La voluntad de Dios revelada a los que le temen
“Oíd esta palabra que
ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que
hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido
de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras
maldades”. Amós 3:1-2
“Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su
secreto a sus siervos los profetas”. Amós 3:7
La voluntad divina es revelada a todos los que lo aman, la
cual no se revela al mundo, sino a sus siervos los cuales no podemos dejar de
obedecer al Señor. Como dice Salmos 25:14 “La comunión íntima de Jehová es con
los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto”. El objetivo es llevar el
evangelio a aquellos que no lo conocen y advertirles que una vida sin Dios los
llevará a la perdición.
Ante su Palabra declarada, debemos reverenciar el nombre del
Señor y obedecer. Cuando Jehová comunica su terrible mensaje de juicio sobre el
pueblo de Israel al profeta Amós, el profeta no puede sino profetizar y les
dice que no se quejen de él porque profetiza, puesto que debe obedecer a Dios.
Al profeta se le ha dejado penetrar en el secreto de los planes del Señor. Por
que como dice Jeremías 23:18 “Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y
vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?” Sólo los
que viven en intimidad y comunión con Él les serán revelados sus planes.
Los profetas eran informados de antemano de lo que Dios iba a
hacer con su pueblo. En un sentido más amplio esto se aplica a todos los
creyentes, “porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído”. Hechos
4:20. Ya Dios ha dejado todas las profecías del fin de los tiempos escritas en
su Palabra, y no podemos ignorarlas, sino proclamarlas, porque esto es una
verdad poderosa. Esta afirmación no es un simple consuelo para su iglesia, sino
una advertencia para los que no creen. Dios anuncia con anticipación los
tiempos cruciales a través de sus profecías. Las señales espirituales,
advertencias y cumplimientos proféticos que según la Palabra de Dios marcarán
un punto de quiebre en la vida de todos los creyentes y en el futuro de este
mundo.
Las advertencias acerca del pecado y del castigo se aplican a
la gente de hoy de la misma manera que para el pueblo de Israel. Por eso, no
tendremos excusas cuando sobrevenga el juicio sobre la tierra. No tomemos a la
ligera sus advertencias en la Palabra, porque Dios se valió de los profetas
para anunciar a su pueblo lo que vendría, para que se arrepintieran y volvieran
a Él, pero lastimosamente el pueblo no hizo caso.
Muchos creyentes sentimos en nuestro espíritu que algo se
avecina, que los tiempos que estamos viviendo no son normales, que lo que está
sucediendo en el mundo no es producto del azar, sino señales cada vez más
evidentes de que estamos entrando en una nueva etapa profética. Jesús mismo lo
dijo en Mateo 24:33-34 “Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas,
conoced que está cerca, a las puertas. De cierto os digo, que no pasará esta
generación hasta que todo esto acontezca”.
Esa expresión “a las puertas”, no es metafórica, indica
inmediatez, urgencia, algo que está por suceder. Y esto es la venida del Señor
Jesucristo que comenzará con el rapto de su iglesia.
Amós 8: 11-12 nos advierte “He aquí vienen días, dice Jehová
el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de
agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el
norte hasta el oriente discurrirán buscando la palabra de Jehová, y no la
hallarán”.
Este tipo de hambre espiritual ocurre cuando el pueblo ha
olvidado las advertencias por mucho tiempo, y llega a un punto donde ya no se
oye. No porque Dios haya dejado de hablar, sino porque el corazón se ha
endurecido, por eso hay que prestar atención. Ahora el cielo está abierto a
través de la iglesia, pero no estará por siempre.
¿Cómo prepararnos?, ¿qué actitudes adoptar? ¿y qué decisiones
pueden determinar el futuro espiritual de muchos? Oración
«Amado Dios, gracias por tu Palabra santa revelada a todos
los que creemos en ti. Tú dices: “la comunión íntima de Jehová es con los que
le temen, y a ellos hará conocer su pacto”. Todas las profecías de tu plan de
redención eterno ya han sido plasmadas en tu Palabra, sobre el destino de los
que te amamos y de los que te rechazan. Espíritu Santo inquieta mi corazón a
conocer las profecías, a estudiarlas para poder proclamarlas y llamar así a
muchos al arrepentimiento, para que te conozcan como el Único y Suficiente
Salvador. En el nombre de Jesús. Amén.
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