El Peligro De No Ser Llenos Del
Espíritu
El creyente que no es lleno del
Espíritu corre un gran peligro en su vida espiritual. El no ser lleno del
Espíritu Santo es lo mismo a ser carnal. En la vida cristiana, se es espiritual
(tendiendo a lo celestial) o se es carnal (tendiendo a lo terrenal.) No se puede ser espiritual y carnal a
la misma vez. Es decir, nos dejamos guiar por el Espíritu Santo o por la carne.
El apóstol Pablo habla de ser “llenos del Espíritu” en Efesios 5:18, pero antes
de darnos esta orden nos advierte que dejemos de hacer lo que podemos
identificar como lo opuesto a ser lleno del Espíritu.
El apóstol Pablo dice "No os
embriaguéis con vino en lo cual hay disolución". Lo que esto significa es que el ser
dado a la bebida es un signo de falta de espiritualidad (relación con Cristo),
esto es ser carnal. Cuando se es un cristiano carnal se corre un gran riesgo en
la vida cristiana. Es como manejar un automóvil sin aceite. No se puede llegar
muy lejos, pronto el automóvil estará con el motor destruido y la reparación de
un motor destruido es costosa. Puede ser costoso el daño espiritual que se
sufra por no ser lleno del Espíritu. Una persona que se deja llevar por su
carne, será engañada al pensar que esta haciendo lo correcto. Es decir, esta
persona esta ciega espiritualmente (sin capacidad de discernimiento). Cuando
esa persona se llega a dar cuenta de los errores cometidos por no estar lleno del
Espíritu, puede costar demasiado él volver a estar en una posición de vencedor
y los daños ocasionados pueden haber sido devastadores tanto para el cómo para
otros. Por no ser lleno del Espíritu se puede caer en adulterio, fornicación,
mentiras, engaños, peleas, etc. Lea Gálatas 5:19-21 para una lista más amplia.
Lo triste de esto es que personas que un tiempo estuvieron llenas del Espíritu,
también pueden llegar a encontrarse en esta grave y difícil situación. Por tal
razón el ser lleno del Espíritu debe ser algo constante y continuo en la vida
de TODO creyente sea un líder en la iglesia o sea un recién convertido.
Otro aspecto que no debe olvidarse
es que nuestra lucha no es contra carne ni sangre. Satanás, nuestro enemigo, no
dejará de atacar. Los días malos llegarán a nuestra vida. Si no estamos
preparados Espiritualmente por medio de la llenura del Espíritu Santo, jamás
podremos vencer. Anteriormente vimos que la llenura del Espíritu Santo nos
ayuda a tener fuerza en medio de la dificultad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario