miércoles, 10 de julio de 2013

Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José

ESCRITURA:

Hebreos 11:21: “Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.”



Jacob llegó a ser un adorador herido porque Dios no detuvo la vara de la corrección. Los heridos en la vida son aquellos que han aprendido lecciones difíciles a través del sufrimiento. No resista la vara de corrección del Pastor. ¿Son las heridas dolorosas? Por supuesto que sí. ¿Parece que usted no será capaz de soportarlas? Es lo más seguro. Entonces, ¿por qué Dios le somete a ese dolor? Porque posee un Padre que le ama tanto que está dispuesto a herirle para poder sanarle. Lo que usted necesita hacer es no enfocarse en su dolor, sino en su Salvador. Dios no le salvó para llevarle al cielo; ése es un beneficio extra. Dios le salvó para hacerle santo, como Él es santo.

PUNTO DE ACCIÓN:

Lea Hebreos 12:1-13. ¿Cómo puede usted aplicar este pasaje a su propia vida?          ESCRITURA:
Efesios 2:6: “Y juntamente con Él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús.”

¿Ha notado alguna vez que en muchas ocasiones compramos cosas que no necesitamos, con dinero que no tenemos, para impresionar a personas que ni siquiera nos caen bien? Tratamos de estar a la altura de los burgueses, pero cuando finalmente los alcanzamos, ¡ellos sacan otro préstamo!

Permítanos aconsejarle cómo escapar de esa rutina de comparaciones y pasar al camino de la serenidad. Usted está aceptado con Cristo en este momento. Dios no le cambia para poder amarle: ¡Él le ama para poder cambiarle! Dios le ama tanto como Él ama a Jesús. Usted está con Cristo, ¿y dónde está Él? Sentado en los lugares celestiales. Usted también está sentado en esos lugares celestiales, aunque todavía tenga su dirección en el planeta Tierra. Usted está entronado con Él.

PUNTO DE ACCIÓN:
¿Cuándo fue la última vez que usted se comparó con otra persona? Es tiempo de desatarse del yugo de la comparación y ¡ser libre como todo un hijo (a) del Rey!

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