miércoles, 31 de marzo de 2010


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La verdadera descripción

La verdadera descripción

Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.

1 Corintios 2:2

Jesucristo evoca muchas imágenes en la mente de las personas. Algunas lo ven como un niñito en un pesebre: el Cristo de la Navidad. Otras lo imaginan de niño, tal vez viviendo en el hogar de un carpintero o confundiendo a los guías religiosos de Jerusalén. Muchas personas lo perciben como un compasivo y poderoso sanador que sanaba a los enfermos y resucitaba a los muertos. Aun otras lo presentan como el valeroso y apasionado predicador que enseña la Palabra de Dios a grandes multitudes. Y hay quienes lo ven como el hombre perfect un modelo de virtud, bondad, simpatía, interés, cuidado, ternura, perdón, sabiduría y comprensión.

Pero la imagen de Cristo que supera a todas las demás es la de Jesucristo en la cruz. Conocer a Cristo crucificado es conocerlo como el autor y consumador de su fe, la verdadera descripción de su persona y de su obra.

El sufrimiento de Cristo en la cruz es el punto central de la fe cristiana. Allí es donde se ve con más claridad su deidad, su humanidad, su obra y su sufrimiento. Un modelo de sufrimiento

Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos.

Hebreos 7:26

Jesús fue ejecutado como un criminal en una cruz. Pero no era culpable de delito algun ninguna maldad, ninguna transgresión, ningún pecado. Ni siquiera tuvo alguna vez un mal pensamiento ni dijo una mala palabra. La suya fue la ejecución más injusta perpetrada en un ser humano. Pero nos muestra que, aunque una persona esté perfectamente en la voluntad de Dios, muy amada y con dones, justa y obediente, puede aun sufrir injustamente. Al igual que Jesús, a usted se le pudiera interpretar mal, odiar, perseguir e incluso asesinar. Pero usted debe seguir su modelo.

martes, 30 de marzo de 2010

Mateo 26

Mateo 26 -

CAPÍTULO 26
Versículos 1-5. Los gobernantes conspiran contra Cristo. 6-13. Cristo ungido en Betania. 14-16. Judas negocia para traicionar a Cristo. 17-25. La Pascua. 26-30. Cristo instituye la Santa Cena. 31-35. Advertencia a sus discípulos. 36-46. Agonía en el huerto. 47-56. Traicionado. 57-68. Cristo ante Caifás. 69-75. Negación de Pedro.

Vv. 1-5.Nuestro Señor habló frecuentemente de Sus sufrimientos como distantes; ahora habla de ellos como inmediatos. Al mismo tiempo, el concilio judío consultaba cómo podían matarlo en forma secreta. Pero agradó a Dios derrotar la intención de ellos. Jesús, el verdadero cordero pascual, iba a ser sacrificado por nosotros en ese mismo momento, y su muerte y resurrección serían públicas.

Vv. 6-13.El ungüento derramado sobre la cabeza de Cristo era una señal del mayor respeto. Donde hay amor verdadero por Jesucristo en el corazón, nada se considerará como demasiado bueno para dárselo a Él. Mientras más se ponga reparos a los siervos de Cristo y a sus servicios, más manifiesta Él su aceptación. Este acto de fe y amor fue tan notable que sería registrado como monumento a la fe y amor de María para todas las eras futuras, y en todos los lugares donde se predicara el evangelio. Esta profecía se cumple.

Vv. 14-16.No hay sino doce apóstoles llamados, y uno de ellos era como un diablo; con toda seguridad nunca debemos esperar que ninguna sociedad sea absolutamente pura a este lado del cielo. Mientras más grandiosa sea la profesión de la religión que hagan los hombres, más grande será la oportunidad que tengan de hacer el mal si sus corazones no están bien con Dios. Obsérvese que el propio discípulo de Cristo, que conocía tan bien su doctrina y estilo de vida, fue falso con Él, y no lo pudo acusar de ningún delito, aunque hubiera servido para justificar su traición. ¿Qué quería Judas? ¿No era bien recibido donde quiera fuera su Maestro? ¿No le iba como le iba a Cristo? No es la falta de sino el amor al dinero lo que es la raíz de todo mal. Después que hizo esa malvada transacción, Judas tuvo tiempo para arrepentirse y revocarla; pero cuando la conciencia se ha endurecido con actos menores de deshonestidad, los hombres hacen sin dudar lo que es más vergonzoso.

Vv. 17-25.Obsérvese que el lugar para comer la pascua fue señalado por Cristo a los discípulos. Él conoce a la gente que, escondida, favorece su causa y visita por gracia a todos los que están dispuestos a recibirlo. Los discípulos hicieron como indicó Jesús. Los que desean tener la presencia de Cristo en la pascua del evangelio, deben hacer lo que Él dice.
Corresponde que los discípulos de Cristo sean siempre celosos de sí mismos, especialmente en los tiempos de prueba. No sabemos con cuánta fuerza podemos ser tentados, ni cuánto puede Dios dejarnos librados a nosotros mismos; por tanto, tenemos razón para no ser altivos, sino para temer. El examen que escudriña el corazón y la oración ferviente son especialmente apropiadas antes de la cena del Señor, para que, puesto que Cristo, nuestra pascua, es ahora sacrificado por nosotros, podemos guardar esta fiesta, y renovar nuestro arrepentimiento, nuestra fe en su sangre y rendirnos a su servicio.

Vv. 26-30.La ordenanza de la cena del Señor es para nosotros la cena de la pascua, por la cual conmemoramos una liberación mucho mayor que la de Israel desde Egipto. “Tomad, comed”; acepta a Cristo como te es ofrecido; recibe la expiación, apruébala, sométete a su gracia y mando. La carne que sólo se mira, por muy bien presentada que esté el plato, no alimenta; debe comerse: así debe pasar con la doctrina de Cristo. “Esto es mi cuerpo”esto es, que significa y representa espiritualmente su cuerpo. Participamos del sol no teniendo al sol puesto en nuestras manos, sino sus rayos lanzados para abajo sobre nosotros; así, participamos de Cristo al participar de su gracia y de los frutos benditos del partimiento de su cuerpo. La sangre de Cristo está significada y representada por el vino. Él dio gracias, para enseñarnos a mirar a Dios en cada aspecto de la ordenanza. Esta copa la dio a los discípulos con el mandamiento de: “Bebed de ella todos”. El perdón de pecado es la gran bendición que se confiere en la cena del Señor a todos los creyentes verdaderos; es el fundamento de todas las demás bendiciones. -Él aprovecha la comunión para asegurarles la feliz reunión de nuevo al final: “Hasta aquel día en que lo beba de nuevo con vosotros”, lo que puede entenderse como las delicias y las glorias del estado futuro, del cual participarán los santos con el Señor Jesús. Ese será el reino de su Padre; el vino del consuelo será siempre nuevo allí. Mientras miramos las señales externas del cuerpo de Cristo partido y su sangre derramada por la remisión de nuestros pecados, recordemos que la fiesta le costó tanto que tuvo que dar, literalmente, su carne como comida y su sangre como nuestra bebida.

Vv. 31-35.La confianza impropia en sí mismo, como la de Pedro, es el primer paso hacia una caída. Todos somos proclives a ser demasiado confiados, pero caen más pronto y más mal los que más confiados están en sí mismos. Los que se piensan más seguros son los que están menos a salvo. Satanás está activo para descarriar a los tales; ellos son los que están menos en guardia: Dios los deja a sí mismos para humillarlos.

Vv. 36-46.El que hizo expiación por los pecados de la humanidad, se sometió en el huerto del sufrimiento a la voluntad de Dios, contra la cual se había rebelado el hombre en un huerto de placeres. Cristo llevó consigo, a esa parte del huerto donde sufrió su agonía, sólo a los que habían presenciado su gloria en su transfiguración. Están mejor preparados para sufrir con Cristo los que, por fe, han contemplado su gloria. Las palabras usadas denotan el rechazo, asombro, angustia y horror mental más completos; el estado de uno rodeado de penas, abrumado con miserias, y casi consumido por el terror y el desánimo.
Ahora comenzó a entristecerse y nunca dejó de estar así hasta que dijo: Consumado es. Él oró que, si era posible, la copa pasara de Él. Pero también mostró su perfecta voluntad de llevar la carga de sus sufrimientos; estaba dispuesto a someterse a todo por nuestra redención y salvación. Conforme a este ejemplo de Cristo, debemos beber de la copa más amarga que Dios ponga en nuestras manos; aunque nuestra naturaleza se oponga, debe someterse. Debemos cuidar más de hacer que nuestras tribulaciones sean santificadas, y nuestros corazones se satisfagan sometidos a ellas, que lograr que los problemas sean eliminados.
Bueno es para nosotros que nuestra salvación esté en la mano de Uno que no se adormece ni se duerme. Todos somos tentados, pero debemos tener gran temor de meternos en tentación. Para estar a salvo de esto debemos velar y orar y mirar continuamente al Señor, para que nos sostenga y estemos a salvo.
Indudablemente nuestro Señor tenía una visión completa y clara de los sufrimientos que aún tenía que soportar y, aun así, habló con la mayor calma hasta este momento. Cristo es el garante que decidió ser responsable de rendir las cuentas por nuestros pecados. En consecuencia, fue hecho pecado por nosotros, y sufrió por nuestros pecados, el Justo por el injusto; y la Escritura atribuye sus sufrimientos más intensos a la mano de Dios. Él tenía pleno conocimiento del infinito mal del pecado y de la inmensa magnitud de la culpa por la cual iba a hacer expiación; con visiones horrorosas de la justicia y santidad divina, y del castigo merecido por los pecados de los hombres, tales que ninguna lengua puede expresar ni mente concebir. Al mismo tiempo, Cristo sufrió siendo tentado; probablemente Satanás sugirió horribles pensamientos todos tendientes a sacar una conclusión sombría y espantosa: estos deben de haber sido los más difíciles de soportar por su perfecta santidad. ¿Y la carga del pecado imputado pesó tanto en el alma de Aquel, de quien se dijo: Sustenta todas las cosas con la palabra de su poder? ¡En qué miseria entonces deben hundirse aquellos cuyos pecados pesan sobre sus propias cabezas! ¿Cómo escaparán los que descuidan una salvación tan grande?

Vv. 47-56.No hay enemigos que sean tan aborrecibles como los discípulos profesos que traicionan a Cristo con un beso.
Dios no necesita nuestros servicios, mucho menos nuestros pecados, para realizar sus propósitos. Aunque Cristo fue crucificado por debilidad, fue debilidad voluntaria; se sometió a la muerte. Si no hubiera estado dispuestos a sufrir, ellos no lo hubiesen vencido.
Fue un gran pecado de quienes dejaron todo para seguir a Jesús dejarlo ahora por lo que no sabían. ¡Qué necedad huir de Él, al cual conocían y reconocían como el Manantial de la vida, por miedo a la muerte!

Vv. 57-68.Jesús fue llevado apresuradamente a Jerusalén. Luce mal, y presagia lo peor, que los dispuestos a ser discípulos de Cristo no estén dispuestos a ser conocidos como tales. Aquí empieza la negación de Pedro: porque seguir a Cristo desde lejos es empezar a retirarse de Él. Nos concierne más prepararnos para el fin, cualquiera sea, que preguntar curiosos cuál será el fin. El hecho es de Dios, pero el deber es nuestro.
Ahora fueron cumplidas las Escrituras que dicen: Se han levantado contra mí testigos falsos. Cristo fue acusado, para que nosotros no fuéramos condenados; y, si en cualquier momento nosotros sufrimos así, recordemos que no podemos tener la expectativa de que nos vaya mejor que a nuestro Maestro. Cuando Cristo fue hecho pecado por nosotros, se quedó callado y dejó que su sangre hablara. Hasta entonces rara vez había confesado Jesús, expresamente, ser el Cristo, el Hijo de Dios; el tenor de su doctrina lo dice y sus milagros lo probaban, pero, por ahora omitiría hacer una confesión directa. Hubiera parecido que renunciaba a sus sufrimientos. Así confesó Él, como ejemplo y estímulo para que sus seguidores, lo confiesen ante los hombres, cualquiera sea el peligro que corran. El desdén, la burla cruel y el aborrecimiento son la porción segura del discípulo, como lo fueron del Maestro, de parte de los que deseaban golpear y reírse con burla del Señor de la gloria. En el capítulo cincuenta de Isaías se predicen exactamente estas cosas. Confesemos el nombre de Cristo y soportemos el reproche, y Él nos confesará delante del trono de su Padre.

Vv. 69-75.El pecado de Pedro es relatado con veracidad, porque las Escrituras tratan con fidelidad. Las malas compañías llevan a pecar: quienes se meten innecesariamente en eso pueden hacerse la expectativa de ser tentados y atrapados, como Pedro. Apenas pueden desprenderse de esas compañías sin culpa o dolor, o ambas. Gran falta es tener vergüenza de Cristo y negar que lo conocemos cuando somos llamados a reconocerlo y, en efecto, eso es negarlo. El pecado de Pedro fue con agravantes; pero él cayo en pecado por sorpresa, no en forma intencional, como Judas. La conciencia debiera ser para nosotros como el canto del gallo para hacernos recordar los pecados que habíamos olvidado.
Pedro fue así dejado caer para abatir su confianza en sí mismo y volverlo más modesto, humilde, compasivo y útil para los demás. El hecho ha enseñado, desde entonces, muchas cosas a los creyentes y si los infieles, los fariseos y los hipócritas tropiezan en esto o abusan de ello, es a su propio riesgo. Apenas sabemos cómo actuar en situaciones muy difíciles, si fuésemos dejados a nosotros mismos. Por tanto, que el que se cree firme, tenga cuidado que no caiga; desconfiemos todos de nuestros corazones y confiemos totalmente en el Señor.
Pedro lloró amargamente. La pena por el pecado no debe ser ligera sino grande y profunda. Pedro, que lloró tan amargamente por negar a Cristo, nunca lo volvió a negar, sino que lo confesó a menudo frente al peligro. El arrepentimiento verdadero de cualquier pecado se demostrará por la gracia y el deber contrario; esa es señal de nuestro pesar no sólo amargo, sino sincero.

lunes, 29 de marzo de 2010

Exodos 37

Exodos 37 -

CAPÍTULO 37
La construcción del arca y el mobiliario del tabernáculo.
En el mobiliario del tabernáculo hubo emblemas de un servicio espiritual aceptable. El incienso representaba las oraciones de los santos. El sacrificios del altar representaba al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. La vasija de oro con maná o pan del cielo, la carne de Jesucristo que Él dio por la vida del mundo. El candelero con sus luces, la enseñanza e iluminación del Espíritu Santo. El pan de la proposición representaba la provisión para quienes tienen hambre y sed de justicia, que dan abundantemente el evangelio, las ordenanzas y los sacramentos de la casa de oración.
La precisión de los artesanos con la regla debiera ser seguida por nosotros, procurando las influencias del Espíritu Santo, para que podamos regocijarnos en Dios y glorificarle mientras estemos en este mundo y para estar con Él al final para siempre.

domingo, 28 de marzo de 2010

Gloria a través del sufrimiento

Gloria a través del sufrimiento

Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.

2 Corintios 4:17

El sufrimiento no solo nos hace ahora más fuertes, hace posible que soportemos con paciencia, aumenta nuestra fe, nos enseña a confiar en Dios y nos lleva a depender de Cristo y de su Palabra, sino que también determina cómo actuaremos después. Por eso Pablo siguió diciendo que debemos concentrarnos no en el presente, sino en el futur "No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas" (v. 18).

Cuanto más sufrimiento soportemos, tanto mayor es nuestra recompensa eterna. Identificarse con el sufrimiento de Cristo

Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.

Hebreos 2:10

Los cristianos pueden identificarse con su Maestro porque, como Él, sufren para entrar en su gloria.

Cristo les dijo a los discípulos en el camino a Emaús: "¡Oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?" (Lc. 24:25-26). Nuestro Señor tuvo que explicar que la gloria futura exigía que Él sufriera. Nosotros debemos esperar lo mismo.

La senda hacia la gloria para Cristo fue la senda del sufrimiento injusto. Esa es también nuestra senda. Jesucristo soportó el sufrimiento con paciencia fue exaltado a la más excelsa gloria. Él es nuestro ejemplo de cómo reaccionar ante el sufrimiento.

sábado, 27 de marzo de 2010

Estimule su pasión

Estimule su pasión

Tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.

Mateo 9:36

¿Cómo puede aumentar su pasión por los perdidos? En primer lugar, estudie el gran amor, la compasión y la tierna misericordia de Cristo. Puede estudiar a los grandes hombres y mujeres en la historia de la iglesia, pero en definitiva tiene que entender el corazón de Jesucristo. Como dice 1 Juan 2:6: "El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo".

En segundo lugar, estudie el pecad su culpabilidad, su poder y su castigo. Eso le enseñará cómo todos caemos presa de las sutilezas del mundo. Romanos 12:2 dice: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento". Que eso le recuerde que debe ocuparse no de las cosas del mundo, sino de la evangelización del mundo.

En tercer lugar, estudie a los pecadores. Trate de cultivar amor y comprensión por ellos, no amargura. Observe que los más fervorosos evangelistas a menudo son nuevos convertidos.

En cuarto lugar, estudie las Escrituras. Vea lo que dicen acerca del infierno, de la muerte, del juicio y de la salvación.

Y por último, pida a Dios que le dé pasión por el evangelismo. Aproveche la ola

Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.

Juan 4:35

Todos los creyentes deben sentir pasión por los perdidos. John Harper tenía tal pasión. Era un joven pastor en la gran iglesia Moody Memorial de Chicago a principios del siglo XX, pero en 1912 iba de pasajero en el aciago viaje del Titanic.

Cuatro años después, un joven escocés se puso de pie en una reunión y dijo que era sobreviviente de Titanic. Mientras flotaba a la deriva agarrado de un pedazo de madera, se encontró con un hombre que flotaba sobre restos del naufragio. El hombre le pidió al escocés que recibiera a Cristo. El joven escocés se negó. La ola volvió cerca del hombre, y este le preguntó al escocés si aun no era salvo. Poco después, el hombre desapareció en el agua, y el escocés decidió confiar en Cristo como Salvador. Identificó al hombre como John Harper. El joven escocés fue el último convertido de John Harper.

¿Puede ser usted uno de los John Harper de esta generación?

viernes, 26 de marzo de 2010

El modelo de testimonio

El modelo de testimonio

Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo.

1 Corintios 11:1

Cristo es el ejemplo perfecto a imitar al dar testimonio a los demás. En primer lugar, estaba dispuesto a dar testimonio. Aunque hubo ocasiones en las que dejó a las multitudes, por lo regular Jesús estaba entre el pueblo, aun cuando estuviera ocupado.

En segundo lugar, era imparcial. Jesús estaba a menudo con personas comunes y corrientes, leprosos, prostitutas y recaudadores de impuestos, los que pertenecían a las clases social y moralmente más bajas. Pero también ayudó a un centurión romano, hombre de importante condición social (Mt. 8:5-13), y al rico Jairo, cuya hija necesitaba un milagro (Mr. 5:22-24, 35-43). Jesús reflejaba la mente de Dios, que no hace acepción de personas (Hch. 10:34).

En tercer lugar, era sensible al dolor de los demás. En Marcos 5, una mujer que había estado con una hemorragia durante doce años extendió la mano y tocó la ropa de Jesús. Preocupado por ella, Jesús preguntó: "¿Quién ha tocado mis vestidos?" (v. 30).

Por último, consiguió una confesión pública de quienes creían en Él, como en el caso del ciego (Jn. 9:1-41) y del leproso samaritano (Lc. 17:11-19).

Siga el ejemplo de Cristo cuando les dé testimonio a los demás. Pescadores de hombres

Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.

Mateo 4:19

Los pescadores del primer siglo usaban instrumentos especiales para pescar. Uno era la vara y el anzuelo (Mt. 17:27). Otro era una lanza o posiblemente un tipo de arpón (Job 41:26). Un tercero era la red (Mt. 13:47). Esta a veces tenía más de trescientos pies de largo unos ocho pies de ancho. Los pescadores la mantenían a flote por un extremo con corchos y hundían el otro extremo. A veces extendían la red entre dos botes y remaban en círculo. Luego tiraban de las sogas atadas a la parte superior de la red, terminando el proceso de pesca (Jn. 21:6).

Sin embargo, en el versículo de hoy Jesús se refería a una red que tenía forma circular (de unos quince pies de diámetro) hecha de una malla fina y con plomadas por la orilla. Atando un largo cordel al centro de la red, el pescador podía lanzarla al agua. Luego halaba el centro de la red con la cuerda para asegurar la pesca.

Así como los discípulos pescaron almas dentro del círculo de su red de aquella época, el Señor quiere que sus discípulos de nuestro tiempo evangelicemos a los hombres y a las mujeres que nos rodean.

jueves, 25 de marzo de 2010

Mateo 25

Mateo 25 -

CAPÍTULO 25
Versículos 1-13. Parábola de las diez vírgenes. 14-30. Parábola de los talentos. 31-46. El juicio.

Vv. 1-13.Las circunstancias de la parábola de las diez vírgenes fueron tomadas de las costumbres nupciales de los judíos y explica el gran día de la venida de Cristo. Véase la naturaleza del cristianismo. Como cristianos profesamos atender a Cristo, honrarlo, y estar a la espera de su venida. Los cristianos sinceros son las vírgenes prudentes, y los hipócritas son las necias. Son verdaderamente sabios o necios los que así actúan en los asuntos de su alma. Muchos tienen una lámpara de profesión en sus manos, pero en sus corazones no tienen el conocimiento sano ni la resolución, que son necesarios para llevarlos a través de los servicios y las pruebas del estado presente. Sus corazones no han sido provistos de una disposición santa por el Espíritu de Dios que crea de nuevo. Nuestra luz debe brillar ante los hombres en buenas obras; pero no es probable que esto se haga por mucho tiempo, a menos que haya un principio activo de fe en Cristo y amor por nuestros hermanos en el corazón.
Todas cabecearon y se durmieron. La demora representa el espacio entre la conversión verdadera o aparente de estos profesantes y la venida de Cristo, para llevarlos por la muerte o para juzgar al mundo. Pero aunque Cristo tarde más allá de nuestra época, no tardará más allá del tiempo debido. Las vírgenes sabias mantuvieron ardiendo sus lámparas, pero no se mantuvieron despiertas. Demasiados son los cristianos verdaderos que se vuelven remisos y un grado de negligencia da lugar a otro. Los que se permiten cabecear, escasamente evitan dormirse; por tanto tema el comienzo del deterioro espiritual.
Se oye un llamado sorprendente, Salid a recibirle; es un llamado para los que están preparados. La noticia de la venida de Cristo y el llamado a salir a recibirle, los despertará. Aun los que estén preparados en la mejor forma para la muerte tienen trabajo que hacer para estar verdaderamente preparados, 2 Pedro iii, 14. Será un día de búsqueda y de preguntas; nos corresponde pensar cómo seremos hallados entonces.
Algunas llevaron aceite para abastecer sus lámparas antes de salir. Las que no alcanzan la gracia verdadera ciertamente hallarán su falta en uno u otro momento. Una profesión externa puede alumbrar a un hombre en este mundo, pero las humedades del valle de sombra de muerte extinguirán su luz. Los que no se preocupan por vivir la vida, morirán de todos modos la muerte del justo. Pero los que serán salvos deben tener gracia propia; y los que tienen más gracia no tienen nada que ahorrar. El mejor necesita más de Cristo. Mientras la pobre alma alarmada se dirige, en el lecho de enfermo, al arrepentimiento y la oración con espantosa confusión, viene la muerte, viene el juicio, la obra es deshecha, y el pobre pecador es deshecho para siempre. Esto viene de haber tenido que comprar aceite cuando debíamos quemarlo, obtener gracia cuando teníamos que usarla. Los que, y únicamente ellos, irán al cielo del más allá, están siendo preparados para el cielo aquí. Lo súbito de la muerte y de la llegada de Cristo a nosotros entonces, no estorbará nuestra dicha si nos hemos preparado.
La puerta fue cerrada. Muchos procurarán ser recibidos en el cielo cuando sea demasiado tarde. La vana confianza de los hipócritas los llevará lejos en las expectativas de felicidad. La convocatoria inesperada de la muerte puede alarmar al cristiano pero, procediendo sin demora a cebar su lámpara, sus gracias suelen brillar más fuerte; mientras la conducta del simple profesante muestra que su lámpara se está apagando. Por tanto, velad, atended el asunto de vuestras almas. Estad todo el día en el temor del Señor.

Vv. 14-30.Cristo no tiene siervos para que estén ociosos: ellos han recibido su todo de Él y nada tienen que puedan llamar propio, salvo pecado. Que recibamos de Cristo es para que trabajemos por Él. La manifestación del Espíritu es dada a todo hombre para provecho. El día de rendir cuentas llega por fin. Todos debemos ser examinados en cuanto a lo bueno que hayamos logrado para nuestra alma y para nuestro prójimo, por las ventajas que disfrutamos. No significa que el realce de los poderes naturales pueda dar mérito a un hombre para la gracia divina. Es libertad y privilegio del cristiano verdadero ser empleado como siervo de su Redentor, fomentando su gloria, y el bien de su pueblo: el amor de Cristo le constriñe a no vivir más para sí, sino para aquel que murió y resucitó por él.
Los que piensan que es imposible complacer a Dios, y es en vano servirle, nada harán para el propósito de la religión. Se quejan de que Él exige de ellos más de lo que son capaces, y que los castiga por lo que no pueden evitar. Cualquiera sea lo que pretendan, el hecho es que no les gusta el carácter ni la obra del Señor.
El siervo perezoso está sentenciado a ser privado de su talento. Esto puede aplicarse a las bendiciones de esta vida, pero más bien a los medios de gracia. Los que no conocen el día de su visitación, tendrán ocultas de sus ojos las cosas que convienen a su paz. Su condena es ser arrojados a las más profundas tinieblas. Es una manera acostumbrada de expresar las miserias de los condenados en el infierno. Aquí, en lo dicho a los siervos fieles, nuestro Salvador pasa de la parábola a la cosa significada por ella, y eso sirve como clave para el todo. No envidiemos a los pecadores ni codiciemos nada de sus posesiones perecederas.

Vv. 31-46.Esta es una descripción del juicio final. Es una explicación de las parábolas anteriores. Hay un juicio venidero en que cada hombre será sentenciado a un estado de dicha o miseria eterna. Cristo vendrá, no sólo en la gloria de su Padre sino en su propia gloria, como Mediador. El impío y el santo habitan aquí juntos en las mismas ciudades, iglesias, familias y no siempre son diferenciados unos de otros; tales son las debilidades de los santos, tales las hipocresías de los pecadores; y la muerte se los lleva a ambos: pero en ese día serán separados para siempre. Jesucristo es el gran Pastor; Él distinguirá dentro de poco tiempo entre los que son suyos y los que no. Todas las demás distinciones serán eliminadas; pero la mayor entre santos y pecadores, santos e impíos, permanecerá para siempre.
La dicha que poseerán los santos es muy grande. Es un reino ; la posesión más valiosa en la tierra; pero esto no es sino un pálido parecido del estado bienaventurado de los santos en el cielo. Es un reino preparado. El Padre lo proveyó para ellos en la grandeza de su sabiduría y poder; el Hijo lo compró para ellos; y el Espíritu bendito, al prepararlos a ellos para el reino, está preparándolo para ellos. Está preparado para ellos: en todos los aspectos está adaptado a la nueva naturaleza del alma santificada. Está preparado desde la fundación del mundo. Esta felicidad es para los santos, y ellos para ella, desde toda la eternidad. Vendrán y la heredarán. Lo que heredamos no lo logramos por nosotros mismos. Es Dios que hace los herederos del cielo.
No tenemos que suponer que actos de generosidad dan derecho a la dicha eterna. Las buenas obras hechas por amor a Dios, por medio de Jesucristo, se comentan aquí como marcas del carácter de los creyentes hechos santos por el Espíritu de Cristo, y como los efectos de la gracia concedida a los que las hacen.
El impío en este mundo fue llamado con frecuencia a ir a Cristo en busca de vida y reposo, pero rechazaron sus llamados; y justamente son los que prefirieron alejarse de Cristo quienes no irán a Él. Los pecadores condenados ofrecerán disculpas vanas. El castigo del impío será un castigo eterno; su estado no puede ser cambiado. Así, la vida y la muerte, el bien y el mal, la bendición y la maldición, están puestas ante nosotros para que podamos escoger nuestro camino, y como nuestro camino, así será nuestro fin.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Exodos 36

Exodos 36 -

CAPÍTULO 36
La construcción del tabernáculo-Limitación de la liberalidad de la gente.
La prontitud y el celo con que los constructores se pusieron a trabajar, la exactitud con que realizaron la tarea y la fidelidad con que desistieron de recibir más contribuciones, son dignas de imitación. Así debemos servir a Dios y también a nuestros superiores, en todas las cosas lícitas. Así todos los que estamos en cometidos públicos, debemos aborrecer el sucio lucro, y evitar todas las ocasiones y tentaciones a la codicia. -¿Dónde tenemos la representación del amor de Dios para con nosotros, los que por amor habitamos en Él y Él en nosotros, salvo en Emanuel? Mateo i, 23. Esta es la suma del ministerio de reconciliación, 2 Corintios v, 18, 19. Este es el diseño del “tabernáculo del testimonio”, un testimonio visible del amor de Dios a la raza de los hombres, por caídos que estuvieran de su primer estado. Y este amor fue demostrado por Cristo al asumir su permanencia en la tierra; por el Verbo hecho carne, Juan i, 14, donde, según lo expresa el original, Él hizo su tabernáculo entre nosotros.

martes, 23 de marzo de 2010

Ejemplos de pasión

Ejemplos de pasión

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros.

Efesios 4:11

Se dice que Juan Wesley hizo más por Inglaterra que sus ejércitos y sus navíos. Vivió pobre, habiendo dado a otros miles de dólares a lo largo de su vida. Maltratado y calumniado, dejó su reputación y su alma en las manos de Dios. Se ha calculado que viajó más de trescientos mil kilómetros a pie y a caballo, y predicó dos mil cuatrocientos sermones. Gran parte de la iglesia establecida lo menospreció, pero él llevó fuego al frío corazón de esa iglesia. Tenía fama de quedarse sin aliento en busca de las almas.

Ordenado a los veintidós años, George Whitefield comenzó a predicar con gran elocuencia y buenos resultados. Su poder era resultado de su pasión por las almas, y usaba cada uno de sus talentos dados por Dios para guiar a las almas a Cristo. Cruzó el Atlántico trece veces y predicó millares de sermones. El epitafio de su tumba dice que fue un soldado de la cruz, humilde, devoto y ferviente, que prefirió la honra de Cristo antes que su propio interés, su reputación o su vida.

Aunque esos hombres son ejemplos admirables, el ejemplo perfecto de alguien con pasión por los perdidos es Cristo. La aflicción por las almas perdidas

¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!

Mateo 23:37

Jesús se interesaba profundamente por las personas. Nuestro Señor llevó a Felipe (Jn. 1:43), a Mateo (Mt. 9:9) y a Pedro y a Juan (Mt. 4:18-19) a la fe con el llamad "Sígueme". En Juan 4, junto a un pozo se encontró con una mujer y la llevó a la salvación. En Lucas 19, se encontró con Zaqueo, un recaudador de impuestos, a quien guió a la confesión de pecado, al arrepentimiento y a la fe. En Juan 3, enseñó a Nicodemo acerca del nuevo nacimiento. En Marcos 10, llevó al ciego Bartimeo a que creyera en Él. En Marcos 5, Jesús sanó a un endemoniado en la región de los gadarenos. Y Lucas 23 cuenta de su breve pero conmovedor encuentro con el ladrón en la cruz (vv. 40-43); antes de entregarse a Dios, Cristo lo rescató del infierno eterno.

El corazón de Jesús se afligió por las almas perdidas. En Juan 5:40, tenemos una vislumbre de la pasión de Cristo cuando dij "No queréis venir a mí para que tengáis vida". Tienen un tono melancólico esas palabras. ¿Resuena en su corazón el afecto de sus palabras?

lunes, 22 de marzo de 2010

La oveja perdida

La oveja perdida

Habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

Lucas 15:7

Al principio de la parábola de la oveja perdida, Jesús pregunta: "¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?" (Lc. 15:4). Lo que Jesús quiso decir es que cualquier pastor buscaría una oveja perdida, ya que no se trata solamente del deber, sino también de afecto.

Después de encontrar a la oveja, el pastor en esa parábola fue a su casa e invitó a sus amigos y vecinos para celebrar con ellos. El gozo del pastor era tan grande que tenía que expresarlo.

El versículo de hoy es la conclusión de esa parábola y una esperanza para los cristianos de hoy. Así como el pastor se regocija por la oveja perdida, nuestro buen pastor se regocija por el pecador arrepentido, por haber encontrado a su oveja perdida. Renovar nuestra pasión

Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino.

Mateo 9:35

Todo lo que vale en la vida es resultado de la pasión de alguien. Los acontecimientos importantes de la historia humana son resultado de un profundo y entusiasta deseo de ver metas cumplidas. El deseo entusiasta de los creyentes debe ser la evangelización del mundo. Sin embargo, vivimos en una época que tiende a entorpecer nuestra perspicacia. Nuestra cultura opaca nuestras metas legítimas y le quitaría a nuestra fe su poder apasionado si tuviera la oportunidad.

En realidad, algunos cristianos son un jarro de agua fría para el corazón apasionado. Simplemente no comprenden a alguien con un interés apasionado por un proyecto espiritual, ya que la pasión espiritual no es la norma. La norma es no dejar que el cristianismo interrumpa su manera de vivir. Si usted sigue esa norma, bajará su temperatura espiritual y se volverá apático.

Todos debemos preguntarnos: ¿Dónde está nuestra carga por la evangelización? ¿Por qué no es el evangelismo la función principal de la iglesia? ¿Es la iglesia simplemente un centro de actividad complaciente consigo misma, satisfecha con la comodidad y la prosperidad?

domingo, 21 de marzo de 2010


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CAPÍTULO 24

CAPÍTULO 24
Versículos 1-3. Cristo anuncia la destrucción del templo. 4-28. Desastres previos a la destrucción de Jerusalén. 29-41. Cristo anuncia otras señales y desgracias del fin del mundo. 42-51. Exhortaciones a velar.

Vv. 1-3.Cristo predice la total ruina y la destrucción futura del templo. Una crédula visión en fe de la desaparición de toda gloria mundanal, nos servirá para que evitemos admirarla y sobrevalorarla. El cuerpo más bello será pronto comida para los gusanos, y el edificio más magnífico, un montón de escombros. ¿No ve estas cosas? Nos hará bien que las miremos como viendo a través de ellas y viendo el fin de ellas.
Nuestro Señor, habiéndose ido con sus discípulos al Monte de los Olivos, puso ante ellos el orden de los tiempos en cuanto a los judíos, hasta la destrucción de Jerusalén, y en cuanto a los hombres en general hasta el fin del mundo.

Vv. 4-28.Los discípulos preguntaron acerca de los tiempos, ¿Cuándo serán estas cosas? Cristo no les contestó eso, pero ellos también habían preguntado: ¿Cuál será la señal? Esta pregunta la contestó plenamente. La profecía trata primero los acontecimientos próximos, la destrucción de Jerusalén, el fin de la iglesia y del estado judíos, el llamado a los gentiles, y el establecimiento del reino de Cristo en el mundo; pero también mira al juicio general; y al cercano, apunta más en detalle a este último. Lo que dijo aquí Cristo a sus discípulos, tendía más a fomentar la cautela que a satisfacer su curiosidad; más a prepararlos para los acontecimientos que sucederían que a darles una idea clara de los hechos. Este es el buen entendimiento de los tiempos que todos debemos codiciar, para de eso inferir lo que Israel debe hacer.
Nuestro Salvador advierte a sus discípulos que estén en guardia contra los falsos maestros. Anuncia guerras y grandes conmociones entre las naciones. Desde el tiempo en que los judíos rechazaron a Cristo y Él dejó su casa desolada, la espada nunca se ha apartado de ellos. Véase lo que pasa por rechazar el evangelio. A los que no oigan a los mensajeros de la paz, se les hará oír a los mensajeros de la guerra. Pero donde esté puesto el corazón, confiando en Dios, se mantiene en paz y no se asusta. Contrario a la mente de Cristo es que su pueblo tenga corazones perturbados aun en tiempos turbulentos.
Cuando miramos adelante a la eternidad de la miseria que está ante los obstinados que rechazan a Cristo y su evangelio, podemos decir en verdad: Los juicios terrenales más grandes sólo son principio de dolores. Consuela que algunos perseveren hasta el fin.
Nuestro Señor predice la predicación del evangelio en todo el mundo. El fin del mundo sólo vendrá cuando el evangelio haya hecho su obra.
Cristo anuncia la ruina que sobrevendrá al pueblo judío; y lo que dice aquí, servirá a sus discípulos para su conducta y para consuelo. Si Dios abre una puerta de escape, debemos escapar, de lo contrario no confiamos en Dios, sino lo tentamos. En tiempos de trastorno público corresponde a los discípulos de Cristo estar orando mucho: eso nunca es inoportuno, pero se vuelve especialmente oportuno cuando estamos angustiados por todos lados. Aunque debemos aceptar lo que Dios envíe, aún podemos orar contra los sufrimientos; y algo que prueba mucho al hombre bueno es ser sacado por una obra de necesidad del servicio y adoración solemnes de Dios en el día de reposo. Pero he aquí una palabra de consuelo, que por amor a los elegidos esos días serán acortados en relación a lo que concibieron sus enemigos, que los hubieran cortados a todos, si Dios, que usó a esos enemigos para servir sus propósitos, no hubiera puesto límite a la ira de ellos.
Cristo anuncia la rápida difusión del evangelio en el mundo. Es visto simplemente como el rayo. Cristo predicó abiertamente su evangelio. Los romanos eran como águila y la insignia de sus ejércitos era el águila. Cuando un pueblo, por su pecado, se hace como asquerosos esqueletos, nada puede esperarse, sino que Dios envíe enemigos para destruirlo. Esto es muy aplicable al día del juicio, la venida de nuestro Señor Jesucristo en ese día, 2 Tesalonicenses ii, 1, 2. Pongamos diligencia para hacer segura nuestra elección y vocación; entonces podremos saber que ningún enemigo ni engañador prevalecerá contra nosotros.

Vv. 29-41.Cristo predice su segunda venida. Es habitual que los profetas hablen de cosas cercanas y a la mano para expresar la grandeza y certidumbre de ellas. En cuanto a la segunda venida de Cristo, se anuncia que habrá un gran cambio para hacer nuevas todas las cosas. Entonces verán al Hijo del hombre que viene en la nubes. En su primera venida fue puesto como señal que sería contradicha, pero en su segunda venida, una señal que debe ser admirada.
Tarde o temprano, todos los pecadores se lamentarán, pero los pecadores arrepentidos miran a Cristo y se duelen de manera santa; y los que siembran con lágrimas cosecharán con gozo dentro de poco. Los pecadores impenitentes verán a Aquel que traspasaron y, aunque ahora ríen, entonces lamentarán y llorarán con horror y desesperación interminable.
Los elegidos de Dios están dispersos en todas partes; los hay en todas partes y en todas las naciones, pero cuando llegue ese gran día de reunión no habrá uno solo de ellos que falte. La distancia del lugar no dejará a nadie fuera del cielo. Nuestro Señor declara que los judíos nunca cesarán de ser un pueblo distinto hasta que se cumplan todas las cosas que había predicho. Su profecía llega al día del juicio final; por tanto, aquí, versículo 34, anuncia que Judá nunca dejará de existir como pueblo distinto, mientras dure este mundo.
Los hombres del mundo complotan y planean de generación en generación, pero no planean con referencia al hecho más seguro de la segunda venida de Cristo, que se acerca sobrecogedor, el cual terminará con toda estratagema humana, y echará a un lado por siempre todo lo que Dios prohíbe. Ese será un día tan sorpresivo como el diluvio para el mundo antiguo.
Aplíquese esto, primero, a los juicios temporales, particularmente el que entonces llegaba apresuradamente a la nación y pueblo de los judíos. Segundo, al juicio eterno. Aquí Cristo muestra el estado del mundo antiguo cuando llegó el diluvio; y ellos no creían. Si nosotros supiéramos correctamente que todas las cosas terrenales deben pasar dentro de poco, no pondríamos nuestros ojos y nuestro corazón en ellas tanto como lo hacemos. ¡Qué palabras pueden describir con más fuerza lo súbito de la llegada de nuestro Salvador! Los hombres estarán en sus respectivas ocupaciones y, repentinamente se manifestará el Señor de gloria. Las mujeres estarán en sus tareas domésticas, pero en ese momento toda otra obra será dejada de lado, y todo corazón se volverá adentro y dirá, ¡es el Señor! ¿Estoy preparado para encontrarlo? ¿Puedo estar ante Él? Y de hecho ¿qué es el día del juicio para todo el mundo, si no el día de la muerte de cada uno?

Vv. 42-51.Velar por la venida de Cristo es mantener el temperamento mental en que deseamos que nos halle nuestro Señor. Sabemos que tenemos poco tiempo para vivir, no podemos saber si tenemos largo tiempo para vivir; mucho menos sabemos el tiempo fijado para el juicio.
La venida de nuestro Señor será feliz para los que estén preparados, pero será muy espantosa para quienes no lo estén. Si un hombre, que profesa ser siervo de Cristo, es incrédulo, codicioso, ambicioso o amante del placer, será cortado. Quienes escogen por porción el mundo en esta vida, tendrán el infierno como porción en la otra. Que nuestro Señor, cuando venga, nos sentencie bienaventurados y nos presente ante el Padre, lavados en su sangre, purificados por su Espíritu, y aptos para ser partícipes de la suerte de los santos en luz.

viernes, 19 de marzo de 2010

Una alternativa

Una alternativa

No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente.

Romanos 1:16

Antes de que Dios enviara a su Hijo a la tierra, el plan de Dios era salvar al mundo por medio de Israel; pero Israel fue incrédulo. Se describe su incredulidad en una parábola acerca de un rey que preparó una fiesta de bodas para su hijo y llamó a los convidados (Israel). Cuando los invitados no quisieron ir, algunos por indiferencia y otros por enemistad, el rey dijo a sus siervos: "Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis" (Mt. 22:9). Jesús empleó esa parábola para describir a los israelitas apóstatas, que rechazaron a su Mesías y se perdieron la fiesta planificada para ellos.

Entonces Dios hizo la invitación a otro grup los gentiles. Dios escogió a un pequeño grupo de personas reunidas en un monte de Galilea y a otro grupo de discípulos en Jerusalén para evangelizar al mundo perdido. Por medio de ellos haría la obra que la nación de Israel se había negado a hacer, y a nosotros se nos llama a continuar esa obra. El primer paso

Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Mateo 28:19

El bautismo es la señal exterior de la fe de uno en Cristo. Es un acto de obediencia mediante el cual una persona muestra la realidad de su salvación. La salvación no se ve con los ojos, sino que es algo sobrenatural y espiritual. Sin embargo, debe ser evidente el fruto o resultado de la salvación.

En la iglesia primitiva, el fruto inicial de la obediencia era el bautismo, y se puede esperar hoy día ese mismo fruto. Es el medio por el cual una persona da testimonio de su unión en la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Ro. 6:3-4). Gálatas 3:27 dice: "Todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos".

La Gran Comisión en Mateo 28 nos ordena que prediquemos el evangelio y bauticemos a otros. Eso quiere decir que debemos decir a las personas que la salvación es algo que no solo deben creer, sino también confesar públicamente, con el bautismo como el primer paso. Cuando alguien es reacio a confesar públicamente a Cristo de esa forma, tenemos razón para poner en tela de juicio la autenticidad de su fe. Jesús dij "A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos" (Mt. 10:32). Esa es la confesión pública que todos debemos hacer.

jueves, 18 de marzo de 2010

Exodos 35

Exodos 35 -

CAPÍTULO 35
Versículos 1-3. Observancia del día de reposo. 4-19. Los donativos voluntarios para el tabernáculo. 20-29. La disposición del pueblo en general. 30-35. Bezaleel y Aholiab llamados a la obra.

Vv. 1-3.El yugo ligero y fácil de Cristo ha hecho más deliciosos nuestros deberes, y menos irritantes las restricciones de nuestro día de reposo que las del reposo judaico; pero nosotros somos más culpables por descuidarlo. Ciertamente la sabiduría de Dios al darnos el día de reposo con toda la misericordia de sus propósitos, son pecaminosamente desechados. ¿Es nada marcar con el desprecio el día bendito, que nos ha sido dado por un Dios generoso para que crezcamos en gracia con la iglesia aquí abajo, a fin de prepararnos para la felicidad con la iglesia en lo alto?

Vv. 4-19.El tabernáculo iba a estar dedicado a la honra de Dios, y se iba a usar para su servicio; por tanto, lo que se trajera para su construcción era una ofrenda para el Señor. La regla es, Todo generoso de corazón la traerá.
Todos los que tienen destreza deben trabajar. Dios dispensa sus dones; y cada hombre, según haya recibido, así debe ministrar, 1 Pedro iv, 10. Los que eran ricos debían traer materiales para trabajarlos; los que eran hábiles, debían servir al tabernáculo con sus habilidades: como necesitaban unos de otros así el tabernáculo los necesitaba a ambos, 1 Corintios xii, 7–21.

Vv. 20-29.Sin una mente voluntaria serían aborrecibles las ofrendas costosas; con ella, hasta la más pequeña será aceptable. Nuestro corazón está dispuesto cuando asistimos alegremente a promover la causa de Dios. Quienes son diligentes y están contentos con empleos considerados bajos, son tan aceptables por Dios como quienes están en servicios espléndidos. Las mujeres que hilaron el pelo de cabra eran de corazón sabio, porque lo hicieron de todo corazón para el Señor. Así, el labrador, el mecánico, o el siervo que atiende a su trabajo en la fe y temor de Dios, puede ser tan sabio, en su lugar, como el ministro más útil y ser igualmente aceptado por el Señor. Nuestra sabiduría y deber consisten en dar a Dios la gloria y la utilidad de nuestros talentos sean muchos o pocos.

Vv. 30-35.Aquí está el nombramiento divino de los maestros para que no hubiera contienda por el oficio y todos los que estuvieran empleados en la obra pudiesen recibir órdenes de ellos y ser responsables ante ellos. A quienes Dios llamó por nombre para su servicio, Él los llenó con el Espíritu de Dios. La destreza, aun en empleos mundanos, es don de Dios y viene de lo alto. Pero hay muchos bastante dispuestos a organizar el trabajo de los demás y pueden decir lo que debe hacer este o aquel hombre; pero ellos no tocarían ni con un dedo las cargas que atan sobre los demás. Los tales quedarán bajo la categoría de siervos negligentes. Estos hombres no estaban solamente para diseñar y trabajar; además debían enseñar a los otros. Los que dirigen deben enseñar; y aquellos a quienes Dios ha dado conocimientos deben estar dispuestos a darlos a conocer para beneficio del prójimo.

miércoles, 17 de marzo de 2010

¿Está dispuesto usted?

¿Está dispuesto usted?

Heme aquí, envíame a mí.

Isaías 6:8

Dios quiere un corazón dispuesto en el momento y en el lugar señalados que oiga sus órdenes. También quiere un corazón lleno de la verdadera adoración. Todo el afecto y el pensamiento del creyente deben ponerse en Cristo. Todas sus metas se dirigen a Él. Él es suyo en definitiva.

¿Está dispuesto usted? ¿Es un adorador? ¿Es su propósito en la vida concentrarse en la persona de Cristo? El tener esa actitud significa estar controlado por el Espíritu Santo, que es el único que puede hacer que usted llame a Jesús Señor (1 Co. 12:3). Todos sus bienes, todo su tiempo, toda su energía, todo su talento y todos sus dones deben estar controlados por Él.

Eso también significa estar concentrado en la Palabra porque es en la Palabra donde se ve a Cristo. Se mira su gloria en la Palabra. Así como Cristo vino al mundo para dar su vida a fin de atraer a las personas hacia sí mismo, usted debe hacer lo mismo. Toda autoridad

Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

Mateo 28:18

Antes de que Cristo presentara la Gran Comisión, de hacer "discípulos a todas las naciones", había establecido su autoridad divina para darla. De otro modo, habría parecido imposible de cumplir la orden.

Mientras los discípulos siguieron a Jesús durante tres años y medio, aprendieron mucho de su autoridad. Les mostró que tenía autoridad sobre la enfermedad (Mt. 4:23) y la muerte (Jn. 11:43-44). Él les dio a sus discípulos el mismo poder que Él tenía para vencer a la enfermedad y a los demonios (Mt. 10:1). Estableció que tenía la autoridad de perdonar pecados (Mt. 9:6) y de juzgar a todos los hombres (Jn. 5:25-29). Y probó que tenía la autoridad de dar su vida y volver a tomarla (Jn. 10:18).

La sumisión a esa absoluta autoridad de Cristo no es una opción; es su obligación suprema. ¿Necesita un Milagro?

Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
Juan 2:11
Una pareja se sienta en extremos opuestos del sofá, cada uno de ellos sólo. Lo que en un tiempo fue un matrimonio vivo se ha degenerado en algo que ninguno de ellos jamás se propuso. Se aman, pero ambos saben que restaurar el matrimonio que una vez tuvieron exigiría un milagro.

Felizmente para ellos, y millones como ellos, un milagro no es nada imposible para nuestro Dios. Es más, el primer milagro de Jesús anotado en las Escrituras fue realizado en una casa y durante una boda (Juan 2:1-11). Fue por invitación a la misma ceremonia en donde se establece el matrimonio; recordatorio para nosotros de que Dios se interesa muy profundamente por las familias.

Si no tenemos cuidado podemos pensar que Dios ha abandonado por completo la institución del matrimonio y la importancia del hogar. Apabullados por las estadísticas de fracasos matrimoniales, muchas parejas se olvidan de quién fue el autor de la relación matrimonial, para empezar.

¿Necesita su hogar un milagro? Invite a Cristo a cada habitación. Hágale el cimiento de cada relación personal que se cultiva dentro de sus paredes. Como el agua convertida en vino en las bodas de Caná, el poder de Cristo puede transformar las heridas en armonía.

martes, 16 de marzo de 2010

Mateo 23

Mateo 23 -

CAPÍTULO 23
Versículos 1-12. Jesús reprende a los escribas y a los fariseos. 13-33. Delitos de los fariseos. 34-39. La culpa de Jerusalén.

Vv. 1-12.Los escribas y los fariseos explicaban la ley de Moisés y obligaban a obedecerla. Son acusados de hipocresía en la religión. Sólo podemos juzgar conforme a las apariencias externas, pero Dios escudriña el corazón. Ellos hacían filacterias que eran rollos de papel o pergamino donde escribían cuatro artículos de la ley, para atarlos a la frente o al brazo izquierdo, Éxodo xiii, 2-10; Éxodo xiii, 11-16; Deuteronomio vi, 4-9; Deuteronomio xi, 13-21. Hacían estas filacterias extensas para que se pensara que eran más celosos de la ley que los demás. Dios mandó a los judíos que se pusieran franjas sobre sus vestiduras, Números xv, 38, para recordarles que son un pueblo peculiar, pero los fariseos las hacían más grandes que lo corriente, como si por eso fueran más religiosos que los demás. El orgullo era el pecado amado reinante en los fariseos, el pecado que más fácilmente los asaltaba, y contra el cual el Señor Jesús habla aprovechando todas las ocasiones. Para aquel que es enseñado en la palabra, es digno de elogio que honre al que enseña; pero para el que enseña es pecaminoso exigir esa honra e hincharse por eso. -¡Cuán contrario al espíritu del cristianismo es esto! Al discípulo coherente de Cristo le es penoso ser puesto en los lugares principales, pero cuando se mira alrededor en la iglesia visible, ¿quién pensara que este es el espíritu requerido? Claro es que alguna medida de este espíritu anticristiano predomina en toda sociedad religiosa y en el corazón de cada uno de nosotros.

Vv. 13-33.Los escribas y los fariseos eran enemigos del evangelio de Cristo y, por tanto, de la salvación de las almas de los hombres. Malo es mantenernos alejados de Cristo, pero peor es mantener a los demás lejos de Él.
Sin embargo, no es novedad que la apariencia y la forma de la piedad se usen como manto para las mayores enormidades. Pero la piedad hipócrita será considerada como doble iniquidad.
Estaban muy ocupados en ganar almas para su partido. No para la gloria de Dios, ni para bien de las almas, sino para tener el mérito y la ventaja de hacer prosélitos. Siendo la ganancia su piedad ellos con miles de estratagemas hicieron que la religión cediera su lugar a sus intereses mundanos. Eran muy estrictos y precisos en materias mínimas de la ley, pero negligentes y consecuentes en las materias de mayor peso. No es el escrúpulo de un pecadillo que reprueba aquí Cristo; si fuera un pecado, aun como un mosquito, había que filtrarlo, pero hacían eso y, luego, se tragaban un camello, es decir, cometían un pecado mayor.
Aunque parecían ser santos, no eran sobrios ni justos. Realmente somos lo que somos por dentro. Los motivos externos pueden mantener limpio lo de afuera mientras el interior está inmundo; pero si el corazón y el espíritu son hechos nuevos, habrá vida nueva; aquí debemos empezar con nosotros mismos. La justicia de los escribas y los fariseos era como los adornos de una tumba o el vestido de un cadáver, sólo para el espectáculo. Lo engañoso de los corazones de los pecadores se manifiesta en que navegan corriente abajo por los torrentes de los pecados de su propio tiempo, mientras se jactan de haberse opuesto a los pecados de días anteriores. A veces pensamos que si nosotros hubiésemos vivido cuando Cristo estuvo en la tierra, no lo hubiésemos despreciado ni rechazado, como entonces hicieron los hombres; pero Cristo en su Espíritu, en su palabra, en sus ministros aún no es tratado mejor. Justo es que Dios entregue a la lujuria de sus corazones a éstos que se obstinan en satisfacerse a sí mismos. Cristo da a los hombres su carácter verdadero.

Vv. 34-39.Nuestro Señor declara las miserias que estaban por acarrearse a sí mismos los habitantes de Jerusalén, pero no se fija en los sufrimientos que Él iba a pasar. Una gallina que junta a sus pollos bajo sus alas, es un emblema adecuado del tierno amor del Salvador por aquellos que confían en Él, y su fiel cuidado por ellos. Él llama a los pecadores a que se refugien en su tierna protección, los mantiene a salvo, y los nutre para la vida eterna.
Aquí se anuncian la dispersión y la incredulidad presente de los judíos, y su futura conversión a Cristo. Jerusalén y sus hijos tenían gran parte de culpa y su castigo ha sido una señal. Pero no antes de mucho, la venganza merecida caerá sobre cada iglesia que es cristiana sólo de nombre. Mientras tanto, el Salvador está listo para recibir a todos los que vayan a Él. Nada hay entre los pecadores y la dicha eterna, sino su orgullo y su incrédula falta de voluntad.

lunes, 15 de marzo de 2010

Exodos 34

Exodos 34 -

CAPÍTULO 34
Versículos 1-4. Renovación de las tablas de la ley. 5-9. Proclamación del nombre del Señor-Ferviente petición de Moisés. 10-17. El pacto de Dios. 18-27. Las fiestas. 28-35. El velo de Moisés.

Vv. 1-4.Cuando Dios hizo al hombre a su imagen, la ley moral fue escrita en su corazón por el dedo de Dios, sin medios externos. Pero como el pacto entonces hecho con el hombre fue quebrantado, el Señor ha usado el ministerio de los hombres, tanto para escribir la ley en las Escrituras, como para escribirla en el corazón. Cuando Dios se reconcilió con los israelitas, ordenó que las tablas fuesen renovadas y escribió su ley en ellas. Aun bajo el evangelio de paz por Cristo la ley moral continúa obligando al creyente. Aunque Cristo nos ha redimido de la maldición de la ley, pero no de los mandamientos de ella. La primera y mejor prueba del perdón de pecados y de la paz con Dios es que la ley queda escrita en el corazón.

Vv. 5-9.Como señal abierta de su presencia y manifestación de su gloria, el Señor descendió en una nube y, desde allí proclamó su Nombre; esto es, las perfecciones y el carácter denotados por el nombre Jehová. El Señor Dios es misericordioso : pronto para perdonar al pecador y socorrer al necesitado. Piadoso : bueno y dispuesto a conceder beneficios inmerecidos. Tardo para la ira, : es longánime, concede tiempo para el arrepentimiento, y sólo castiga cuando es necesario. Él es grande en misericordia y verdad : hasta los pecadores reciben en abundancia las riquezas de su magnificencia aunque abusen de ella. Todo lo que Él revela es verdad infalible, todo lo que promete lo hace con fidelidad. Que guarda misericordia a millares : continuamente Él muestra misericordia a los pecadores hasta el fin del tiempo, y tiene tesoros que no se pueden agotar. Que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado : su misericordia y bondad llegan al perdón pleno y gratuito del pecado. Y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado : la santidad y justicia de Dios son parte de su piedad y amor para con todas sus criaturas. En los sufrimientos de Cristo se muestra la santidad y justicia Divina plenamente, y se da a conocer la maldad del pecado. La misericordia de Dios que perdona siempre va acompañada de su gracia que convierte y santifica. Nadie tiene perdón sino los que se arrepienten y abandonan la práctica intencional de todo pecado; ninguno que abuse, descuide o desprecie esta gran salvación podrá escapar.
Moisés se inclinó y adoró con reverencia. El creyente puede invocar cualquier perfección del nombre de Dios, para pedirle el perdón de sus pecados, que sea hecho santo su corazón, y que se extienda el reino del Redentor.

Vv. 10-17.Se manda a los israelitas que destruyan todo monumento de idolatría por exquisito o caro que sea; que rechacen toda alianza, amistad o matrimonio con los idólatras y todas las fiestas idólatras; y se les recuerda que no repitan el delito de hacerse imágenes de fundición. El furor del hombre es llamado celos, Proverbios vi, 34; pero el desagrado es santo y justo en Dios. Quienes no adoran sólo a Dios no pueden adorarlo rectamente.

Vv. 18-27.Una vez por semana deben reposar aunque sea en la temporada de siembra y de cosecha. Todos los negocios del mundo deben dar lugar al reposo santo; aun la siega prosperará para mejor por la observancia sagrada del día de reposo en la temporada de la cosecha. Debemos demostrar que preferimos nuestra comunión con Dios y nuestro deber para con Él antes que los negocios o la alegría de la cosecha.
Tres veces al año ellos debían presentarse ante el Señor Dios, el Dios de Israel. Canaán era una tierra deseable y los pueblos vecinos eran codiciosos; pero Dios dice: “Ninguno codiciará tu tierra.”Controlemos todos los deseos pecaminosos de nuestro corazón contra Dios y su gloria y, entonces, confiemos en que Él controle todos los deseos pecaminosos en el corazón de otros en contra de nosotros. El camino del deber es el camino de la seguridad. Quienes se aventuran por él, nunca pierden.
Aquí se mencionan tres fiestas: -1. La Pascua, que recuerda la liberación desde Egipto. -2. La fiesta de las semanas o fiesta de Pentecostés; agregada a esta está la ley de las primicias.
3. La fiesta de la cosecha o fiesta de los Tabernáculos. -Moisés tenía que escribir estas palabras para que el pueblo las conozca mejor. Nunca podemos estar suficientemente agradecidos de Dios por la palabra escrita. Dios haría un pacto con Israel con Moisés como mediador. Así, el pacto de gracia lo hace con los creyentes por medio de Cristo.

Vv. 28-35.La comunión cercana y espiritual con Dios mejora las gracias de un carácter renovado y santo. La piedad seria confiere lustre al semblante del hombre, así como infunde estima y afecto. El velo que Moisés se puso, señala la oscuridad de esa dispensación, en comparación con la dispensación del evangelio del Nuevo Testamento. También era un emblema del velo natural que hay en el corazón de los hombres respecto de las cosas espirituales. Además, representa el velo que estaba y está sobre la nación de Israel, el cual sólo puede ser quitado por el Espíritu del Señor, que les muestra a Cristo como el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree. El miedo y la incredulidad pondrán el velo delante de nosotros, estorbarán nuestro acercamiento confiado al trono de la gracia en lo alto. Debemos mostrar plenamente nuestras carencias, temporales y espirituales, ante nuestro Padre espiritual; tenemos que contarle nuestros problemas, luchas, pruebas y tentaciones; debemos reconocer nuestras ofensas.

domingo, 14 de marzo de 2010

Nuestra misión

Nuestra misión

Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo.

2 Corintios 5:19

Dios amó a un mundo perdido y procuró ganar a los pecadores para sí para su propia gloria. Cristo vino al mundo por amor y procuró ganar a los pecadores para la gloria del Padre. Como creyentes, también nosotros debemos ir al mundo con amor y procurar ganar a los perdidos para la gloria de Dios. Así que nuestra misión es igual que la de Dios.

Somos una extensión del ministerio de Dios el Padre y del Hijo al recibir gloria por la salvación de los perdidos pecadores. Jesús dij "Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo" (Jn. 17:18). "Así como" expresa intención. Así como el Padre envió al Hijo al mundo irredento, así el Hijo ha enviado a los creyentes. ¡Lo maravilloso es que tenemos el privilegio de participar en la misión de Jesucristo para un mundo perdido! El previo requisito del éxito

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.

Lucas 19:10

S. D. Gordon escribió un libro intitulado Quiet Talks with World Winners (Conversaciones silenciosas con los ganadores del mundo). En ese libro cuenta la historia de un grupo de personas que se preparaban para escalar el Monte Blanco en los Alpes Suizos. Los guías explicaron que, debido a lo difícil del ascenso, cada persona debía llevar consigo únicamente el equipo necesario para escalar, dejando atrás todas las pertenencias personales.

Un joven inglés no hizo caso al consejo y llevó consigo varias cosas, pero en el camino hacia la cumbre, las fue dejando atrás, una a una. Por último, cuando alcanzó la cumbre, lo había tirado todo menos el equipo esencial.

S. D. Gordon aplicó eso a la vida cristiana: "Muchos de nosotros, cuando nos damos cuenta de que no podemos alcanzar la cumbre con nuestras cargas, dejamos de subir, y levantamos en la llanura nuestras tiendas, y nos quedamos con nuestros planes y nuestras pertenencias insignificantes. La llanura parece estar llena de muchas tiendas" (55). Lo que todos debemos preguntarnos es: ¿Están mis pertenencias personales impidiéndome cumplir la misión que Dios me ha dado?

sábado, 13 de marzo de 2010

Mateo 22

Mateo 22 -

CAPÍTULO 22
Versículos 1-14. La parábola de la fiesta de bodas. 15-22. Los fariseos preguntan a Jesús sobre el impuesto. 23-33. La pregunta de los saduceos sobre la resurrección. 34-40. La esencia de los mandamientos. 41-46. Jesús interroga a los fariseos.

Vv. 1-14.La provisión hecha para las almas perecederas en el evangelio, está representada por una fiesta real hecha por un rey, con prodigalidad oriental, en ocasión del matrimonio de su hijo. Nuestro Dios misericordioso no sólo ha provisto el alimento, sino un festejo real para las almas que perecen de sus rebeldes criaturas. En la salvación de su Hijo Jesucristo hay suficiente y de sobra de todo lo que se pueda agregar a nuestro consuelo presente y dicha eterna.
Los primeros invitados fueron los judíos. Cuando los profetas del Antiguo Testamento no prevalecieron, ni Juan el Bautista, ni el mismo Cristo, que les dijo que el reino de Dios estaba cerca, fueron enviados los apóstoles y ministros del evangelio, después de la resurrección de Cristo, a decirles que iba a venir y persuadirlos para que aceptaran la oferta. La razón del por qué los pecadores no van a Cristo y a la salvación por Él no es que no puedan, sino que no quieren. Tomarse a la ligera a Cristo y la gran salvación obrada por Él, es el pecado que condena al mundo. Ellos fueron indiferentes. Las multitudes perecen para siempre por pura indiferencia sin mostrar aversión directa, pero son negligentes acerca de sus almas. Además, las actividades y el provecho de las ocupaciones mundanas estorban a muchos para cerrar trato con el Salvador. Campesinos y mercaderes deben ser diligentes, pero cualquiera sea la cosa del mundo que tengamos en nuestras manos, debemos poner cuidado en mantenerla fuera de nuestros corazones, no sea que se interponga entre nosotros y Cristo.
La extrema ruina sobrevenida a la iglesia y a la nación judía está representada aquí. La persecución de los fieles ministros de Cristo llena la medida de la culpa de todo pueblo. No se esperaba la oferta de Cristo y la salvación de los gentiles; fue tanta sorpresa como sería que se invitara a una fiesta de boda real al caminante. El designio del evangelio es recoger almas para Cristo; a todos los hijos de Dios esparcidos por todos lados, Juan x, 16; xi, 52.
El ejemplo de los hipócritas está representado por el invitado que no tenía traje de boda. Nos concierne a todos prepararnos para el juicio; y los que, y sólo los que se vistan del Señor Jesús, que tengan el temperamento mental cristiano, que vivan por fe en Cristo y para quienes Él es el todo en todo, tienen la vestimenta para la boda. La justicia de Cristo que nos es imputada y la santificación del Espíritu son, ambas, por igual necesarias. Nadie tiene el ropaje de boda por naturaleza ni puede hacérselo por sí mismo. Llega el día en que los hipócritas serán llamados a rendir cuentas de todas sus intrusiones presuntuosas en las ordenanzas del evangelio y de la usurpación de los privilegios del evangelio. Echadlo a las tinieblas de afuera. Los que andan en forma indigna del cristianismo, abandonan toda la dicha que proclaman presuntuosamente.
Nuestro Salvador pasa aquí desde la parábola a su enseñanza. Los hipócritas andan a la luz del evangelio mismo camino a la extrema oscuridad. Muchos son llamados a la fiesta de boda, esto es, a la salvación, pero pocos tienen el ropaje de la boda, la justicia de Cristo, la santificación del Espíritu. Entonces, examinémonos si estamos en la fe y procuremos ser aprobados por el Rey.

Vv. 15-22.Los fariseos enviaron sus discípulos a los herodianos, un partido de los judíos, que apoyaba la sumisión total al emperador romano. Aunque eran contrarios entre sí, se unieron contra Cristo. Lo que dijeron de Cristo estaban bien; sea que lo supieran o no, bendito sea Dios que nosotros lo sabemos. Jesucristo fue un maestro fiel, uno que reprueba directamente.
Cristo vio su iniquidad. Cualquiera sea la máscara que se ponga el hipócrita, nuestro Señor Jesús ve a través de ella. Cristo no intervino como juez en materias de esta naturaleza, porque su reino no es de este mundo, pero insta a sujetarse pacíficamente a los poderes que hay. Reprobó a sus adversarios y enseñó a sus discípulos que la religión cristiana no es enemiga del gobierno civil.
Cristo es y será la maravilla no sólo de sus amigos, sino de sus enemigos. Ellos admiran su sabiduría, pero no serán guiados por ella, y su poder, pero no se someterán.

Vv. 23-33.Las doctrinas de Cristo desagradan a los infieles saduceos y a los fariseos y herodianos. Él lleva las grandes verdades de la resurrección y el estado futuro más allá de lo que se había revelado hasta entonces. No hay modo de deducir del estado de cosas en este mundo lo que acontecerá en el más allá. La verdad sea puesta a la luz clara y se manifieste con toda su fuerza. Habiéndolos silenciado de este modo, nuestro Señor procedió a mostrar la verdad de la doctrina de la resurrección a partir de los libros de Moisés. Dios le declaró a Moisés que era el Dios de los patriarcas que habían muerto hacía mucho tiempo; esto demuestra que ellos estaban entonces en un estado del ser capaz de disfrutar su favor y prueba que la doctrina de la resurrección es claramente enseñada en el Antiguo Testamento y en el Nuevo. Pero esta doctrina estaba reservada para una revelación más plena después de la resurrección de Cristo, primicia de los que durmieron. Todos los errores surgen de no conocer las Escrituras y el poder de Dios.
En este mundo la muerte se lleva a uno tras otro y así, termina con todas las esperanzas, los goces, las penas y las relaciones terrenales. ¡Qué desgraciados son los que no esperan nada mejor más allá de la tumba!

Vv. 34-40.Un intérprete de la ley preguntó algo a nuestro Señor para probar no tanto su conocimiento como su juicio. El amor de Dios es el primer y gran mandamiento, y el resumen de todos los mandamientos de la primera tabla. Nuestro amor por Dios debe ser sincero, no sólo de palabra y lengua. Todo nuestro amor es poco para dárselo, por tanto todos los poderes del alma deben comprometerse con Él y ejecutados para Él.
Amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos es el segundo gran mandamiento. Hay un amor propio que es corrompido y raíz de los pecados más grandes y debe ser dejado y mortificado; pero hay un amor propio que es la regla del deber más grande: hemos de tener el debido interés por el bienestar de nuestra alma y nuestro cuerpo. Debemos amar a nuestro prójimo tan verdadera y sinceramente como nos amamos a nosotros mismos; en muchos casos debemos negarnos a nosotros por el bien del prójimo. Por estos dos mandamientos moldeen, nuestro corazón.

Vv. 41-46.Cuando Cristo dejó perplejos a sus enemigos, preguntó qué pensaban del Mesías prometido. ¿Cómo podía Él ser el Hijo de David y, sin embargo, ser su Señor? Cita el Salmo cx, 1. Si el Cristo iba a ser un simple hombre, que sólo existiría mucho tiempo después de la muerte de David, ¿cómo podía su antepasado tratarlo de Señor? Los fariseos no pudieron contestar eso. Ni tampoco resolver la dificultad, a menos que reconozcan que el Mesías sea el Hijo de Dios y el Señor de David igualmente que el Padre. Él tomó nuestra naturaleza humana y, así, se manifestó Dios en la carne; en este sentido es el Hijo del hombre y el Hijo de David.
Nos conviene sobre todo indagar seriamente: “¿qué pensamos de Cristo?”¿Es Él completamente glorioso a nuestros ojos y precioso a nuestros corazones? Que Cristo sea nuestro gozo, nuestra confianza, nuestro todo. Que diariamente seamos hechos más como Él, y más dedicados a su servicio.

viernes, 12 de marzo de 2010


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Exodus 33

Exodus 33 -

CAPÍTULO 33
Versículos 1-6. El Señor rehusa ir con Israel. 7-11. El tabernáculo de Moisés es sacado fuera del campamento. 12-23. Moisés desea ver la gloria de Dios.

Vv. 1-6.A quienes Dios perdona, hay que hacerles saber lo que merecía su pecado. “Que ellos se vayan solos”expresaba en gran medida el desagrado de Dios. Aunque Él promete cumplir el pacto con Abraham dándoles Canaán, les niega las señales de su presencia con que habían sido bendecidos.
El pueblo lloró por su pecado. De todos los frutos y amargas consecuencias del pecado, lo que los verdaderos arrepentidos lamentan y temen más es que Dios se aparte de ellos. La mismísima Canaán no sería una tierra agradable sin la presencia del Señor. Los que se fueron ataviados para mantener el pecado no pudieron hacer otra cosa que quitarse los atavíos como señal de pesar y vergüenza por el pecado.

Vv. 7-11.Moisés tomó el tabernáculo y lo levantó fuera del campamento. Parece haber sido un edificio temporal, armado para el culto, y en el cual él juzgaba las disputas de la gente. El pueblo miraba en pos de Moisés; tenían muchos deseos de estar en paz con Dios y les interesaba saber lo que sucedería.
La columna de nube que se había apartado del campamento cuando fue contaminado por la idolatría, ahora regresó. Si nuestro corazón sale al encuentro de Dios, Él vendrá misericordiosamente a nuestro encuentro.

Vv. 12-23.Moisés es muy honesto con Dios. Así, la intercesión de Cristo, no sólo nos salva de la ruina, además adquirimos el derecho a la eterna bienaventuranza.
Observe aquí cómo él argumenta . Nosotros hallamos gracia a ojos de Dios si encontramos gracia en nuestros corazones para guiarnos y apurarnos en el camino de nuestro deber. Moisés habla como quien teme la idea de seguir adelante sin la presencia del Señor. Las promesas de la gracia de Dios y su misericordia para con nosotros, no sólo deben alentar nuestra fe, además deben estimular nuestro fervor para orar. Observe cómo él presiona . Véase, en un tipo, la intercesión de Cristo, a la que siempre da vida para interceder en favor de todo aquello que venga a Dios por Él; y que no es por ninguna cosa que haya a favor en aquellos por los cuales Él intercede.
Moisés pide ver la gloria de Dios y también en eso es escuchado. La visión completa de la gloria de Dios, abrumaría aun al mismo Moisés. El hombre es malo e indigno de ello; débil y no puede soportarlo; culpable y no podría sino temerlo. La revelación misericordiosa que se hace en Cristo Jesús es lo único que podemos tolerar.
El Señor concedió lo que lo satisfaría abundantemente. La bondad de Dios es su gloria; y Él hará que le conozcamos por la gloria de su misericordia, más que por la gloria de su majestad.
Sobre la roca había un lugar adecuado para que Moisés viera la bondad y la gloria de Dios. La peña de Horeb era un tipo de Cristo, la Roca de refugio, salvación y fuerza. Dichosos los que están sobre esta Roca.
La hendidura puede ser un emblema de Cristo, como partido, crucificado, herido y muerto.
Lo que sigue denota el imperfecto conocimiento de Dios en el estado presente, aun según se revela en Cristo; porque esto, comparado con la visión celestial de Él, solo es como ver a un hombre que pasó, cuya espalda es lo único que puede verse. Dios en Cristo, como Él es, en las manifestaciones más plenas y brillantes de su gloria, gracia y bondad están reservadas para otro estado.

jueves, 11 de marzo de 2010

La emoción de la gracia

La emoción de la gracia

Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.

Juan 1:16

¿Es la experiencia de la gracia de Dios en su vida algo emocionante? ¡Lo es para mí! Es conmovedor el solo pensar en el hecho de que Dios, por su propio plan soberano, decidió tener misericordia conmigo.

Él derramó su gracia sobre mí. Él perdonó todos mis pecados. Me dio la presencia interior del Espíritu Santo. Me dio el entendimiento de su Palabra. Me llamó al ministerio espiritual. Todos los días me da abundante comunión con los santos, y me gozo en ser parte de su pueblo redimido. Él me permite ver el mundo como la obra de sus manos. Soy su hijo, y Él me ama de una forma personal.

No hay nada mejor que recibir gracia sobre gracia. Pido a Dios que esa sea la experiencia de usted. Prioridades correctas

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.

Colosenses 3:2

¿Dónde están sus prioridades? ¿Se está concentrando en las cosas de este mundo o en las cosas espirituales? ¿Si Cristo viniera mañana se estropearían los planes de usted? Lamentablemente, muchos cristianos esperan que Él no se aparezca por algún tiempo.

¡Qué comentario tan triste! Si prefiere estar en la tierra que estar en el glorioso hogar de Cristo en el cielo, entonces usted no ama su venida. Dios se aflige cuando no vivimos esperando su gloriosa presencia y estamos más interesados en las cosas efímeras de este mundo.

¿Dónde está su corazón? Es tiempo de hacer un examen minucioso de sus prioridades. Cuando verdaderamente se está agradecido por la salvación que Dios ha dado, se vive con la esperanza de la plenitud de esa salvación aun por venir. Haga suyo el deseo de Juan: "Sí, ven, Señor Jesús" (Ap. 22:20).

miércoles, 10 de marzo de 2010

Mateo 21

Mateo 21 -

CAPÍTULO 21
Versículos 1-11. Cristo entra en Jerusalén. 12-17. Echa del templo a los que lo profanaban. 18-22. Maldición de la higuera estéril. 23-27. El sermón de Jesús en el templo 28-32. La parábola de los dos hijos 33-46. La parábola del padre de familia.

Vv. 1-11. Esta venida de Cristo fue descrita por el profeta Zacarías, ix, 9. Cuando Cristo aparezca en su gloria, es en mansedumbre, no en majestad, en misericordia para obrar salvación. Como la mansedumbre y la pobreza externa fueron vistas plenamente en el Rey de Sion, y marcaron su entrada triunfal en Jerusalén, ¡cuán equivocados estaban la codicia, la ambición y la soberbia de la vida en los ciudadanos de Sion! Ellos llevaron el pollino, pero Jesús no lo usó sin el consentimiento del dueño. Los aperos fueron los que había a mano. No debemos pensar que son muy caras las ropas que vestimos para abandonarlas por el servicio de Cristo. Los sumos sacerdotes y los ancianos después se unieron a la multitud que lo trató mal en la cruz; pero ninguno de ellos se unió a la multitud que le rindió honores. Los que toman a Cristo como Rey de ellos deben poner a sus pies todo lo que tienen. Hosanna significa: ¡Salva ahora te rogamos! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Pero de cuán escaso valor es el aplauso de la gente! La multitud inestable se une al clamor del día, sea ¡Hosanna! o ¡crucifícalo! A menudo, las multitudes parecen aprobar el evangelio, pero pocos llegan a ser discípulos coherentes.
Cuando Jesús iba a entrar en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió; quizá algunos fueron movidos por el gozo, los que esperaban el Consuelo de Israel; otros, de los fariseos, fueron movidos por la envidia. Así de variadas son las motivaciones de la mente de los hombres en cuanto a la cercanía del reino de Cristo.

Vv. 12-17.Cristo encontró parte del atrio del templo convertido en mercado de ganado y de cosas que se usaban en los sacrificios, y parcialmente ocupados por los cambistas de dinero. Nuestro Señor los echó del lugar, como había hecho al iniciar su ministerio, Juan ii, 13–17. Sus obras testificaban de Él más que los Hosannas, y las curaciones que hizo en el templo fueron cumplimiento de la promesa de que la gloria de la última casa sería más grande que la gloria de la primera. Si Cristo viniera ahora a muchas partes de su iglesia visible, ¡cuántos males secretos descubriría y limpiaría! ¡Cuántas cosas que se practican a diario bajo el manto de la religión, demostraría Él que son más adecuadas para una cueva de ladrones que para una casa de oración!

Vv. 18-22.La maldición de la higuera estéril representa el estado de los hipócritas en general, y así nos enseña que Cristo busca el poder de la religión en quienes la profesan, y el sabor de ella en quienes dicen tenerla. Sus justas expectativas de los profesos que florecen suelen frustrarse; viene a muchos buscando fruto y encuentra sólo hojas. Una profesión falsa se marchita corrientemente en este mundo, y es el efecto de la maldición dada por Cristo. La higuera que no tenía fruto pronto perdió sus hojas. Esto representa en particular el estado de la nación y pueblo judío. Nuestro Señor Jesús no encontró en ellos nada sino hojas. Después que rechazaron a Cristo, la ceguera y la dureza se acrecentaron en ellos hasta que fueron deshechados, y desarraigados de su lugar y de su nación. El Señor fue justo en eso. Temamos mucho la condenación pronunciada para la higuera estéril.

Vv. 23-27.Como ahora nuestro Señor se manifestó abiertamente como el Mesías, los sumos sacerdotes y los escribas se ofendieron mucho, en especial porque expuso y eliminó los abusos que ellos estimulaban. Nuestro Señor preguntó qué pensaban ellos del ministerio y bautismo de Juan. Muchos se asustan más de la vergüenza que produce la mentira que del pecado, y, por tanto, no tienen escrúpulos para decir lo que saben que es falso, como sus propios pensamientos, afectos e intenciones o sus recuerdos y olvidos. Nuestro Señor rehusó responder su pregunta. Mejor es evitar las disputas innecesarias con los impíos oponentes.

Vv. 28-32. Las parábolas que reprenden, se dirigen claramente a los ofensores y los juzgan por sus propias bocas. La parábola de los dos hijos enviados a trabajar en la viña es para mostrar que los que no sabían que el bautismo de Juan era de Dios, fueron avergonzados por los que lo sabían y lo reconocen. Toda la raza humana es como niños a quienes el Señor ha criado, pero ellos se han rebelado contra Él, sólo que algunos son más convincentes en su desobediencia que otros. A menudo sucede que el rebelde atrevido es llevado al arrepentimiento y llega a ser siervo del Señor, mientras el formalista se endurece en orgullo y enemistad.

Vv. 33-46.Esta parábola expresa claramente el pecado y la ruina de la nación judía; y lo que se dice para acusarles, se dice para advertir a todos los que gozan los privilegios de la iglesia externa. Así como los hombres tratan al pueblo de Dios, tratarían al mismo Cristo si estuviera con ellos. ¡Cómo podemos, si somos fieles a su causa, esperar una recepción favorable de parte de un mundo impío o de los impíos que profesan el cristianismo! Preguntémonos si nosotros que tenemos la viña y todas sus ventajas damos fruto en la temporada debida, como pueblo, familia o individuos. Nuestro Salvador declara, en su pregunta, que el Señor de la viña vendrá, y que cuando venga destruirá a los malos con toda seguridad.
Los sumos sacerdotes y los ancianos eran los constructores y no reconocían su doctrina ni su leyes; lo desecharon como piedra despreciada. Pero el que fue desechado por los judíos, fue abrazado por los gentiles. Cristo sabe quién dará frutos del evangelio en el uso de los medios del evangelio. La incredulidad de los pecadores será su ruina, aunque Dios tienen muchas maneras de refrenar los remanentes de la ira, como los tiene para hacer que eso que quebranta redunde en alabanza suya. Que Cristo llegue a ser más y más precioso para nuestras almas, como firme Fundamento y Piedra angular de su Iglesia. Sigámosle aunque seamos odiados y despreciados por amor a Él.

martes, 9 de marzo de 2010

¿Qué ama usted en realidad?

¿Qué ama usted en realidad?

Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.

Lucas 14:26-27

Aparte de Dios, nadie pudo haber sido más amado para Abraham que su hijo Isaac. Pero esa era la prueba: "Averiguar si amaba a Isaac más que a Dios". Si amamos a Dios sobre todas las cosas, le daremos gracias por lo que está logrando a través de nuestras pruebas y de nuestros sufrimientos. Pero si nos amamos a nosotros mismos más de lo que amamos a Dios, pondremos en tela de juicio la sabiduría de Dios y nos enojaremos y amargaremos. Si hay algo para nosotros más amado que Dios, entonces Él tiene que quitar eso para que crezcamos espiritualmente.

En el versículo de hoy, Jesús no dijo que debemos odiar a todo el mundo. Más bien quiso decir que si no se ama a Dios hasta el punto de que se esté dispuesto, si fuera necesario, a separarse del padre, de la madre, del cónyuge, de los hijos, del hermano, de la hermana, o incluso de la propia vida, entonces no se le ama sobre todas las cosas. Usted debe decidir hacer la voluntad de Dios ante todo, sin que importe cuánto pueda amar a los demás. Una esperanza viva

Su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva.

1 Pedro 1:3

Cuando Dios lo salvó y lo transformó a usted, le dio "una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible" (1 P. 1:4). Como resultado, los cristianos pueden vivir con la esperanza de esa herencia eterna.

¿Por qué es importante esa esperanza? Los incrédulos no confían en Él, de modo que no pueden esperar en Él. Pero como creyente usted ha visto que Dios ha sido fiel en el pasado y en el presente, y que le da la esperanza de que será fiel en el futuro. Y eso le da gloria.

Digámoslo de una manera sencilla: Dios es glorificado cuando usted confía en Él. Dios es glorificado cuando usted cree en Él. Y Él es glorificado cuando usted espera en su promesa futura. El Dios que le ha dado tan gran salvación es digno de su esperanza.

lunes, 8 de marzo de 2010

Exodos 32

Exodos 32 -

CAPÍTULO 32
Versículos 1-6. El pueblo hace que Aarón fabrique un becerro de oro. 7-14. El desagrado de Dios-La intercesión de Moisés. 15-20. Moisés rompe la tablas de la ley-Destruye el becerro de oro. 21-29. La disculpa de Aarón-Muerte de los idólatras. 30-35. Moisés ora por el pueblo.

Vv. 1-6.Mientras Moisés estaba en el monte recibiendo la ley de Dios, el pueblo enardecido se dirigió a Aarón. La multitud atolondrada estaba cansada de esperar el regreso de Moisés. El cansancio de la espera da lugar a muchas tentaciones. Hay que esperar al Señor hasta que llegue, y hay que esperarle aunque demore.
Que la prontitud de ellos para dar sus aros de oro para fabricar un ídolo, avergüence nuestra mezquindad en el servicio del Dios verdadero. No se detuvieron a considerar el costo de la idolatría ¿y nosotros nos quejamos por nuestro gasto en la religión? Aarón hizo la imagen de un buey o un becerro, y le dio cierta terminación con un buril. Y ellos ofrecieron sacrificios a este ídolo. Puesto que pusieron una imagen ante ellos y así cambiaron la verdad de Dios en mentira, sus sacrificios fueron abominación. Unos pocos días antes, en ese mismo lugar, ¿no habían oído ellos la voz de Jehová Dios diciéndoles de en medio del fuego: No te harás imagen? Ellos mismos, ¿no habían entrado solemnemente en un pacto con Dios, en el sentido de hacer todo lo que Él les había dicho y que obedecerían? Capítulo xxiv, 7. Sin embargo, antes de salir del lugar donde habían hecho solemnemente el pacto, rompieron un mandamiento expreso desafiando una amenaza expresa. Eso muestra claramente que la ley no era capaz de santificar, como no era capaz de justificar; por ella se conoce el pecado, pero no la cura del pecado.
Aarón fue apartado por nombramiento divino para el oficio del sacerdocio; pero él, que una vez se avergonzó al extremo de levantar un altar para el becerro de oro, ahora debe reconocerse indigno del honor de servir en el altar de Dios, y debe sentirse en deuda con la libre gracia por ello. De esta manera fueron silenciados el orgullo y la jactancia.

Vv. 7-14.Dios dice a Moisés que los israelitas se habían corrompido. El pecado es la corrupción del pecador, y es una corrupción de sí mismo; cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Ellos se habían descarriado. El pecado es salirse del camino del deber y tomar un atajo. Pronto olvidaron las obras de Dios. Él ve lo que ellos no pueden descubrir, y ninguna maldad del mundo le está oculta. Nosotros no soportaríamos ver la milésima parte de la maldad que Dios ve a diario. Dios expresa la grandeza de su justo desagrado, al estilo de los hombres, que no hubieran permitido que alguien intercediera por aquellos contra quienes hubieran resuelto ser severos. Nada sino la oración de Moisés podía salvarlos de la ruina; de esta manera, fue un tipo de Cristo, por cuya sola mediación, Dios reconciliaría el mundo consigo mismo.
Moisés pone como prenda la gloria de Dios. La glorificación del nombre de Dios, que debiera ser nuestra primera petición, como es en el Padre Nuestro, debiera ser nuestro ruego principal. Las promesas de Dios deben ser nuestro principal ruego en oración, puesto que quien lo prometió es poderoso para cumplir. Nótese el poder de la oración. En respuesta a las oraciones de Moisés, Dios mostró su propósito de perdonar al pueblo, de la manera que antes parecía decidido a destruirlo; el cambio en la expresión exterior de su propósito es llamado “arrepentirse del mal”.

Vv. 15-20.¡Qué cambio! Descender del monte de la comunión con Dios, para conversar con un mundo malo. Nada vemos en Dios que no sea puro y placentero; en el mundo, nada que no sea pecador y provocativo. Para que se viera que un ídolo es nada en el mundo, Moisés pulverizó el becerro. El acto de mezclar este polvo con el agua que bebían representa el hecho de que el corazón del apóstata debe llenarse con sus propios caminos.

Vv. 21-29.Nunca hubo hombre sabio que diera una excusa más frívola y necia que la de Aarón. No debemos ser llevados a pecar por algo que el hombre pueda decirnos o hacernos; pues los hombres sólo pueden tentarnos a pecar, pero no pueden obligarnos a hacerlo. La forma en que Moisés enfrentó el problema volvió la danza en temblor. La vergüenza de su pecado quedó expuesta a la luz. Para quitar el reproche, Moisés no ocultó el pecado, ni le impuso un color falso, mas lo castigó. Los levitas tuvieron que matar a los líderes de esta maldad, pero nadie fue ejecutado sino los que se enfrentaron abiertamente. Los que persisten en pecar están marcados para la ruina: Quienes por la mañana gritaban y danzaban, murieron antes de la noche. Los juicios del Señor producen cambios súbitos a veces, con los pecadores que se sienten seguros y alegres en su pecar.

Vv. 30-35.Moisés lo calificó de gran pecado. La obra de los ministros tiene que mostrar la enormidad de sus pecados a la gente. El gran mal del pecado se evidencia en el precio del perdón. Moisés ruega misericordia a Dios; él no fue a dar excusas sino a expiar. No tenemos que suponer que Moisés quiere decir que siempre estuviera dispuesto a morir en aras del pueblo. Tenemos que amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos pero no más que a nosotros mismos. Pero con el sentir que había en Cristo, Él estaba dispuesto a poner su vida de la manera más dolorosa, si de esa manera pudiera preservar al pueblo. Moisés no podía apaciguar totalmente la ira de Dios; lo cual muestra que la ley de Moisés no era capaz de reconciliar a los hombres con Dios, ni de perfeccionar nuestra paz con Él. Sólo en Cristo Dios perdona el pecado, para no recordarlo más.
Esta historia nos muestra que ningún corazón carnal, que no se haya humillado, puede soportar por mucho tiempo los preceptos santos, las verdades humillantes, y la adoración espiritual de Dios. Pero un dios, un sacerdote, un culto, una doctrina y un sacrificio, a la medida de la mente carnal, siempre encontrará abundancia de adoradores. Se puede pervertir el evangelio mismo a tal punto que se adapte al gusto mundano. Es bueno para nosotros que, el Profeta como Moisés, que es incomparablemente más poderoso y misericordioso, haya hecho expiación por nuestra alma y ahora interceda por nosotros. Regocijémonos en su gracia.

domingo, 7 de marzo de 2010

Mateo 20

Mateo 20 -

CAPÍTULO 20
Versículos 1-16. La parábola de los trabajadores de la viña. 17-19. Jesús vuelve a anunciar sus sufrimientos. 20-28. La ambición de Santiago y Juan. 29-34. Jesús da la vista a dos ciegos cerca de Jericó.

Vv. 1-16.El objeto directo de esta parábola parece ser demostrar que, aunque los judíos fueron llamados primero a la viña, en el largo plazo el evangelio será predicado a los gentiles que deben ser recibidos con los privilegios y ventajas en igualdad con los judíos. La parábola puede aplicarse también en forma más general y muestra, que: -1. Dios no es deudor de ningún hombre.
2. Muchos que empiezan al final, y prometen poco en la religión, a veces, por la bendición de Dios, llegan a mucho conocimiento, gracia y utilidad.
3. La recompensa será dada a los santos, pero no conforme al tiempo de su conversión. Describe el estado de la iglesia visible y explica la declaración de que los últimos serán los primeros, y los primeros, últimos, en sus diversas referencias.
Mientras no seamos contratados en el servicio de Dios estamos todo el día de ociosos: un estado pecaminoso, aunque para Satanás sea un estado de esclavitud, puede llamarse estado de ociosidad. El mercado es el mundo y de él fuimos llamados por el evangelio. Venid, salid de ese mercado. El trabajo para Dios no admite bagatelas. El hombre puede irse ocioso al infierno, pero quien vaya al cielo debe ser diligente.
El centavo romano era siete centavos, medio penique del dinero inglés, pagaba entonces suficiente para el sostén diario. Esto no prueba que la recompensa de nuestra obediencia a Dios sea de obras o de deuda; cuando hemos hecho todo, somos siervos inútiles; significa que hay una recompensa puesta ante nosotros, pero que nadie, por esta suposición, postergue el arrepentimiento hasta su vejez. Algunos fueron enviados a la viña en la hora undécima, pero nadie los había contratado antes. Los gentiles entraron a la hora undécima; el evangelio no había sido predicado antes a ellos. Quienes han tenido la oferta del evangelio en la hora tercera o sexta, y la han rechazado, no tendrán que decir en la hora undécima, como éstos: Nadie nos contrató.
Por tanto, no para desanimar a nadie sino para despertar a todos, es que se recuerda que ahora es el tiempo aceptable.
Las riquezas de la gracia divina son objetadas en voz alta por los fariseos orgullosos y por los cristianos nominales. Hay en nosotros una gran inclinación a pensar que tenemos demasiado poco, y los demás mucho de las señales del favor de Dios; y que hacemos demasiado y los demás muy poco en la obra de Dios. Pero si Dios da gracia a otros, es bondad para ellos, y no injusticia para nosotros. Las criaturas mundanas carnales están de acuerdo con Dios en cuanto a su riqueza en este mundo, y optan por su porción en esta vida. Los creyentes obedientes están de acuerdo con Dios en cuanto a su riqueza en el otro mundo, y deben recordar que estuvieron de acuerdo. ¿No acordaste tú tomar el cielo como porción tuya, como tu todo, y buscas tu felicidad en la criatura? Dios no castiga más de lo merecido, y premia cada servicio hecho por Él y para Él; por tanto, no hace mal a ninguno al mostrar gracia extraordinaria a otros.
Véase aquí la naturaleza de la envidia. Es una avaricia descontenta por el bien de los demás y que desea su mal. Es un pecado que no tiene placer, provecho ni honor. Dejemos irse todo reclamo orgulloso y procuremos la salvación como dádiva gratuita. No envidiemos ni murmuremos; regocijémonos y alabemos a Dios por su misericordia hacia los demás y con nosotros.

Vv. 17-19.Aquí Cristo es más detallado que antes para predecir sus sufrimientos. Aquí, como antes, agrega la mención de su resurrección y su gloria, a la de su muerte y sus sufrimientos, para dar ánimo a sus discípulos, y consolarlos. Una manera de ver a nuestro Redentor una vez crucificado y ahora glorificado con fe, es buena para humillar la disposición orgullosa que se justifica a sí misma. Cuando consideramos la necesidad de la humillación y sufrimientos del Hijo de Dios, para la salvación de los pecadores perecederos, ciertamente debemos darnos cuenta de la liberalidad y de las riquezas de la gracia divina en nuestra salvación.

Vv. 20-28.Los hijos de Zebedeo usaron mal lo que Cristo decía para consolar a los discípulos. Algunos no pueden tener consuelo; los transforman para un mal propósito. El orgullo es el pecado que más fácilmente nos acosa; es una ambición pecaminosa de superar a los demás en pompa y grandeza. Para abatir la vanidad y la ambición de su pedido, Cristo los guía a pensar en sus sufrimientos. Copa amarga es la que debe beberse; copa de temblor, pero no la copa del impío. No es sino una copa, pero seca y amarga quizá, pero pronto se vacía; es una copa en la mano del Padre, Juan xviii, 11. El bautismo es una ordenanza por la cual somos unidos al Señor en pacto y comunión; y así es el sufrimiento por Cristo, Ezequiel xx, 37; Isaías xlviii, 10. El bautismo es señal externa y visible de una gracia espiritual interior; así es el padecimiento por Cristo, que a nosotros es concedido, Filipenses i, 29. Pero no sabían qué era la copa de Cristo, ni qué era su bautismo. Comúnmente los más confiados son los que están menos familiarizados con la cruz. Nada hace más mal entre los hermanos que el deseo de grandeza. Nunca encontramos disputando a los discípulos de Cristo sin que algo de esto se halle en el fondo de la cuestión. El hombre que con más diligencia labora, y con más paciencia sufre, buscando hacer el bien a sus hermanos, y fomentar la salvación de las almas, más evoca a Cristo, y recibirá más honra de Él para toda la eternidad.
Nuestro Señor habla de su muerte en los términos aplicados a los sacrificios de antaño. Es un sacrificio por los pecados de los hombres, y es aquel sacrificio verdadero y esencial, que los de la ley representaban débil e imperfectamente. Era un rescate de muchos, suficiente para todos, obrando sobre muchos; y, si por muchos, entonces la pobre alma temblorosa puede decir, ¿por qué no por mí?

Vv. 29-34.Bueno es que los sometidos a la misma prueba o enfermedad del cuerpo o de la mente, se unan para orar a Dios por alivio, para que puedan estimularse y exhortarse unos a otros. Hay suficiente misericordia en Cristo para todos los que piden. Ellos oraban con fervor. Clamaban como hombres apremiados. Los deseos fríos mendigan negaciones. Fueron humildes para orar, poniéndose a merced de la misericordia del mediador y refiriéndose alegremente a ella. Muestran fe al orar por el título que dieron a Cristo. Seguro que fue por el Espíritu Santo que trataron de Señor a Jesús. Perseveraron en oración. Cuando iban en busca de la misericordia no había tiempo para la timidez o la vacilación: clamaban con fervor.
Cristo los animó. Nos sensibilizamos rápidamente ante las necesidades y las cargas del cuerpo, y nos podemos relacionar con ellas con prontitud. ¡Oh, que nos quejásemos con tanto sentimiento de nuestras dolencias espirituales, especialmente de nuestra ceguera espiritual! Muchos están espiritualmente ciegos, pero dicen que ven. Jesús curó a estos ciegos y cuando hubieron recibido la vista, lo siguieron. Nadie sigue ciegamente a Cristo. Primero, por gracia Él abre los ojos de los hombres, y así atrae hacia Él sus corazones. Estos milagros son nuestro llamamiento a Jesús; podemos oírlo y hacerlo nuestra oración diaria para crecer en gracia y en el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo.