domingo, 14 de octubre de 2012

Cristo enseña por el Espíritu de sabiduría en el corazón


Mateo   16.Vv. 1-4.Los fariseos y los saduceos se oponían unos a otros en principios y conducta, pero se unieron contra Cristo. Pero deseaban una señal de su propia elección: despreciaron las señales que aliviaban la necesidad del enfermo y angustiado, y pidieron otra cosa que gratificara la curiosidad del orgulloso. Gran hipocresía es buscar señales de nuestra propia invención, cuando pasamos por alto las señales ordenadas por Dios.

Vv. 5-12.Cristo habla de cosas espirituales con un símil y los discípulos lo entienden mal, como de cosas carnales. Tomó a mal que ellos pensaran que Él se preocupaba tanto del pan como ellos; que estuvieran tan poco familiarizados con su manera de predicar. Entonces entendieron ellos lo que quería decir. Cristo enseña por el Espíritu de sabiduría en el corazón, abriendo el entendimiento al Espíritu de revelación en la palabra.

Vv. 13-20.Pedro dijo, por sí mismo y por sus hermanos, que estaban seguros de que nuestro Señor era el Mesías prometido, el Hijo del Dios vivo. Esto muestra que creían que Jesús era más que hombre. Nuestro Señor afirma que Pedro era bienaventurado, porque la enseñanza de Dios lo hacía diferente de sus compatriotas incrédulos.
Cristo agrega que lo llama Pedro, aludiendo a su estabilidad o firmeza para profesar la verdad. La palabra traducida “roca”no es la misma palabra “Pedro”, sino una de significado similar. Nada puede ser más erróneo que suponer que Cristo significó que la persona de Pedro era la roca. Sin duda que el mismo Cristo es la Roca, el fundamento probado de la Iglesia; y ¡ay de aquel que intente poner otro! La confesión de Pedro es esta roca en cuanto doctrina. Si Jesús no fuera el Cristo, los que Él posee no son de la Iglesia, sino engañadores y engañados. Nuestro Señor declara luego la autoridad con que Pedro sería investido. Él habló en nombre de sus hermanos y esto lo relacionaba a ellos con Él. Ellos no tenían conocimiento certero del carácter de los hombres, y estaban propensos a errores y pecados en su conducta; pero ellos fueron guardados libres de error al establecer el camino de aceptación y de salvación, la regla de la obediencia, el carácter y la experiencia del creyente, y la condenación final de los incrédulos e hipócritas. En tales materias su decisión era recta y confirmada en el cielo. Pero todas las pretensiones de cualquier hombre, sean de desatar o atar los pecados de los hombres, son blasfemas y absurdas. Nadie puede perdonar pecados sino solamente Dios. Y este atar y desatar en el lenguaje corriente de los judíos, significaba prohibir y permitir, o enseñar lo que es legal o ilegal.

Vv. 21-23.Cristo revela paulatinamente su pensamiento a su pueblo. Desde esa época, cuando los apóstoles hicieron la confesión completa de Cristo, que era el Hijo de Dios, empezó a hablarles de sus sufrimientos. Dijo esto para corregir los errores de sus discípulos sobre la pompa y poder externos de su reino. Quienes sigan a Cristo no deben esperar cosas grandes ni elevadas en este mundo. Pedro quería que Cristo aborreciera el sufrimiento tanto como él, pero nos equivocamos si medimos el amor y la paciencia de Cristo por los nuestros. No leemos de nada que haya dicho o hecho alguno de sus discípulos, en algún momento, que dejara ver que Cristo se resintió tanto como al oír esto. Quienquiera que nos saque de lo que es bueno y nos haga temer que hacemos demasiado por Dios, habla el lenguaje de Satanás. Lo que parezca ser tentación a pecar debe ser resistido con horror y no ser considerado. Los que renuncian a sufrir por Cristo, saborean más las cosas del hombre que las cosas de Dios.

Vv. 24-28. Un verdadero discípulo de Cristo es aquel que lo sigue en el deber y lo seguirá a la gloria. Es uno que anda en el mismo camino que anduvo Cristo, guiado por su Espíritu, y va en sus pasos, dondequiera que vaya. —“Niéguese a sí mismo”. Si negarse a sí mismo es lección dura, no es más de lo que aprendió y practicó nuestro Maestro, para redimirnos y enseñarnos. “Tome su cruz”. Aquí se pone cruz por todo problema que nos sobrevenga. Somos buenos para pensar que podemos llevar mejor la cruz ajena que la propia; pero mejor es lo que nos está asignado, y debemos hacer lo mejor de ello. No debemos, por nuestra precipitación y necedad, acarrearnos cruces a nuestras cabezas, sino tomarlas cuando estén en nuestro camino.
Si un hombre tiene el nombre y crédito de un discípulo, siga a Cristo en la obra y el deber del discípulo. Si todas las cosas del mundo nada valen cuando se comparan con la vida del cuerpo, ¡qué fuerte el mismo argumento acerca del alma y su estado de dicha o miseria eterna! Miles pierden sus almas por la ganancia más frívola o la indulgencia más indigna, sí, a menudo por solo pereza o negligencia. Cualquiera sea el objeto por el cual los hombres dejan a Cristo, ese es el precio con que Satanás compra sus almas. Pero un alma es más valiosa que todo el mundo. Este es el juicio de Cristo para la materia; conocía el precio de las almas, porque las rescató; ni hubiera subvalorado al mundo, porque lo hizo. El transgresor moribundo no puede comprar una hora de alivio para buscar misericordia para su alma que perece. Entonces, aprendamos justamente a valorar nuestra alma, y a Cristo como el único Salvador de ellas.

viernes, 12 de octubre de 2012

Resistir hasta el fin


Resistir hasta el fin

Bienaventurado el varón que soporta la tentación [las pruebas].

Santiago 1:12

El verbo soportar en el versículo de hoy se refiere a resistir con paciencia y de forma victoriosa. Implica pasiva o incluso penosa supervivencia y se concentra en el resultado de ser victorioso. La persona que pasa por las pruebas y sale victoriosa nunca abandona su fe ni a su Dios. Demuestra que es un cristiano genuino.

Algunas personas van a la iglesia, dicen creer en Cristo y hasta se bautizan. Pero cuando se enfrentan a los problemas, ellas desaparecen. Y tal vez nunca vuelvan. Quizás afrontaron una relación quebrantada, la muerte de un ser querido, o alguna otra lucha, y las circunstancias fueron tan insoportables que culparon a Dios y se fueron, convencidas de que el cristianismo no es la solución.

Como creyentes, podemos pasar por tiempos de luchas y de dudas, pero nunca será destruida nuestra fe. Nos aferramos al Señor a pesar de nuestras pruebas porque lo amamos. Esa perseverancia amorosa resulta en verdadera bendición.      Tengamos esperanza

Esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado.

1 Pedro 1:13

Usted ha oído muchos sermones y ha visto muchos libros acerca del amor y de la fe, pero ¿ha oído alguna vez un mensaje o ha leído un libro acerca de la esperanza? Por alguna razón, a veces pasamos por alto la esperanza. La esperanza es algo que falta en la experiencia cristiana de nuestra cultura. No vivimos con esperanza sobre todo porque nos concentramos demasiado en nuestras circunstancias actuales.

¿Qué es la esperanza? Es la actitud del cristiano en cuanto al futuro. La esperanza en su naturaleza intrínseca es como la fe. Ambas tienen la confianza, o una creencia en Dios, como su punto central, pero hay una diferencia entre ellas. Fe es creer en Dios en el presente, y esperanza es creer en Dios para el futuro. La fe cree en Dios por lo que ha hecho, y la esperanza cree en Dios por lo que hará.

Ponga su esperanza en Él y viva esperando el glorioso cumplimiento de su promesa futura.  Nuestra corona futura

Cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de la vida.

Santiago 1:12

La vida eterna es la corona que Dios ha prometido a quienes lo aman. Es el galardón supremo del creyente. Aunque en el presente experimentamos algunos de los beneficios de vida eterna, la tenemos como una promesa. Algún día la recibiremos en su plenitud. Seguimos esperando recibir el galardón futuro. Cuando venga el Señor, nos dará la plenitud de vida eterna.

El apóstol Pablo expresó un pensamiento similar: "Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Ti. 4:8). Cuando Cristo regrese por la iglesia, a los cristianos se les dará una vida de justicia eterna. Todos recibiremos la misma corona de las recompensas de vida eterna, justicia y gloria.

La resistencia no gana la vida eterna. Sin embargo, la resistencia es la prueba de la fe y del amor genuinos, y eso es recompensado con la plenitud de vida eterna.   Un amigo recibido con agrado

Ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.

Hebreos 12:11

El considerar una prueba como algo que causa gozo es algo que requiere disciplina, ya que el gozo no es la reacción humana natural ante las aflicciones. El cristiano tiene que hacer un compromiso consciente para afrontar cada prueba con una actitud gozosa. Pablo estaba preso en Roma cuando dijo a los filipenses: "Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez dig ¡Regocijaos!... he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación" (4:4, 11). Él había aprendido a estar contento y a regocijarse en medio de las pruebas. Eso no es algo que sucede por casualidad.

Cuando vea llegar una prueba, asuma una actitud de gozo que resulta de esperar lo que la obra perfeccionadora del Señor hará a través de la prueba. Debemos estar convencidos de que vamos a afrontar las pruebas con una actitud alegre. Es el gozo de quien considera un privilegio que se pruebe su fe porque sabe que la prueba lo acercará más al Salvador. Entonces una prueba será un amigo recibido con agrado.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Las adiciones a las leyes de Dios desacreditan su sabiduría,


Vv. 1-9. Las adiciones a las leyes de Dios desacreditan su sabiduría, como si Él hubiera dejado fuera algo necesario que el hombre puede suplir; de una u otra manera llevan siempre a que los hombres desobedezcan a Dios. ¡Cuán agradecidos debemos estar por la palabra escrita de Dios! Nunca pensemos que la religión de la Biblia pueda ser mejorada por algún agregado humano, sea en doctrina o práctica.
Nuestro bendito Señor habló de sus tradiciones como inventos propios de ellos, y señaló un ejemplo en que esto era muy claro: las transgresiones del quinto mandamiento. Cuando se les pedía ayuda para las necesidades de un padre, ellos alegaban que habían dedicado al templo todo lo que podían disponer, aunque no se separaran de ello, y por tanto, sus padres no debían esperar nada de ellos. Esto era anular la efectividad del mandamiento de Dios.
El sino de los hipócritas es meter un pequeño paréntesis: “En vano me adoran”. No complacerá a Dios ni les aprovechará a ellos; ellos confían en vanidad, y la vanidad será su recompensa.

Vv. 10-20.Cristo muestra que la contaminación que debían temer no era la que entraba por la boca como alimento, sino lo que salía de sus bocas, que demostraba la maldad de sus corazones. Nada durará en el alma, sino la gracia regeneradora del Espíritu Santo; y nada debe ser admitido en la iglesia, sino lo que es de lo alto; por tanto, no debemos perturbarnos por quien se ofenda por la afirmación clara y oportuna de la verdad.
Los discípulos piden que se les enseñe mejor sobre esta materia. Donde una cabeza débil duda de una palabra de Cristo, el corazón recto y la mente dispuesta buscan instrucción.
El corazón es perverso, Jeremías xvii, 9, porque no hay pecado en palabra y obra que no esté primero en el corazón. Salen todos del hombre y son fruto de la maldad que hay en el corazón y allí obra. Cuando Cristo enseña, muestra a los hombres el engaño y la maldad de sus corazones; les enseña a humillarse y buscar ser purificados de sus pecados y de su inmundicia en el manantial abierto.

Vv. 21-28.Los más remotos y oscuros rincones del país reciben las influencias de Cristo; después, los confines de la tierra verán su salvación.
La angustia y el trastorno de su familia llevó a una mujer a Cristo; aunque es la necesidad la que nos empuja a Cristo, sin embargo, no seremos desechados por él. Ella no limitó a Cristo a ningún caso particular de misericordia, pero misericordia, misericordia, es lo que ella rogó: ella no aduce mérito, sino que depende de la misericordia. Deber de los padres es orar por sus hijos, y ser fervorosos para orar por ellos, especialmente por sus almas. ¿Tenéis un hijo, una hija, dolorosamente afligida con un demonio del orgulloso, un demonio inmundo, un demonio de maldad, que está cautivo por su voluntad? Este es un caso más deplorable que el de la posesión corporal, y debéis llevarlos por fe y oración a Cristo, que Él solo es capaz de sanarlos.
Muchos métodos de la providencia de Cristo, especialmente de su gracia, para tratar con su pueblo, que son oscuros y confunden, se pueden explicar por este relato, que enseña que puede haber amor en el corazón de Cristo aunque su rostro tenga el ceño fruncido; y nos anima a confiar aún en Él aunque parezca listo para matarnos. A quienes Cristo piensa honrar más, los humilla para que sientan su indignidad. Un corazón orgulloso sin humillar no soportaría esto; ella lo convirtió en argumento para validar su petición.
El estado de esta mujer es un emblema del estado del pecador, profundamente consciente de la miseria de su alma. Lo mínimo de Cristo es precioso para un creyente, hasta las mismas migajas del Pan de vida. De todas las gracias, es la fe la que más honra a Cristo; por tanto, de todas las gracias, Cristo honra más a la fe. Él le sanó a la hija. Él habló y fue hecho. De aquí los que buscan ayuda del Señor, y no reciben respuesta de gracia, aprendan a convertir aun su indignidad y desaliento en ruegos de misericordia.

Vv. 29-39.Cualquiera sea nuestro caso, la única manera de encontrar bienestar y alivio es dejarlo a los pies de Cristo, someterlo a Él y referirlo a su disposición. Los que quieren salud espiritual de Cristo, deben ser gobernados como a Él le agrada. Véase el trabajo que ha hecho el pecado: a cuanta variedad de enfermedades están sometidos los cuerpos humanos. Aquí había tales enfermedades que la fantasía no podía siquiera suponer su causa ni su curación; sin embargo, estaban sujetas al mando de Cristo. Las curas espirituales que obra Cristo son maravillosas. Cuando hace que las almas ciegas vean por fe, el mudo hable por la oración, el rengo y el manco anden en santa obediencia, es para maravillarse.
Su poder también fue mostrado a la multitud en la abundante provisión que hizo para ellos: la manera es muy semejante a lo anterior. Todos comieron y quedaron satisfechos. Cristo llena a quienes alimenta. Con Cristo hay pan suficiente y para guardar; provisiones de gracia para más de los que la buscan, y para quienes buscan más.
Cristo despidió a la gente. Aunque los había alimentado dos veces, no deben esperar milagros para encontrar su pan diario. Vuelvan a casa a sus ocupaciones y a sus mesas. Señor, aumenta nuestra fe, y perdona nuestra incredulidad, enseñándonos a vivir de tu plenitud y tu abundancia para todas las cosas que pertenecen a esta vida y a la venidera.

lunes, 8 de octubre de 2012

¿Qué hay en su corazón?






¿Qué hay en su corazón?

Dios lo dejó [al rey Ezequías], para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón.

2 Crónicas 32:31

Dios no necesitaba probar a Ezequías para saber lo que había en su corazón. Dios ya lo sabía por su omnisciencia. Pero Él nos prueba para que podamos averiguarlo. Nos ayuda a hacer un recuento espiritual acerca de nosotros mismos al traer pruebas a nuestra vida a fin de demostrar la fortaleza o la debilidad de nuestra fe. Si en la actualidad está pasando por una prueba y se enoja con Dios preguntándose por qué le sucede eso, esa es una buena señal de que tiene una fe débil. Si, por otra parte, está descansando y regocijándose en el Señor, habiendo puesto la prueba en sus manos, entonces tiene una fe fuerte.     Separados del mundo

[Moisés tuvo] por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.

Hebreos 11:26

Cuanto más vivimos, tanto más acumulamos. Pero esas cosas tienden a tener menos importancia para los cristianos. Cuando llegan las pruebas a la vida y usted se esfuerza por alcanzar esas cosas terrenales, ve lo efímera que son. Las pruebas pueden separarlo a usted de las cosas terrenales cuando demuestran lo inútil que son para resolver algún problema o para dar algún alivio en tiempo de tensiones.

Moisés aprendió el valor de las pruebas aunque se había criado en la casa del Faraón como príncipe de Egipto. Como parte de la familia real, tenía la mejor educación y alcanzó la cima de la sociedad egipcia desde el punto de vista de la riqueza, la honra y la comodidad. Pero consideró los sacrificios hechos al identificarse con los propósitos de Dios "mayores riquezas... que los tesoros de los egipcios". Quitó la mirada de todas las cosas terrenales que tenía a su disposición y comenzó a preocuparse por las pruebas de su pueblo, lo que el Señor usó para separarlo de los placeres materiales.      El gozo que nos aguarda

Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas.

Santiago 1:2

El gozo que sentimos en nuestras pruebas puede ser uno de los mayores gozos que experimentemos. Como una de las principales razones de que Dios envíe pruebas a nuestra vida es para probar la autenticidad de nuestra fe, ¿qué mejor ocasión para tener gozo que en una experiencia de sufrimiento que ha probado la realidad de nuestra salvación? Una seguridad fortalecida de nuestra salvación y de la confianza de que Dios cuida de nosotros, como se manifiesta en la realidad de que nuestro sufrimiento no pudo quebrantar nuestra fe ni separarnos de su amor, es causa de la mayor felicidad.

El verdadero gozo no es una emoción efímera y superficial. El gozo genuino resulta de factores mucho más profundos que de las circunstancias que brindan felicidad superficial. Si está atravesando las circunstancias negativas de la vida, andando a duras penas en la duda y el desaliento, ha olvidado que el verdadero gozo radica en la confianza de que su vida está escondida con Cristo en Dios. En la providencia de Dios, ese gozo y esa seguridad pueden ser más fuertes durante una prueba.       Pruebas bienaventuradas

Tenemos por bienaventurados a los que sufren.

Santiago 5:11

Santiago terminó su disertación acerca de las pruebas diciend "Bienaventurado el varón que soporta la tentación [las pruebas]" (1:12). Las personas que soportan con éxito las pruebas y vencen la tentación son realmente felices. Santiago no dice que la felicidad es la libertad de las pruebas, sino la victoria sobre ellas. Hay una gran diferencia. No es el gozo superficial del espectador que nunca estuvo en el conflicto; es la alegría del participante que luchó y ganó. ¿Es su experiencia como la del primero o la del segundo?

domingo, 7 de octubre de 2012

El terror y el reproche de la conciencia que Herodes


Mateo   14.Vv. 1-12.El terror y el reproche de la conciencia que Herodes, como otros ofensores osados, no pudo quitarse, son prueba y advertencia de un juicio futuro y de su miseria futura. Pero puede haber terror por la convicción de pecado donde no está la verdad de la conversión. Cuando los hombres pretenden favorecer el evangelio, pero viven en el mal, no debemos permitir que se engañen a sí mismos, sino librar nuestra conciencia como hizo Juan. El mundo puede decir que esto es rudeza y celo ciego. Los profesantes falsos o los cristianos tímidos pueden censurarlo como falta de civilización, pero los enemigos más poderosos no pueden ir más allá de donde al Señor le place permitir.
Herodes temía que mandar matar a Juan pudiera levantar una revuelta en el pueblo, lo que éste no hizo; pero nunca temió que pudiera despertar su propia conciencia en su contra, lo que sí ocurrió. Los hombres temen ser colgados por lo que no temen ser condenados. Las épocas de alegría y júbilo carnal son temporadas convenientes para ejecutar malos designios contra el pueblo de Dios.
Herodes recompensó profusamente una danza indigna, mientras la prisión y la muerte fueron la recompensa para el hombre de Dios que procuraba salvarle su alma. Pero había una verdadera maldad contra Juan tras su consentimiento o, de lo contrario, Herodes hubiera hallado formas de librarse de su promesa.
Cuando los pastores de abajo son derribados, las ovejas no tienen que dispersarse mientras tengan Mateo   14.Vv. 1-12.El terror y el reproche de la conciencia que Herodes, como otros ofensores osados, no pudo quitarse, son prueba y advertencia de un juicio futuro y de su miseria futura. Pero puede haber terror por la convicción de pecado donde no está la verdad de la conversión. Cuando los hombres pretenden favorecer el evangelio, pero viven en el mal, no debemos permitir que se engañen a sí mismos, sino librar nuestra conciencia como hizo Juan. El mundo puede decir que esto es rudeza y celo ciego. Los profesantes falsos o los cristianos tímidos pueden censurarlo como falta de civilización, pero los enemigos más poderosos no pueden ir más allá de donde al Señor le place permitir.
Herodes temía que mandar matar a Juan pudiera levantar una revuelta en el pueblo, lo que éste no hizo; pero nunca temió que pudiera despertar su propia conciencia en su contra, lo que sí ocurrió. Los hombres temen ser colgados por lo que no temen ser condenados. Las épocas de alegría y júbilo carnal son temporadas convenientes para ejecutar malos designios contra el pueblo de Dios.
Herodes recompensó profusamente una danza indigna, mientras la prisión y la muerte fueron la recompensa para el hombre de Dios que procuraba salvarle su alma. Pero había una verdadera maldad contra Juan tras su consentimiento o, de lo contrario, Herodes hubiera hallado formas de librarse de su promesa.
Cuando los pastores de abajo son derribados, las ovejas no tienen que dispersarse mientras tengan al Gran Pastor al cual acudir. Es mejor ser llevado a Cristo por necesidad y por pérdida que dejar de ir a Él completamente.

Vv. 13-21.Cuando se retiran Cristo y su palabra, es mejor para nosotros seguirlo, procurando los medios de gracia para nuestra alma antes que cualquiera ventaja mundanal. La presencia de Cristo y de su evangelio, no sólo hacen soportable el desierto, sino también deseable.
La pequeña provisión de pan fue aumentada por el poder creador de Cristo, hasta que toda la multitud se satisfizo. Al buscar el bienestar para el alma de los hombres, debemos tener compasión igualmente de sus cuerpos. También recordemos de anhelar siempre una bendición para nuestra comida, y aprendamos a evitar todo desperdicio, porque la frugalidad es la fuente apropiada de la generosidad. Véase en este milagro un emblema del Pan de vida que descendió del cielo para sustentar nuestra alma que perecía. Las providencias del evangelio de Cristo parecen magras y escasas para el mundo, pero satisfacen a todos los que por fe se alimentan de Él en sus corazones con acción de gracias.

Vv. 22-33.No son seguidores de Cristo los que no pueden disfrutar el estar a solas con Dios y sus corazones. En ocasiones especiales, y cuando hallamos ensanchados nuestros corazones, es bueno continuar orando secretamente por largo tiempo, y derramar nuestros corazones ante el Señor.
No es cosa nueva para los discípulos de Cristo toparse con tormentas en el camino del deber, pero, por eso Él se muestra con más gracia a ellos y a favor de ellos. Él puede tomar el camino que le plazca para salvar a su pueblo. Pero hasta las apariencias de liberación ocasionan a veces problemas y perplejidad al pueblo de Dios por los errores que tienen acerca de Cristo. Nada debiera asustar a los que tienen a Cristo junto a ellos y que saben que es suyo; ni la misma muerte.
Pedro caminó sobre el agua, no por diversión ni por jactancia, sino para ir a Jesús, y en eso fue sostenido maravillosamente. Se promete sustento especial, y deben esperarse, pero sólo en las empresas espirituales; tampoco podemos siquiera ir a Jesús a menos que seamos sostenidos por su poder. Cristo le dijo a Pedro que fuera a Él, no sólo para que pudiera andar sobre el agua, y así conocer el poder de su Señor, sino para que conociera su propia debilidad. A menudo el Señor permite que Sus siervos tengan lo que eligen, para humillarlos y probarlos, y para mostrar la grandeza de su poder y su gracia.
Cuando dejamos de mirar a Cristo para mirar la grandeza de las dificultades que se nos oponen, empezamos a desfallecer, pero cuando le invocamos, Él extiende su brazo y nos salva. Cristo es el gran Salvador; quienes serán salvados deben ir a Él y clamar pidiendo salvación; nunca somos llevados a este punto, sino hasta que nos hallamos zozobrando: el sentido de la necesidad nos lleva a Él.
Reprendió a Pedro. Si pudiéramos creer más, sufriríamos menos. La debilidad de la fe y el predominio de nuestras dudas, desagradan a nuestro Señor Jesús, porque no hay buena razón para que los discípulos de Cristo tengan dudas. Aun en un día tempestuoso, Él es para ellos una ayuda muy presente.
Nadie sino el Creador del mundo podía multiplicar los panes, nadie sino su Gobernador podría andar sobre las aguas del mar: los discípulos se rindieron a la evidencia y confesaron su fe. Ellos fueron apropiadamente afectados y adoraron a Cristo. El que va a Dios debe creer; y el que cree en Dios, irá a Él, Hebreos xi, 6.

Vv. 34-36.Dondequiera que fuera, Cristo hacía el bien. Ellos llevaban a Él a todos los que estaban enfermos. Acudían humildemente implorándole su ayuda. Las experiencias del prójimo pueden guiarnos y estimularnos a buscar a Cristo. A tantos como tocó, hizo perfectamente íntegros. A los que Cristo sana, los sana perfectamente. Si los hombres estuvieran más familiarizados con Cristo y con el estado enfermo de sus almas, se apiñarían para recibir su poder sanador. La virtud sanadora no estaba en el dedo, sino en la fe de ellos; o, más bien, estaba en Cristo a quien se aferró la fe de ellos.   l cual acudir. Es mejor ser llevado a Cristo por necesidad y por pérdida que dejar de ir a Él completamente.

Vv. 13-21.Cuando se retiran Cristo y su palabra, es mejor para nosotros seguirlo, procurando los medios de gracia para nuestra alma antes que cualquiera ventaja mundanal. La presencia de Cristo y de su evangelio, no sólo hacen soportable el desierto, sino también deseable.
La pequeña provisión de pan fue aumentada por el poder creador de Cristo, hasta que toda la multitud se satisfizo. Al buscar el bienestar para el alma de los hombres, debemos tener compasión igualmente de sus cuerpos. También recordemos de anhelar siempre una bendición para nuestra comida, y aprendamos a evitar todo desperdicio, porque la frugalidad es la fuente apropiada de la generosidad. Véase en este milagro un emblema del Pan de vida que descendió del cielo para sustentar nuestra alma que perecía. Las providencias del evangelio de Cristo parecen magras y escasas para el mundo, pero satisfacen a todos los que por fe se alimentan de Él en sus corazones con acción de gracias.

Vv. 22-33.No son seguidores de Cristo los que no pueden disfrutar el estar a solas con Dios y sus corazones. En ocasiones especiales, y cuando hallamos ensanchados nuestros corazones, es bueno continuar orando secretamente por largo tiempo, y derramar nuestros corazones ante el Señor.
No es cosa nueva para los discípulos de Cristo toparse con tormentas en el camino del deber, pero, por eso Él se muestra con más gracia a ellos y a favor de ellos. Él puede tomar el camino que le plazca para salvar a su pueblo. Pero hasta las apariencias de liberación ocasionan a veces problemas y perplejidad al pueblo de Dios por los errores que tienen acerca de Cristo. Nada debiera asustar a los que tienen a Cristo junto a ellos y que saben que es suyo; ni la misma muerte.
Pedro caminó sobre el agua, no por diversión ni por jactancia, sino para ir a Jesús, y en eso fue sostenido maravillosamente. Se promete sustento especial, y deben esperarse, pero sólo en las empresas espirituales; tampoco podemos siquiera ir a Jesús a menos que seamos sostenidos por su poder. Cristo le dijo a Pedro que fuera a Él, no sólo para que pudiera andar sobre el agua, y así conocer el poder de su Señor, sino para que conociera su propia debilidad. A menudo el Señor permite que Sus siervos tengan lo que eligen, para humillarlos y probarlos, y para mostrar la grandeza de su poder y su gracia.
Cuando dejamos de mirar a Cristo para mirar la grandeza de las dificultades que se nos oponen, empezamos a desfallecer, pero cuando le invocamos, Él extiende su brazo y nos salva. Cristo es el gran Salvador; quienes serán salvados deben ir a Él y clamar pidiendo salvación; nunca somos llevados a este punto, sino hasta que nos hallamos zozobrando: el sentido de la necesidad nos lleva a Él.
Reprendió a Pedro. Si pudiéramos creer más, sufriríamos menos. La debilidad de la fe y el predominio de nuestras dudas, desagradan a nuestro Señor Jesús, porque no hay buena razón para que los discípulos de Cristo tengan dudas. Aun en un día tempestuoso, Él es para ellos una ayuda muy presente.
Nadie sino el Creador del mundo podía multiplicar los panes, nadie sino su Gobernador podría andar sobre las aguas del mar: los discípulos se rindieron a la evidencia y confesaron su fe. Ellos fueron apropiadamente afectados y adoraron a Cristo. El que va a Dios debe creer; y el que cree en Dios, irá a Él, Hebreos xi, 6.

Vv. 34-36.Dondequiera que fuera, Cristo hacía el bien. Ellos llevaban a Él a todos los que estaban enfermos. Acudían humildemente implorándole su ayuda. Las experiencias del prójimo pueden guiarnos y estimularnos a buscar a Cristo. A tantos como tocó, hizo perfectamente íntegros. A los que Cristo sana, los sana perfectamente. Si los hombres estuvieran más familiarizados con Cristo y con el estado enfermo de sus almas, se apiñarían para recibir su poder sanador. La virtud sanadora no estaba en el dedo, sino en la fe de ellos; o, más bien, estaba en Cristo a quien se aferró la fe de ellos.

viernes, 5 de octubre de 2012

Cristo enseñaba con parábolas.


Mateo   13.Vv. 1-23.Jesús se embarcó en una barca para ser menos presionado y para que la gente escuchara mejor. Con esto nos enseña en las circunstancias externas de la adoración a no desear lo que es majestuoso, sino hacer lo mejor de las facilidades que Dios nos asigna en su providencia. Cristo enseñaba con parábolas. Por medio de ellas simplificaba y hacía más fáciles las cosas de Dios para los dispuestos a ser enseñados, y más difíciles y oscuras para los dispuestos a ser ignorantes.
La parábola del sembrador es clara. La semilla sembrada es la palabra de Dios. El sembrador es nuestro Señor Jesucristo, por sí o por sus ministros. Predicar a una multitud es sembrar el grano; no sabemos dónde brotará. Una clase de terreno, aunque nos demos mucho trabajo, no da fruto adecuado mientras la buena tierra da fruto con abundancia. Así ocurre en los corazones de los hombres, cuyos diferentes caracteres están aquí descritos como cuatro clases de terreno.
Los oyentes negligentes y frívolos son presas fáciles para Satanás que, como el gran homicida de las almas, es el gran ladrón de sermones, y con seguridad estará presto para robarnos la palabra si no tenemos el cuidado de obedecerla.
Los hipócritas, como el terreno pedregoso, suelen tener el comienzo de los cristianos verdaderos en su muestra de profesión de fe. Muchos de los que se alegran de oír un buen sermón, son los que no se benefician. Se les habla de la salvación gratuita, de los privilegios de los creyentes, y la felicidad del cielo; y, sin cambio de corazón, sin convicción permanente de su propia depravación, de su necesidad del Salvador o de la excelencia de la santidad, pronto profesan una seguridad sin fundamentos. Pero cuando una prueba pesada los amenaza o pueden tener una ventaja pecaminosa, se rinden u ocultan su profesión o se vuelven a un sistema más fácil.
Los afanes del mundo son apropiadamente comparados con las espinas, porque vinieron con el pecado y son fruto de la maldición; son buenos en su lugar para llenar un vacío, pero debe estar bien armado el hombre que tenga mucho que ver con ellos; enredan, afligen, arañan y su fin es ser quemados, Hebreos vi, 8. Los afanes del mundo son grandes obstáculos para tener provecho de la palabra de Dios. Lo engañoso de las riquezas obra el mal; no se puede decir que nos engañamos a menos que depositemos nuestra confianza en ellas, entonces ahogamos la buena semilla.
Lo que distinguió al buen terreno fue la fructificación. Por esto se distinguen los cristianos verdaderos de los hipócritas. Cristo no dice que la buena tierra no tenga piedras y espinas, sino que nada puede impedir que dé fruto. Todos no son iguales; debemos apuntar más alto para dar más fruto. El sentido del oído no puede ser mejor usado que para oír la palabra de Dios; y mirémonos a nosotros para que sepamos que clase de oyente es.

Vv. 24-30. 36-43.Esta parábola representa el estado presente y el futuro de la Iglesia del evangelio; el cuidado de Cristo por ella, la enemistad del diablo contra ella; la mezcla de buenos y malos que tiene en este mundo, y la separación entre ellos en el otro mundo. Tan proclive a pecar es el hombre caído que si el enemigo siembra, puede seguir su camino, y la cizaña brotará y hará daño; mientras cuando se siembra buena semilla, debe cuidarse, regarse y protegerse. Los siervos se quejan a su amo: Señor ¿no sembraste buena semilla en tu campo? Sin duda que sí; lo que sea que esté mal en la iglesia tengamos la seguridad que no es de Cristo. Aunque los transgresores groseros, y otros que se oponen abiertamente al evangelio, debieran ser separados de la sociedad de los fieles, sin embargo, no hay, destreza humana que pueda efectuar una separación precisa. Los que se oponen no deben ser sacados sino instruidos, y con mansedumbre. Y aunque los buenos y los malos estén juntos en este mundo, sin embargo, en el día grande del juicio serán separados; entonces serán claramente conocidos el justo y el impío; a veces aquí cuesta mucho distinguir entre ellos. No hagamos iniquidad si conocemos el temor del Señor.
En la muerte los creyentes brillarán por sí mismos; en el día grande, brillarán ante todo el mundo. Brillarán por reflejo, con luz prestada de la Fuente de luz. La santificación de ellos será perfeccionada y su justificación, publicada. Que seamos hallados en ese feliz número.
Vv. 31-35. El alcance de la parábola de la semilla de mostaza es mostrar que los comienzos del evangelio es pequeño pero su final será grande; de este modo será ejecutada la obra de gracia en el corazón, el reino de Dios dentro de nosotros. En el alma donde verdaderamente está la gracia, crecerá en realidad, aunque, quizá al comienzo, no sea discernida, pero al final tendrá gran fuerza y utilidad.
La predicación del evangelio obra como levadura en el corazón de los que lo reciben. La levadura obra ciertamente, así lo hace la palabra, pero gradualmente. Obra silenciosamente y sin ser vista, pero sin fallar. Así fue en el mundo . Los apóstoles, predicando el evangelio, escondieron un puñado de levadura en la gran masa de la humanidad. Fue hecho poderoso por el Espíritu de Jehová de los ejércitos, que obra y nada puede impedirlo. En el corazón es así. Cuando el evangelio llega al alma, obra un cambio radical; se expande a todos los poderes y facultades del alma, y altera la propiedad aun de los miembros del cuerpo, Romanos vi, 13. De estas parábolas se nos enseña esperar un progreso gradual; por tanto, preguntemos, ¿estamos creciendo en gracia y en los santos principios y costumbres?

Vv. 44-52.He aquí cuatro parábolas: -1. La del tesoro escondido en el campo. Muchos toman a la ligera el evangelio porque miran sólo la superficie del campo. Pero todos los que escudriñan las Escrituras, para hallar en ellas a Cristo y la vida eterna, Juan v, 39, descubrirán tal tesoro que a este campo lo hace indeciblemente valioso; se aprpopian de él a cualquier costo. Aunque nada pueda darse como precio por la salvación, sin embargo, mucho debe darse por amor a ella.
2. Todos los hijos de los hombres están ocupados; uno será rico, otro será honorable, aun otro será docto; pero la mayoría está engañada y toman las falsificaciones por perlas legítimas. Jesucristo es la Perla de gran precio; teniéndolo a Él tenemos suficiente para hacernos dichosos aquí y para siempre. El hombre puede comprar oro muy caro, pero no esta Perla de gran precio. Cuando el pecador convicto ve a Cristo como el Salvador de gracia, todo lo demás pierde valor para sus pensamientos.
3. El mundo es un mar ancho, y en su estado natural, los hombres son como los peces. Predicar el evangelio es echar una red en este mar para pescar algo para gloria de Quien tiene la soberanía sobre este mar. Los hipócritas y los cristianos verdaderos serán separados: desgraciada es la condición de quienes, entonces, serán echados fuera.
4. El fiel y diestro ministro del evangelio es un escriba bien versado en las cosas del evangelio y capaz de enseñarlas. Cristo lo compara con un buen dueño de casa, que trae los frutos de la cosecha del año anterior y lo recogido este año, abundante y variado, para tratar a sus amigos. Todas las experiencias antiguas y las observaciones nuevas tienen su utilidad. Nuestro lugar está a los pies de Cristo, y debemos aprender diariamente de nuevo las viejas lecciones y, también, las nuevas.

Vv. 53-58.Cristo repite su ofrecimiento a los que lo han rechazado. Ellos le reprochan: ¿No es éste el hijo del carpintero? Sí, es cierto que tenía la fama de serlo; y no es desgracia ser el hijo de un comerciante honesto; debieron respetarle más porque era uno de ellos mismos, pero, por eso lo despreciaron.
No hizo muchas obras poderosas ahí debido a la incredulidad de ellos. La incredulidad es el gran estorbo para los favores de Cristo. Mantengámonos fieles a Él como el Salvador que hizo nuestra paz con Dios.

jueves, 4 de octubre de 2012

Amarás a tu prójimo como a ti mismo.



Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Romanos 13:9

Cuando Pablo dice que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, quiere decir que debemos tener el mismo cuidado e interés por los demás que el que tenemos por nosotros mismos. Pablo dijo lo mismo de esta manera: "No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros" (Fil. 2:4). Usted debe interesarse en la comodidad, la felicidad, la paz y la alegría de los demás tanto como se interesa en la de usted.

¿De quién es la cara que usted lava por la mañana? ¿De quién es el cabello que usted peina? ¿De quién es la ropa que compra? ¿De las comodidades de quién se preocupa usted? Usted está interesado en su conservación y en su comodidad, y debe interesarse en los demás de la misma manera. Présteles tanta atención como se presta a sí mismo. Eso es amar a su prójimo como a usted mismo.

¿Quién es su prójimo? Cualquiera que se cruce en su camino. Aunque sea difícil amar a todo el mundo, usted tiene una nueva capacidad en usted para hacer eso (Ro. 5:5).    La confesión de Job

Yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía.

Job 42:3

En los momentos difíciles de nuestra vida, Dios puede parecer esquivo o desinteresado en nuestra difícil situación. Se debe a que nuestras emociones humanas pueden dañar la confianza en la verdad de Dios, y podemos llegar a creer que no hay ningún resultado deseable para nuestra situación actual.

Sin embargo, Job nos muestra que con resistencia y paciencia podemos aprender cualquier lección que Dios quiere que aprendamos. Fue esa misma confianza la que hizo que glorificara a Dios al terminar su tiempo de sufrimient "De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza" (Job 42:5-6).

Como resultado de la paciencia y la confianza constantes durante su larga prueba, Job alcanzó un nuevo conocimiento de su Dios soberano y una mayor seguridad de las alegrías de ser tratado como uno de sus hijos.     La fe de Abraham

Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dich En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos.

Hebreos 11:17-19

La obediencia de Abraham requirió una gran fe. Estuvo dispuesto a obedecer a Dios porque creía que Dios podía resucitar a los muertos, aunque nunca había visto que los muertos resucitaran. Creía que Dios era tan fiel a su Palabra y a su carácter que, si hacía una promesa, resucitaría aun a los muertos para cumplirla. ¿Es acaso asombroso que sea el ejemplo humano más grande de fe?

El apóstol Pablo también comentó sobre la fe de Abraham: "Los que son de fe, éstos son hijos de Abraham... Los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham" (Gá. 3:7, 9). Cualquiera que vive por la fe en Dios es en un sentido espiritual hijo de Abraham. Él es el padre de los fieles. La historia de Abraham nos dice que un hombre puede pasar por la más severa prueba de la vida imaginable si confía en Dios, creyendo que cumplirá su promesa y logrará sus propósitos sin cometer un error.    Nada de felicidad engañosa

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.

Salmo 23:4

Tenemos que comprender que Dios va a permitirnos que pasemos por las pruebas y que Él está obrando para que todo resulte en su propósito santo (Ro. 8:28). Sé que todos soñamos con un ambiente perfecto de comodidad y tranquilidad. Aunque cualquier reposo temporal de las pruebas nos lleve a creer que podamos hallar una permanente liberación de ellas, nuestra vida en la tierra nunca estará libre de las pruebas. Podemos vivir en una felicidad engañosa, nunca presagiando ningún problema y prediciendo un futuro desahogado, pero eso es una fantasía. Cristo advirtió a sus discípulos y a todos los que sigan sus pasos que esperaran pruebas en esta vida (Jn. 15:18-16:6).

El puritano Thomas Manton observó una vez que Dios tuvo un Hijo sin pecado, pero ningún hijo sin una cruz. Como cristianos, podemos estar seguros de que tendremos pruebas. Pero nuestra confianza es que tendremos victoria sobre ellas por la presencia de Dios. Vendrán las pruebas, pero la gracia de Dios estará con nosotros en nuestro tiempo de necesidad.

miércoles, 3 de octubre de 2012

el día de reposo


Mateo   12.Vv. 1-8.Estando en los campos de trigo, los discípulos empezaron a sacar trigo: la ley de Dios lo permitía, Deuteronomio xxiii, 25. Esta era una magra provisión para Cristo y sus discípulos, pero se contentaban con eso. Los fariseos no discutieron con ellos por cortar el trigo de otro hombre, sino por hacerlo el día de reposo. Cristo vino a libertar a sus seguidores, no sólo de las corrupciones de los fariseos, sino de sus reglas antibíblicas, y justificó lo que ellos hicieron. El más grande no verá satisfechas sus concupiscencias, pero el menor verá que hay consideración por sus necesidades. Los trabajos en el día de reposo son legítimos si son necesarios, y el día de reposo es para fomentar, y no para obstaculizar la adoración. Se debe hacer la provisión necesaria para la salud y la comida, pero el caso es muy diferente cuando se tienen sirvientes en casa, y las familias se vuelven escenario de apresuramientos y confusión en el día del Señor, para dar un festín a los visitantes o para darse un gusto. Cabe condenar cosas como esas y muchas otras que son comunes entre los profesantes. El descanso del día de reposo fue ordenado para bien del hombre, Deuteronomio, v, 14. No se debe entender ninguna ley en forma tal que contradiga su propia finalidad. Como Cristo es el Señor del día de reposo, es apropiado que dedique para sí el día y su obra.

Vv. 9-13.Cristo demuestra que las obras de misericordia son lícitas y propias para hacerlas en el día del Señor. Hay otras maneras de hacer el bien en los días de reposo además de los deberes de la adoración: atender al enfermo, aliviar al pobre, ayudar a los que necesitan alivio urgente, enseñar a los jóvenes a cuidar sus almas; estas obras hacen el bien: y deben hacerse por amor y caridad, con humildad y abnegación, y serán aceptadas, Génesis iv, 7.
Esto tiene un significado espiritual, como otras sanidades que obró Cristo. Por naturaleza nuestras manos están secas y por nosotros mismos somos incapaces de hacer nada que sea bueno. Sólo Cristo nos cura por el poder de su gracia; Él sana la mano seca poniendo vida en el alma muerta; obra en nosotros tanto el querer como el hacer: porque, con el mandamiento, hay una promesa de gracia dada por la palabra.

Vv. 14-21.Los fariseos hicieron consulta para hallar alguna acusación contra Jesús para condenarlo a muerte. Consciente de la intención de ellos, Él se retiró de ese lugar, porque su tiempo no había llegado.
El rostro no corresponde más exactamente al rostro reflejado en el agua, que el carácter de Cristo esbozado por el profeta con su temperamento y conducta descrito por los evangelistas. Encomendemos con alegre confianza nuestras almas a un Amigo tan bueno y fiel. Lejos de romperla, fortalecerá la caña quebrada; lejos de apagar el pábilo humeante, o casi extinguido, más bien Él soplará para avivar la llama. Desechemos las contiendas y los debates airados; recibámonos unos a otros como Cristo nos recibe. Y mientras estemos animados por la bondad de la gracia de nuestro Señor, debemos orar que su Espíritu repose en nosotros y nos haga capaces de imitar su ejemplo.

Vv. 22-30.Un alma sometida al poder de Satanás, y cautivada por él, está ciega a las cosas de Dios y muda ante el trono de la gracia; nada ve y nada dice a propósito. Satanás ciega los ojos con la incredulidad; y sella los labios de la oración. Mientras más gente magnificaba a Cristo, más deseosos de injuriarlo estaban los fariseos. Era evidente que si Satanás ayudaba a Jesús a expulsar demonios, ¡el reino del infierno estaba dividido contra sí mismo, entonces, cómo podría resistir! Y si decían que Jesús echaba fuera demonios por el príncipe de los demonios, no podían probar que sus hijos los echaran por algún otro poder. Hay dos grandes intereses en el mundo; y cuando los espíritus inmundos son expulsados por el Espíritu Santo, en la conversión de los pecadores a una vida de fe y obediencia, ha llegado a nosotros el reino de Dios. Todos los que no ayudan, ni se regocijan con esa clase de cambio, están contra Cristo.

Vv. 31, 32.He aquí una bondadosa seguridad del perdón de todo pecado en las condiciones del evangelio. Cristo sienta aquí el ejemplo para que los hijos de los hombres estén dispuestos para perdonar las palabras que se dicen contra ellos. Pero los creyentes humildes y conscientes son tentados, a veces, para que piensen que han cometido el pecado imperdonable, mientras los que más se aproximan a eso, rara vez tienen algún temor por ello. Podemos tener la seguridad de que los que indudablemente se arrepienten y creen el evangelio, no han cometido este pecado o algún otro de la misma clase; porque el arrepentimiento y la fe son dones especiales de Dios que no otorgaría a ningún hombre si estuviera decidido a no perdonarle; los que temen haber cometido este pecado, dan una buena señal de que no. El pecador tembloroso y contrito tiene en sí mismo el testimonio de que no es así en su caso.

Vv. 33-37.El idioma del hombre descubre de qué país procede, igualmente de qué clase de espíritu es. El corazón es la fuente, las palabras son los arroyos. Una fuente turbia y una corriente corrupta deben producir arroyos barrosos y desagradables. Nada sanará las aguas, sazonará el habla, ni purificará la comunicación corrupta sino la sal de la gracia, echada en la corriente. El hombre malo tiene un mal tesoro en su corazón, del cual el pecador saca las malas palabras y las malas acciones para deshonrar a Dios y herir al prójimo. Velemos continuamente sobre nosotros mismos para que podamos hablar plabras conformes al carácter cristiano.

Vv. 38-45.Aunque Cristo siempre está listo para oír y responder los deseos y las oraciones santas, los que piden mal, piden y, sin embargo, no tienen. Se dieron señales a los que las deseaban para confirmar su fe, como Abraham y Gedeón; pero se negaron a los que las exigían para excusar su incredulidad. La resurrección de Cristo de entre los muertos por su poder, aquí se llama señal de Jonás el profeta, y es la gran prueba de que Cristo era el Mesías. Como Jonás estuvo tres días y tres noches en el pez grande, y luego volvió a salir vivo, así estaría Cristo ese tiempo en la tumba y resucitaría.
Los ninivitas avergonzarían a los judíos por no arrepentirse; la reina de Saba los avergonzaría por no creer en Cristo. Nosotros no tenemos esos impedimentos, no vamos a Cristo con esas inseguridades. Esta parábola representa el caso de la iglesia y nación judía. También es aplicable a todos los que oyen la palabra de Dios y, se reforman en parte, pero no se convierten de verdad. El espíritu inmundo se va por un tiempo, pero cuando vuelve, encuentra que Cristo no está ahí para impedirle entrar; el corazón está barrido por la reforma externa, pero adornado por los preparativos para cumplir las malas sugerencias, y el hombre se vuelve enemigo más decidido de la verdad. Todo corazón es la residencia de espíritus inmundos, salvo los que son templo del Espíritu Santo, por fe en Cristo.

Vv. 46-50.La prédica de Cristo era simple, y familiar, y adecuada para sus oyentes. Su madre y sus hermanos estaban dentro, deseando oírle. Frecuentemente los que están más cerca de los medios de conocimiento y de gracia son los más negligentes. Somos buenos para descuidar lo que pensamos que podemos tener un día, olvidando que el mañana no es nuestro. A menudo nos topamos con obstáculos a nuestra obra, de parte de amigos que nos rodean, y sacados de los cuidados por las cosas de esta vida, de las preocupaciones de nuestra alma.
Cristo estaba tan dedicado a su obra que ningún deber natural o de otra índole lo apartaba de ella. No se trata que, so pretexto de la religión, seamos insolentes con los padres o malos con los padres, sino que el deber menor debe quedar a la espera mientras se hace el mayor. Dejemos a los hombres y aferrémonos a Cristo; miremos a todo cristiano, en cualquier condición de vida, como hermano, hermana, o madre del Señor de la gloria; amemos, respetemos y seamos amables con ellos por amor a Él y siguiendo su ejemplo.