Una amable respuesta
El siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos.
2 Timoteo 2:24
Un cristiano debe explicar su fe "con mansedumbre y reverencia" (1 P. 3:15). Esto indica un espíritu sensible y generoso en la conversación. El temor que debemos tener es una sana devoción a Dios, un gran interés por la verdad y un considerable respeto por la persona con la que hablamos. Por eso no se puede ser contencioso cuando se defiende la fe.
Un cristiano que no puede dar una explicación clara, razonable y bíblica de su fe se sentirá inseguro cuando afronte la hostilidad y pudiera inclinarse a dudar de su salvación. El golpe del enemigo destruirá a quienes no estén vestidos con "la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo" (1 Ts. 5:8).
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