martes, 10 de febrero de 2009

Historias para no dormir...se. Capítulo 1

"Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y fuisteis a verme".
Mateo 25, 34-36.

"De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis".
Mateo 25, 40.

En la misión urbana hemos comenzado a conocer vivencias de las personas sin techo que nos vamos encontrando. Con la ayuda del Señor, es mi intención iroslas contando una por una, siempre salvaguardando su privacidad, con nombres y lugares de nacimiento ficticios, pero con sus experiencias reales.

Capítulo 1.

Lidia. 28 años, española, del sur.

Su novio es uno de los sin techo, que vive junto con dos compañeros más entre los restos de un container, arrinconado entre las vías muertas de una estación de tren.
Por las noches se calientan quemando maderas de palets viejos en un bidón de chapa.
Despues se encierran en el container, porque siempre acude alguna tribu urbana para meterse con ellos.
Los empleados del ferrocarril les han dado alguna manta y les dejan estar allí, a cambio de que les avisen si vienen los raperos a "decorar" vagones de tren.
Lidia; no vive allí, pero siempre está con su pareja. Están enganchados a la droga, pero creo que ella bastante más que él.
Tenía una hermana menor que ella, a la que estaba muy unida, porque se murió su padre cuando tenía ocho años y siempre la ha estado protegiendo. Hasta la semana pasada, que ingresó por sobredosis con parada cardiorespiratoria en urgencias y allí murió.
Se me ha olvidado deciros que la doctora de urgencias que la atendió ¡ era su própia madre! porque es cardiologa en ese hospital.
Aún no ha podido superar este golpe, y creo que está más colgada que nunca.
No quiere que nadie la reconozca, porque se averguenza, pero está dentro de una espiral de la que por sí misma no puede salir.

Ella no necesita bocadillos, pero está aún mas desamparada si cabe, que los demás.

Pedidle al Señor por su vida, porque realmente lo necesita.

Por hoy, es todo, espero poder seguir relatando lo que están viendo mis ojos y mi corazón en las calles.

Que el Señor os bendiga.
Dolores.

1 comentario:

  1. Muy bueno dolores, es tremendo y lo mas bueno es que es real, de la vida misma, de las personas que nos rodean y que tienen unas vidas que la mayoria no ve, pero que algunos si que vemos y en lo posible queremos aliviar su sufrimiento.Saludos y bendiciones sigue adelante con esto.

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