Proclamación de la victoria
Fue y predicó a los espíritus encarcelados.
1 Pedro 3:19
Cristo fue a predicar un triunfante sermón antes de su resurrección el domingo por la mañana. El verbo "predicó" en el versículo de hoy se refiere a hacer una proclamación o anunciar un triunfo. En los tiempos antiguos, un heraldo iba delante de generales y reyes en la celebración de victorias militares, anunciando a todos las victorias que se ganaron en la batalla.
Eso fue a hacer Jesucristo; no a predicar el evangelio, sino a anunciar su triunfo sobre el pecado, la muerte, el infierno, los demonios y Satanás. No fue a ganar almas, sino a proclamar la victoria sobre el enemigo. A pesar del injusto sufrimiento al que lo sometieron, Él pudo anunciar la victoria definitiva sobre el pecado y la muerte para usted y para mí. Arrebatada la victoria de las garras del infierno
Ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.
Génesis 3:15
Desde principios de los tiempos Satanás y sus secuaces han estado en guerra con Dios. Vemos ese conflicto cósmico muchas veces en las Escrituras (p. ej., Job 1; Dn. 10:13). Después del aparente triunfo de Satanás en causar la caída de la humanidad, Dios predijo su final destrucción por el Mesías, que triunfaría finalmente a pesar de un aparente revés (Gn. 3:15).
Como resultado, Satanás trató de destruir el linaje mesiánico destruyendo al pueblo de Dios. Cuando eso fracasó, trató de matar al Mesías niño (Mt. 2:16-18). Cuando eso no dio resultado, trató de corromper al Mesías (Mt. 4:1-11). Al fracasar en ese intento, instigó a las multitudes para que lo mataran. Incluso trató de asegurarse de que el Mesías no pudiera salir del sepulcro.
Se ha dicho que el infierno debe de haber estado en medio de su carnaval cuando llegó Jesucristo. Es probable que estuvieran celebrando la victoria que con tanto esfuerzo habían tratado de alcanzar, pero quedaron abruptamente desilusionados.
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