hambre fue prudente y cuidadoso para dar. José estuvo dedicado a labores útiles e importantes. Pero en medio de esta actividad suya fue que su padre Jacob dijo: ¡José no parece! ¡Cuán grande sería la parte de nuestros problemas que se eliminaría si supiéramos toda la verdad! -Que estos sucesos nos conduzcan a Jesús. Hay hambre del pan de vida en toda la tierra. Id a Jesús y haced lo que Él os pida. Escuchad Su voz, pedidle; Él abrirá sus tesoros y satisfará con bondad al alma hambrienta de toda época y nación, sin dinero y sin precio. Pero quienes no dan la debida atención a esta provisión, deben pasar hambre, y los enemigos de ella serán destruidos.

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